Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

Cuando todo falle...

El medio ambiente como política pública en Guadalajara nació a finales los ochenta y se convirtió en política de Estado

Por: EL INFORMADOR

Diego Petersen Farah.  /

Diego Petersen Farah. /

El resultado no podía ser peor. En materia ambiental, Guadalajara Metropolitana ha sido un fracaso. No es gratuito, es el resultado de una política inexistente y de la eterna postergación de decisiones. El saldo es que compartimos con Lima, una ciudad con el doble de habitantes, el doble de densidad de población pero, ojo, con la mitad del ingreso per cápita de Guadalajara, el deshonroso último lugar del índice de ciudades verdes.

El medio ambiente como política pública en Guadalajara nació a finales los ochenta y se convirtió en política de Estado con la creación de la Secretaría de Medio Ambiente a medio sexenio de Alberto Cárdenas. En 12 años, lo que podemos decir es que es una secretaría que no tiene peso político ni presupuestal. Ninguno de los tres secretarios que han ocupado esa cartera ha tenido un mínimo perfil profesional y su función ha sido hasta ahora solamente burocrática y en no pocos casos, una nueva fuente de corrupción.

Donde Guadalajara sale peor es en el tema de agua. No podíamos esperar otra cosa después de 25 años de practicar el inmovilismo. En un cuarto de siglo no hemos sido capaces de generar una nueva fuente de dotación de agua ni de administrar bien la que tenemos. El desperdicio está por encima del promedio; el porcentaje de población con acceso a agua potable, muy por debajo de la media y el consumo de agua por habitante, por encima de la mayoría de la ciudades (por cierto, el dato que presenta el estudio es incorrecto, pues calculan una gasto de 651 litros por persona al día cuando en realidad es alrededor de 200 litros: estamos mal, pero no tanto). Éste es el resultado de la politización de las decisiones en torno al SIAPA. Desperdiciamos agua en la red porque no se ha tomado en serio el tema de la reparación de ductos; desperdiciamos agua en las casas porque es demasiado barata y tenemos un organismo operador obeso y corrupto que se gasta el poco dinero en una nómina absurdamente cara e ineficiente.

El otro gran retraso es el tema del transporte. Los datos son terribles. Guadalajara tiene menos de la mitad de kilómetros de líneas de transporte masivo por kilómetro cuadrado que el promedio de las ciudades y tiene uno de los índices más altos de automóviles por persona.

Esto tiene que ver básicamente con dos cosas: la baja densidad de población y la falta de inversión en transporte masivo (curiosamente el informe, financiado por Siemens, dice que lo mejor que ha hecho Guadalajara es el BRT, que ya descartamos, y pone como ejemplos a seguir en transporte los BRT de Curitiba, Bogotá y Buenos Aires).

Ahora sí que muy a la mexicana, cuando todo falle, consulte el instructivo. En el tema ambiental hay pocos secretos y poco que inventar. La diferencia está entre hacer o no hacer las cosas.

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