Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | PALESTRA 20 POR JORGE OCTAVIO NAVARRO

Don Emilio en su laberinto

A Emilio González Márquez, al menos en apariencia, se le están abriendo frentes de conflicto desde diferentes flancos sin que haya una estrategia consistente no para cerrarlos, sino siquiera para salir lo menos dañado posible de ellos.

Por: EL INFORMADOR

Jorge Octavio Navarro.  /

Jorge Octavio Navarro. /

Naturalmente que cuando se habla de “lo menos dañado”, se hace referencia a su imagen en los medios de comunicación, porque la opinión pública siempre se hace eco de lo que “se sabe” del titular del Gobierno de Jalisco. Muchas cosas –seguramente la mayoría de sus actividades de agenda privada– quedan fuera del conocimiento de sus gobernados.

Pero después de la madrugada del 29 de septiembre, cuando don Emilio acudió con algunos tequilas encima a la casa de Raúl Padilla López (como consta en publicaciones de diarios locales), al problema de la pugna con el Grupo Universidad de Guadalajara, se han sumado otros conflictos, como el abierto con presidentes municipales del PRI, que reclaman los dineros del Fondo Metropolitano.

A esto hay que añadir la permanente y normal tirantez política con los miembros de su partido, Acción Nacional, que sostienen invariablemente la agenda electoral. Esta agenda, precisamente, es la que obliga al gobernador a anunciar hoy martes, los cambios en su gabinete. Cambia de secretario de Finanzas y de titular de Comunicación Social por una dinámica que mucho está relacionada con las elecciones del año 2012, en las que él figura como aspirante a la Presidencia de la República, a pesar de los muchos pendientes en su agenda como gobernador.

En un afán realista: que el gobernador cambie a su responsable de Finanzas por segunda ocasión en cuatro años de gobierno, y que haga lo mismo con su vocero de gobierno en el mismo período, no debe tener nada de extraño si lo que persigue es mejorar su relación con la ciudadanía y cambiar una percepción negativa de su desempeño al frente del Gobierno de Jalisco.

Pero resulta que ni la salida de José Luis de Alba González, en Finanzas, ni el cambio de Héctor Moreno Valencia en la vocería, auguran un mejor desempeño del Gobierno de Jalisco, en un paréntesis en el que –volviendo al principio de este texto– nuestro Poder Ejecutivo sostiene un diferendo con los dirigentes de la segunda Universidad más importante del país.

Es más, este martes habrá una marcha más de alumnos preparatorianos que sostendrán, ignorantes o no de los detalles, la demanda de un mayor presupuesto para la Universidad de Guadalajara.

Además, Aristóteles Sandoval y Héctor Vielma, los alcaldes priistas que paralizaron el débil proyecto gubernamental para mejorar la movilidad en la zona metropolitana, estarán en la capital del país para reclamar ante las figuras políticas que se los permitan, la falta de recursos del famoso Fondo Metropolitano. La acusación indirecta va contra don Emilio.

Cuando tantos intentan derribarlo en el laberinto de la política jalisciense, don Emilio debe replantearse si basta tomar unos tequilas y ofrecer pactos a domicilio –lo ha hecho más de tres veces–, porque esa estrategia no es funcional. Habrá que esperar la oferta de sus nuevos colaboradores

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