Descoordinado, el combate al hambre

GUADALAJARA, JALISCO (20/AGO/2013).- Las baterías del Gobierno del Estado y el federal están puestas en Mezquitic, municipio donde cuatro de cada 10 personas viven en pobreza extrema. Gracias a la Cruzada contra el Hambre, se le han destinado 61 millones 041 mil pesos en diversos programas sociales. Sin embargo, el decreto presidencial que dio vida a este programa dejó afuera a los municipios de Bolaños y Santa María del Oro, dos localidades que tienen características parecidas a Mezquitic.

Es más, a los municipios que sí contempla, que forman parte de la Zona Metropolitana de Guadalajara, no les han dicho cuánto ni cómo llegará el apoyo. No hay coordinación. Tlaquepaque, Zapopan y Guadalajara carecen de datos. Ni siquiera sus directores de Desarrollo Social son invitados a las reuniones intersecretariales, incluso no tienen fecha para iniciar operaciones en la Cruzada contra el Hambre.

El caso emblemático es Tlaquepaque, cuyo director de Desarrollo Social, Arturo Morones, reveló a este medio que tienen la idea de abrir cinco establecimientos más de Liconsa (leche a bajo costo), pero que hasta el momento la única acción contundente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) fue haber llevado cine al aire libre a una colonia, donde se les entregó a los asistentes una caja con un sándwich, una manzana y un jugo.

¿No es grave que de la Sedesol sólo les ofrezcan promesas de recursos, pero cuando van a su municipio les llevan una exhibición de cine? ¿Con un “box” de comida se soluciona el problema del hambre?, se cuestionó al funcionario.

“No. Sabemos que eso no lo va a solucionar. Sin embargo, es una oportunidad de ofrecer un atractivo a las personas con rezago alimenticio, que no tienen la posibilidad de ir al cine por su misma condición de vulnerabilidad. Estamos esperando que nos indiquen (el monto) qué nos va a llegar, pero ahora sí que no depende de nosotros”.

La delegada de la Sedesol en Jalisco, Gloria Rojas Maldonado, afirmó el jueves pasado que la Cruzada contra el Hambre no sería una propuesta asistencialista, y por eso no estaba contemplada la entrega de comida. “Vamos a ayudarles y a enseñarles a trabajar sus tierras, que tengan sus huertos. En este país estamos como estamos porque la política social era asistencialista”.

Este medio solicitó a la dependencia federal el monto de los recursos que llegarían a Jalisco, por la Cruzada Nacional contra el Hambre; respondió que “al no ser un programa, no cuenta con reglas de operación, ni con recursos económicos propios. Sin embargo, las acciones a realizar en el marco de la Cruzada son responsabilidades de cada una de las dependencias participantes”.