De política y dominó

En la página uno, del capítulo uno, de los manuales de comunicación en momentos de crisis, dice que el discurso debe ser homogéneo, claro y sin contradicciones. Siempre es mejor decir “eso no lo sabemos” a intentar una posible explicación que puede resultar falsa, y finalmente se recomienda que exista un solo vocero, que los demás se atraganten de pinole para que controlen sus ansias de declarar. En caso de que esto no sea posible, sea por escasez de pinole o por exceso de ansias de un funcionario (porque quiere ser candidato, por ejemplo), la recomendación es que se apegue al discurso del vocero. En la comunicación en crisis, como en el dominó, sólo uno puede llevar la mano, el otro se pliega al juego del compañero y en la medida de lo posible repite, repite y repite.

El secretario de Gobierno, Fernando Guzmán, o no entendió que la voz cantante de la crisis del sábado la llevaba el procurador, o es de los que juegan siempre para su santo y con sus fichas sin importar quién lleve mano. La versión del procurador Tomás Coronado a las pocas horas del granadazo en el antro Butter fue que había sido producto de una riña entre particulares. Unos particulares muy particulares porque no cualquier furibundo particular trae en su coche una granada y menos está dispuesto a lanzarla, pero el discurso era claro: no se trataba de un asunto entre bandas de narcos.

Como San Pedro, no pasaron 48 horas para que el secretario, en la primera oportunidad, negara al procurador y pusiera sobre la mesa el tema del crimen organizado. “No hay duda de que existió vinculación con el crimen organizado; eso lo vemos por el ataque, los disparos, las ráfagas y las víctimas”. El hecho de que una de las víctimas haya sido un colombiano con antecedentes por clonación de tarjetas, y 10 de las lesionadas fueran chicas venezolanas, llevan al secretario a concluir que sin duda es crimen organizado, lo cual sólo abona a estigmatizar a las personas por su origen y a la especulación. En el caso de que efectivamente el señor haya sido un miembro de alguna mafia, nunca nos dice el secretario cómo se vincula éste con lo sucedido. Pero lo peor es que el secretario hable de “ráfagas” que sólo existieron en las redes sociales y algunos noticieros. Hubo disparos de pistola, aparentemente hechos al aire, y un granadazo puesto en el lugar exacto, muy probablemente disparado con lanzagranadas. No hay una sola víctima herida de bala, todos fueron heridos por esquirla. O el secretario Guzmán está mal informado, lo cual es gravísimo, o no está en la jugada, lo que es peor.

Lo único que hizo el secretario de Gobierno fue meter más ruido y evidenciar una descoordinación en el gabinete, que no es ningún buen augurio de cara a la situación de violencia que está viviendo la ciudad. En este momento se requiere un gabinete concentrado y coordinado que defienda nuestro juego,  antes de que, efectivamente, la delincuencia organizada nos la cuadre a cuatros.