Se le ve contento, pero tampoco oculta el nerviosismo que le ataca al estar sobre una pista de hielo usando un calzado extraño.Accede al diálogo, pero para ello debe, obligadamente, detenerse con una mano sobre el barandal. Francisco Javier Cruz Galindo acomoda sus lentes, respira hondo y narra su experiencia en el último día de la pista de hielo que fue habilitada en la Plaza Liberación del Centro de Guadalajara.Su brusco intento por patinar es evidente, pero asegura que es mucho mejor al que demostró ayer, cuando probó la experiencia por vez primera. Su esposa y sus dos hijas lo animaron a regresar hoy, y él accedió, pues aunque ya anticipaba un largo esperar hasta su ingreso, el uso de esa atracción "sí vale la pena".Dos horas hoy; 105 minutos ayer. Eso es lo que aguardó en el último fin de semana de la pista, avanzando con intermitencia en fila de la Plaza Liberación, para después hacer lo propio sobre el hielo artificial."Está muy padre aquí; nos dan esa oportunidad de aprender a patinar y compartir con la familia. (La espera) vale la pena, realmente lo vale. Todos queremos entrar, somos muchos, pero en general está muy bien".Como él, miles. De acuerdo con Beatriz Angélica Figueroa de la Cruz, una de las encargadas de la atracción, el conteo preliminar es de entre mil 500 y mil 700 personas que gozaron de la pista a diario, desde que ésta se habilitó y abrió al público el pasado 15 de diciembre.El saldo en general es positivo, aunque en el registro también quedan golpes y raspones, e incluso torceduras, esguinces y dos fracturas de brazo y pierna. "Aparte de eso la gente está emocionada, aunque sí cansada de esperar muchas horas para ingresar, pero en general se van conformes".Beatriz reconoce que no colaboró en ediciones previas de la pista, pero en el comparativo que hacen compañeros suyos que sí montaron y vigilaron la atracción en años anteriores hay una constante. "Todos comentan que sí hubo más gente este año".Este domingo, ciudadanos de todas las edades abrieron un espacio en su agenda para acudir al primer cuadro tapatío y deslizarse, o tratar de hacerlo, sobre la pista que hoy cierra su ciclo 2013-2014. Una de ellas es Milagros, quien acudió con sus hijas Estefanía y Alejandra. Ellas incluso dejaron de comer para no perder su espacio en la fila."Quisimos aprovechar que era el último día (...) Estamos aquí desde las 12 y media y no hemos comido (dijo a las tres de la tarde), pero luego lo reponemos. Dejamos de ir a visitar a los familiares para venir aquí".Las nubes grises advierten que en minutos comenzará a llover en el Centro. Así ocurrió. Pero de igual forma la gente se mantuvo en su sitio para despedir la atracción que, según las estimaciones, logró hacer sonreír a más de 47 mil personas en los 28 días que estuvo funcionando. EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA