Jueves, 28 de Noviembre 2024
Jalisco | Miles de fieles acuden a darle el último adiós a Samuel Joaquín Flores

Despiden al apóstol de Dios

Miles de fieles acuden a darle el último adiós a Samuel Joaquín Flores

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (15/DIC/2014).- En menos de un siglo de vida, la iglesia de la Luz del Mundo ha conseguido más de tres millones de fieles en todo el mundo y ha transformado la vida del Oriente de la ciudad de Guadalajara. Tienen sus propias escuelas, hospitales y espacios públicos. Los políticos de todos los partidos, en especial los del Revolucionario Institucional, hicieron fila para despedir a quien ha dejado el trono tras 50 años de apostolado: Samuel Joaquín Flores.

Desde el lunes pasado se confirmó la muerte del líder que logró llevar la religión que multiplicó las vocaciones y el apostolado. Hace cinco décadas tomó las riendas de la Luz del Mundo y en ese entonces sólo había 70 ministros, actualmente el número supera los tres mil que replican el discurso de una iglesia que no estigmatiza. La fuerza de una iglesia que ya habita en 50 países del mundo.

Y eso se nota en los funerales de Samuel Joaquín, donde las calles lucen saturadas de fieles. Mujeres y hombres vestidos de blanco, de la cabeza a los pies. Mujeres que no pueden mostrar los tobillos y niños que lloran tanto como lloran sus padres porque se ha ido “su padre”.

En la última celebración de cuerpo presente, los ministros evocaban la bondad y la esperanza del benefactor “de Dios”. El templo de la Luz del Mundo, cuya arquitectura es obra de Fernando Fernández, fue insuficiente para congregar a los feligreses. Las calles aledañas tenían bocinas en los postes, donde emergía la voz de los pastores. Las pantallas gigantes fueron repartidas alrededor del templo y también fueron insuficientes. Las vialidades de Esteban Alatorre y Pablo Valdez eran un corredor para la masa humana que se contabilizaba en medio millón de personas.

Después de dos horas de rendirle honores, los restos salieron del templo en una caja del mismo color que el oro. Al frente, los alcaldes de Guadalajara y Tonalá, Ramiro Hernández García y Jorge Arana Arana, respectivamente, empujaban el cuerpo. Los fieles lloraban a su paso, mientras agitaban su mano para despedirse.

Hombres que lagrimeaban y mujeres que sollozaban. Una cuadrilla especial de Protección Civil que no permitía tomar fotos de aquel momento histórico, en que Samuel Joaquín era un terrenal más que dejaba en su hijo, Nassón Joaquín García, el legado y el poder de una de las congregaciones religiosas más activas en las últimas décadas.

Los funerales fueron el adiós y la bienvenida a un nuevo pastor. Por eso no se sabe si las lágrimas que ayer brotaron en la Hermosa Provincia fueron de tristeza o alegría. Lo único cierto es que la sucesión se ha concretado.

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