Domingo, 10 de Noviembre 2024
Jalisco | Samyr festeja en grande pues realiza dos roles desde hace más de 15 años

Cuando ser papá lleva a una doble jornada

Samyr festeja en grande pues realiza dos roles desde hace más de 15 años

Por: EL INFORMADOR

Los tres mosqueteros. Samyr Felipe Hernández con sus hijos Samyr y Ghimel. EL INFORMADOR / E. Barrera

Los tres mosqueteros. Samyr Felipe Hernández con sus hijos Samyr y Ghimel. EL INFORMADOR / E. Barrera

GUADALAJARA, JALISCO (21/JUN/2015).- Es un papá muy “padre”. Es papá y mamá a la vez. Es papá y aún más amigo de sus dos hijos, Ghimel, de 18 años, y Samyr de 16.

Hoy es su día, pero también lo fue el 10 de mayo, Día de las Madres, pues realiza los dos roles desde hace más de 15 años cuando, separado de su mujer, ésta le llevó a los niños para que se hiciera cargo de ellos.

Los tres son una familia y al mismo tiempo un grupo de amigos que se acompañan en las buenas y en las malas, dice Samyr Felipe Hernández, el orgulloso papá.

Su hija Ghimel y su hijo Samyr lo describen como un hombre trabajador, guerrero, de buenos sentimientos y un amigo que sabe escuchar.

Cuando Samyr hijo tenía un año y cuatro meses llegó a casa de su papá. Fue un “baldazo de agua fría”, pues llegó un niño todavía de biberón y cambio de pañales.

“Es complicadísimo, y más para nosotros los hombres, porque somos un poquito más torpes para hacerlo, yo sé que las mujeres pueden hacer varias cosas a la vez y uno es más lento”.

La llegada del niño cambió la vida de Samyr. Él trabaja en una dependencia de Gobierno y, después de ver por sólo por él, tuvo que cambiar prioridades y darle la mayor atención a su hijo, por encima de todo.

Después de ocho meses llegó Ghimel, su pequeña de dos años y medio de edad, con quien Samyr enfrentó un reto aún mayor por el apego que ya tenía a su mamá, además de no saber nada respecto a cómo atender a una niña.

Samyr no estuvo solo en el proceso. Siempre contó con el apoyo moral de su madre, que estaba en una silla de ruedas y no podía ayudarlo mucho en lo físico, pero sí en lo moral, con la enseñanza de valores y fe a sus nietos.

“En el caso de Ghimel, hay cambios de mujeres que debes entenderlas, orientarlas, platicar, y pues explicarle todo; ahora ya es la amistad con los dos”.

Samyr cuenta que el proceso no ha sido fácil, pues ha requerido de mucho esfuerzo y partirse en más de dos para poder trabajar, atender a los hijos y muchas veces tener que “encargarlos” con alguien para hacer trabajos extras y poder contar con más dinero.

Actualmente, Ghimel estudia una carrera técnica en Diseño y Construcción, y Samyr está por entrar a la preparatoria. Ambos trabajan en el negocio de un tío.

Cuenta el papá que las circunstancias en que han vivido todos estos años han propiciado que sus hijos maduren más rápido y sean responsables.

A casi 15 años de haber recibido a sus hijos, Samyr hace un recuento e indica que todo el esfuerzo ha valido la pena, al ver a sus hijos felices y seguros de sí mismos.

“Somos amigos, somos los tres mosqueteros, si hay problemas, los resolvemos los tres; alguien quiere comprarse algo, cooperamos los otros dos”.

Los jóvenes Ghimel y Samyr, no dudan en responder que admiran a su padre y que valoran el esfuerzo que ha hecho por sacarlos adelante.

Ghimel le agradece a su papá por haberlos cuidado cuando su madre no pudo, por el cuidado, por el entendimiento a ella como mujer, por ayudarla en la escuela y por sus consejos.

PAPÁ DE PELÍCULA

“Nos cuida solito”

A sus escasos casi nueve años, Regina Arceo sabe que su papá es el hombre más importante en su vida, y que además de ser su papá es mamá a la vez.

Dice que su papá la peina, la lleva a la escuela, al cine, a sus clases de baile y siempre está con ella.

Su papá es Rafael Arceo, un hombre tapatío ganador del premio al Mejor Guión Mexicano en la Tercera Edición del Festival Internacional Plasma en Corto, con su cortometraje “Paleta amarga”, una historia que ayuda a generar conciencia en torno al "bullying".

Hoy festejan el Día del Padre, pero también el “cumple” número nueve de Regina, y piensan ir al cine a ver la película Jurassic World. Les gusta que su papá haga cortos y enseñe mensajes con ello.

“Yo quiero a mi papá hasta el infinito; ahorita yo voy a ir al baile y mi papá me peina bien”.

Regina y su hermano, Rafita, hacen una referencia de la película del Villano Favorito con su papá, pues dicen que es igual de tierno.

UN PADRE BOMBERO

De él, Itzel aprendió a que “tenemos que ayudar a los demás”

Ser bombero implica mucho riesgo, incluso de muerte. Llegan hasta donde otros no pueden, y saben cómo combatir un incendio, salvar a alguien de una inundación o una fuga de gas.

Pero no es sólo el oficio lo que hace que Itzel López Rodríguez vea en su papá, Felipe López Sahagún, a un superhéroe, sino que en él ve una vocación de ayudar a la gente y salvar vidas.

“Es un gran ejemplo a seguir para mí, me va enseñando que tenemos que ayudar a las demás personas y se me hace padre que se dedique a eso”.

Itzel es una de los cuatro hijos de Felipe, quien es director de Unidad de Protección Civil y Bomberos de Tlajomulco de Zúñiga.

La joven tiene 17 años y acepta que cuando era más niña, el miedo la invadía al saber que su papá iba a lugares en peligro, pero ahora ya comprende más su profesión y lo admira por eso.

Hoy Itzel, en nombre de todos sus hermanos, le dice por este medio que es su mayor ejemplo en la vida.

“Es un héroe para mí, no tanto por su oficio, sino porque siempre ha tenido esa imagen conmigo, de ser quien me cuida; lo amo demasiado y no hay nada más importante para mí que él y mi mamá”.

MATÍAS Y LUCAS DE AGUINAGA GONZÁLEZ

Unos hijos orgullosos de que su padre escriba tan bien

Los hermanos De Aguinaga González, Matías y Lucas, están orgullosos de ser hijos de un escritor, ensayista y poeta tapatío, con alrededor de 28 años de experiencia.

Matías tiene nueve años y, según dice, le agrada mucho que su papá escriba tan bien, y que sea diferente a los papás de sus amigos.

Además, tanto su papá como su mamá le han inculcado el gusto por leer y de empezar a incursionar en la escritura de cuentos infantiles.

Su papá es Luis Vicente de Aguinaga, autor de libros como "Todo un pasado por vivir" y el poemario "Séptico". También es profesor investigador de literatura en la Universidad de Guadalajara.

“Yo le digo a mi papá que lo quiero mucho y que escribe muy bien, me gusta que es muy amoroso; nos lleva a la escuela, a jugar futbol al parque, al cine, nos hace de comer; mi papá es súper importante para mí, es algo muy importante en mi vida,”.

Para Matías, el que un papá atienda a sus hijos es “muy importante por lo menos para mí”, porque un papá es algo que un niño necesita para criarse.

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