De la cocina familiar al auge empresarial

GUADALAJARA, JALISCO (12/DIC/2010).- El toque de Lucía Osuna en sus comidas y en particular en el paté de camarón era un tema que no pasaba desapercibido tanto en su familia como entre sus amigas. Todos le aconsejaban “lanzarlo a la fama”. En las reuniones sociales y familiares, el paté de camarón y el de atún ahumado eran la estrella culinaria; hasta que finalmente, la cocinera escuchó a uno de sus allegados cuando le dijo que tenía que empezar a comercializar su paté en tiendas. Y entonces, Lucía puso “manos a la obra”.

Recuerda que leyó en un medio de comunicación que el Gobierno del Estado ofrecía apoyos a través de la Secretaría de Promoción Económica (Seproe). “Yo tenía cierto recelo de acercarme a los apoyos del Gobierno, pero vi que ofrecían apoyo a microempresarios, así que fui a ver que pasaba”.

Hace casi dos años, Lucía decidió volver realidad su sueño: en la Seproe le dieron la asesoría y la canalizaron a un centro tecnológico de alimentos. Quince días después de haber acudido a la dependencia ya contaba con el producto.

Semanas más tarde trabajó en el diseño del producto que se consideró en la categoría de gourmet, y ya estaba listo para conquistar el paladar de los tapatíos.

Actualmente produce en promedio 100 kilogramos de paté de camarón y de atún ahumado con chipotle. Por ahora, sus alimentos se encuentran a la venta en una cadena de tiendas de licores y otra de alimentos delicatessen.

Lucía piensa en traspasar fronteras regionales, ya lo vendé en Mexicali y pretende llevarlo a Cancún y a Los Cabos.

En este momento su producción la elabora en el centro tecnológico con la ayuda de cinco personas, pero espera en unos meses más instalar su propia fábrica y generar empleo. Su idea es clara: “Quiero crecer, exportar, tener una bodega mía y crear muchos empleos”.

Para ello, abre la opción a las personas que se interesen en unirse a su negocio para comercializarlo y compartir así las mieles de su éxito.