Domingo, 24 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre Veras y Bromas por Jaime García Elías

—Cumpleaños

Como dice el tópico, lo mismo si fue por decisión propia que si ocurrió por designio inescrutable del destino, “aquí nos tocó vivir”

Por: EL INFORMADOR

Hoy es el día...

Lo de menos son las discrepancias entre los historiadores. Total: si nadie pierde la compostura para rechazar o suscribir al pie de la letra, a estas alturas de la película, la aseveración de que Dios sacó de la nada el universo conocido en seis días, nadie se va a deschongar con nadie para sostener que Guadalajara no se fundó exactamente el 14 de febrero de 1542, sino dos días antes... o los que hayan sido.

—II—

Lo cierto es que, como dice el tópico, lo mismo si fue por decisión propia que si ocurrió por designio inescrutable del destino, “aquí nos tocó vivir”. (Como dicen los jóvenes: “Ya qué...”).

Quienes la conocieron en sus años aún mozos, antes de que se transformara en el monstruo urbano inabarcable que es actualmente, recuerdan los elogios que se hacían de Guadalajara: desde la “Ciudad Amable” que retrataba de un plumazo a su topografía, a su arquitectura, a su clima y a su gente, hasta el que fue, durante generaciones, su título por antonomasia: “La Perla Tapatía”. Nada menos.

De aquella Guadalajara anterior al nacimiento del Tapatío Un Millón —parteaguas histórico entre el “pueblo bicicletero” de antaño a la “metrópoli” a que aspiraban sus habitantes—, se afirmaba que era “una ciudad sin arrabales”. (“Y el que dijese lo contrario, miente”, diría Cervantes)... A Don Francisco Medina Ascencio —quien fue primero su alcalde y luego gobernador de Jalisco— se le quebraba la voz y se le humedecían los ojos cuando avalaba ese retrato: “Había pobreza, pero era una pobreza digna: hasta en la casa más humilde había macetas con flores en las ventanas, y la calle se barría todas los mañanas”.

Unos tiempos traen otros. Revuelta, inabarcable, inhumana, violenta, sucia, contaminada, hostil, Guadalajara aún encuentra la manera de abrir un paréntesis en la rutina —cada vez menos amable— de sus moradores, para celebrar, de alguna manera, un aniversario más de su fundación: de su cuarta fundación, para ser exactos, a la mitad del camino entre los dulces recuerdos de la que fue, en muchos aspectos, la ciudad más “vivible” (valga el neologismo) de México... y el buen deseo de que vengan tiempos mejores para quienes tengan la dicha de ser testigos, a partir del axioma —y el correspondiente buen deseo— de que “no hay quinto malo”, de su quinta fundación.

—III—

Colofón: ¡Feliz cumpleaños, Guadalajara...! (A pesar de todos los pesares).

JAIME GARCÍA ELÍAS / Periodista y conductor radiofónico.

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