Jueves, 28 de Noviembre 2024
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

Del derecho al hecho

La resolución de la Corte de reconocer el derecho de las parejas homosexuales a adoptar es una gran paso en términos de la cultura y del reconocimiento de la diversidad sexual

Por: EL INFORMADOR

La vida de Brian (Terry Jones, 1979), realizada por un grupo británico de comediantes llamado Monty Phyton y financiada por Georges Harrison, es una de las películas más divertidas e irreverentes que se haya hecho jamás. Brian es un joven contemporáneo de Jesús que es confundido con el Mesías. En una de las escenas finales el grupo radical Frente Popular de Judea discute con pasión y vehemencia el contenido del próximo comunicado. La feminista exige que todo esté redactado en femenino y masculino (las-los; perras-perros, romanas-romanos, como hablaba Fox, pues). El gay del grupo, Loretta, por su parte exige que quede consignado en el pliego petitorio el derecho de los gays a embarazarse. Después de una larga discusión en que tratan de hacerle ver que no tiene ningún sentido plantear algo que es imposible, Loretta concluye: "será imposible, pero por qué me niegan el derecho".

La resolución de la Corte de reconocer el derecho de las parejas homosexuales a adoptar es una gran paso en términos de la cultura y del reconocimiento de la diversidad sexual. La resolución puede tener un gran efecto en lo que se refiere a la no discriminación de las las minorías. Todos somos minoría en alguna parte de nuestras vidas: el que le va al Necaxa; el que toca laud; el que le gustan los tacos de ojo, etcétera. Hay tantas minorías como gustos existen en el mundo, pero hay minorías socialmente aceptadas y minorías rechazadas. Reconocer el derecho de una pareja homosexual no solo a casarse sino a adoptar hijos, es plantear desde el más alto tribunal que la preferencia sexual no inhibe ni cercena ningún derecho.

El derecho es un gran paso, pero estamos muy lejos de ver adopciones por parejas homosexuales.

Si para las parejas heterosexuales la adopción es un martirio y sufren verdaderas discriminaciones e invasiones a su privacidad (pasan por verdaderos juicios morales) más aún lo será con las parejas del mismo sexo. La estructura de adopciones en México está muy ligada aún a los grupos conservadores, y los vericuetos legales para la adopción son de tal magnitud y retorcimiento que las adopciones terminan siendo decisiones sumamente controladas y vigiladas. Va a pasar quizá una generación completa antes que la decisión tomada por la Corte el día de ayer tenga algún efecto en la vida de nuestro país.

En Uruguay, el único país latinoamericano en el que se reconoce el derecho de adopción por parte de las parejas homosexuales, a un año de distancia de que se aprobó la ley sólo ha existido un caso de adopción y en realidad fue el reconocimiento a un padre natural y su pareja homosexual para el ejercicio de la patria potestad de sus hijos de 14 y 17 años. Algo similar vamos a ver en México.

De derecho al hecho, falta un gran trecho, pero como diría Loretta, el derecho quién lo quita.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones