GUADALAJARA, JALISCO (05/DIC/2016).- Fue hace un año cuando cinco agentes viales con discapacidad motora se sumaron al cuerpo de acción del programa Banquetas Libres en el Centro de Guadalajara. Ellos coinciden al afirmar que la labor les ha dejado gratas experiencias y grandes satisfacciones, entre ellas abonar al fortalecimiento de la cultura vial entre los tapatíos.En una jornada normal de trabajo, cada uno de los agentes, que se mueven en la ciudad en silla de ruedas, llega a infraccionar entre 15 y 19 automovilistas. Personas que dejan el auto sobre la banqueta, que se estacionan en línea amarilla o que no respetan los espacios preferenciales son los infractores más frecuentes.Aunque hay casos recurrentes, en los que las personas se niegan a cambiar de hábitos viales, tales como los proveedores de tiendas y almacenes que prefieren ser multados a mover sus vehículos, existen otras personas que realizan un cambio en su actitud cuando son abordados por los inspectores, quienes antes de emitir una sanción, tratan de generar un diálogo en torno a la educación vial.El compromiso que muestran por el deber es la principal característica de los cinco agentes, su trabajo se ha convertido para ellos en una fuente de reconocimiento y autoestima; recuperar para los peatones los espacios que habían sido secuestrados por los automovilistas es la tarea por la que están luchando.AUTOMOVILISTASPara evitar ser sancionados por los agentes de Banquetas Libres con multas que van desde 359 pesos hasta cuatro mil 289, Belén Castro recomienda a los automovilistas:• No estacionarse en línea amarilla, “sin importar que sean 2 o 3 minutos”.• Respetar los espacios exclusivos. • No invadir las banquetas.Señalan que dejar el auto en un estacionamiento, seguro, libre de que pueda ser sancionado, hacer sus cosas personales y retirar el vehículo, nos generaría más orden y fluidez en las calles.LAS MULTASEvasión o agresiónLa multa por impedir u obstaculizar la emisión de multas, así como por insultar, agredir o descalificar a un inspector asciende a más de cuatro mil pesos.VOCESDisfrutan su trabajo pese a la falta de infraestructuraElsa Silva Fuentes asegura que en el desempeño de su labor ha tenido que hacer frente a actitudes hostiles, así como a insultos y actos de discriminación. Aunque reconoce que a veces le lastima la reacción de algunos automovilistas, piensa que es mejor la calma: “lo tiene uno que tomar con la mayor amabilidad, asimilarlo, (...) el ser humano cuando sabe que está haciendo algo mal, actúa a la defensiva, es algo comprensible”.La inspectora reafirma que el grupo está conformado por personas trabajadoras que buscan generar un cambio social y que merecen respeto. “Somos personas que vivimos con energía, que tenemos la capacidad para hacer lo que estamos haciendo, sino no estaríamos aquí y sobre todo tenemos la actitud”.Elsa Silva Fuentes, agente vial.Gonzalo Humberto Campos Mendoza considera que desempeñarse como agente ha sido “gratificante”, ya que considera que el programa ha tenido un impacto positivo en la cultura vial de los tapatíos. “Esperamos que este programa siga adelante y que las próximas administraciones lo sigan adaptando, porque en realidad ha funcionado”, señaló.Asimismo, menciona que en su día a día se ha enfrentado a la descortesía de los automovilistas, quienes “nos tratan mal y nos dicen infinidad de cosas cuando ni siquiera hemos hecho el folio”. Sin embargo, coincide con sus compañeros en que han desarrollado tolerancia y comprensión hacia la respuesta de quien es infraccionado.Gonzalo Humberto Campos Mendoza, agente vial.Mónica Fabiola Almaguer Aguilar señala que el programa tiene una doble finalidad, ya que no sólo favorece la cultura vial, sino que el trabajo de los cinco agentes ha permitido que las personas con discapacidad tengan mayor visibilidad y que se ganen el respeto de los tapatíos. “Tenemos la capacidad, y yo siento que la gente lo está entendiendo”, resumió.Mónica dice que día a día tienen que enfrentarse a la falta de infraestructura que permita el óptimo manejo de los espacios públicos por parte de las personas que padecen alguna discapacidad motora y se encuentran en silla de ruedas. Explica que para ella desarrollar la misma labor que un agente sin discapacidad implica mayor peligrosidad, debido a que no hay rampas adecuadas para bajar o subir de las aceras.Mónica Fabiola Almaguer Aguilar, agente vial.Jesús Carrillo García deja de lado la discriminación a la que se ve expuesto para recordar a los tapatíos que “la solución (al problema vial del Centro) viene de ambas partes, nosotros aplicamos los reglamentos y ellos tienen que respetar, ser educados”. Señala que el mayor obstáculo que ha enfrentado en su carrera no son los insultos, a pesar de que constata que han sido abundantes, sino la reticencia de los tapatíos a realizar las cosas de manera correcta, ya que incluso “tratan de que actúes de otra forma” (al día, alrededor de tres de cada 10 conductores intentan sobornarlo).Jesús Carrillo García, agente vial.Érika Belén Castro Cabrera afirma que la labor que han desempeñado los agentes de Banquetas Libres ha dado resultado, ya que de un año a la fecha ha notado un cambio sustancial en la actitud de los tapatíos, quienes se muestran más abiertos a acatar los reglamentos viales y reconocen la labor de la cuadrilla de trabajadores. “Eso para mí es lo más satisfactorio, que se reconozca y se vea el resultado”, manifestó.Érika Belén Castro Cabrera, agente vial.