Jalisco | Juan Palomar Verea De la generosidad con la ciudad LA CIUDAD Y LOS DÍAS 30 DE ENERO 2009 Por: EL INFORMADOR 30 de enero de 2009 - 02:52 hs Es cada vez más rara. Y es a cada vez más necesaria. Y, como alguien decía de la inteligencia, la generosidad sirve para todo. Especialmente para vivir en la ciudad. La vida urbana, de manera más o menos tácita, requiere, como condición indispensable, un acuerdo de solidaridad mínima entre los habitantes. Sin ese acuerdo, la convivencia, y el marco que le da sustento, se deterioran irremediablemente. Esto va de lo grande a lo ínfimo, y al revés. Barrer la propia banqueta, tal vez hasta la calle; mantener las áreas verdes de las servidumbres en buen estado, tirar la basura cuando se debe y con las condiciones dispuestas, plantar y conservar los árboles que sean posibles en las propiedades y en sus banquetas, y etcétera. Colaborar en las asociaciones de vecinos, informar a la autoridad acerca de cualquier tema que abone al buen funcionamiento del vecindario o del barrio, participar en las consultas públicas que marcan las leyes: todo lo que supone el poseer, como individuos, una imagen coherente y articulada del papel del ciudadano frente a la ciudad. Ese papel conlleva derechos y responsabilidades. Qué van más allá de las acciones inmediatas a cada domicilio. Circular por la urbe: a pie, en bicicleta, en camión, en coche. El hecho de transitar la ciudad confiere al habitante una dimensión integral de su papel en el contexto general. Si se es consciente, conlleva una asunción de la corresponsabilidad de todos en el ámbito de la comunidad. Millones de ojos que, si realmente VEN la ciudad, la cuidan y la componen. Pero sobre todo, la generosidad está en el talante, el ánimo, la actitud. Una triste costumbre del pesimismo y la amargura ha hecho más destrucciones en Guadalajara que todos los demás factores juntos. El "no se puede", el "¿para qué?", el "¿cómo se atreven?" y el "¿de qué sirve?" pueden ser demoledores, desmoralizadores, castrantes. El director de Patrimonio de la Secretaría de Cultura, arquitecto Francisco Belgodere, dijo en alguna ocasión una frase luminosa: "Es necesario ser generosos con la arquitectura de nuestro tiempo." Sin ese gesto esencial de confianza en lo que las actuales generaciones pueden hacer por la ciudad, en que las cosas pueden mejorar, en que es preciso ser tolerantes y abiertos con los otros, todos perdemos. Y no queremos perder. No es con el fácil recurso a la descalificación y al menosprecio como se puede construir un presente -y un futuro- a la altura de lo que ocupamos. Los barrios de la ciudad son un ejemplo excelente de la callada, discreta, razonable manera como la gente (a veces junto con la autoridad) va cuidando y mejorando sus entornos. Así ha pasado por siglos, en todo el mundo. Y también ha pasado que ciertas iniciativas generosas -piénsese en Gonzalo Villa Chávez, en Ignacio Díaz Morales- han logrado trazar nuevos caminos, abrir nuevas posibilidades, para que Guadalajara sea más digna, más bella, más acorde con su tiempo y su patrimonio. Quienes se preocupan genuinamente por la ciudad saben que una buena mezcla de escepticismo, imaginación y coraje pueden lograr que las cosas no solamente no vayan de bajada, sino que puedan ser mejores. Para todos. jpalomar@informador.com.mx Temas La ciudad y los días Juan Palomar Verea Lee También ¡Bodas colectivas GRATIS en CDMX! Conoce los requisitos, fechas y horarios ¿Cuáles son los días de descanso obligatorio en diciembre 2024? Restaurantes en CDMX para celebrar el Día de Acción de Gracias 2024 Descubren en Chapultepec los restos de un muelle y un canal de agua de la época prehispánica Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones