Crónica de un día por vivir

Quién iba a pensar en un miércoles futbolero en agosto. Si hay un mes antifitbol ese es, o era, agosto. Dicen que en lunes ni las gallinas ponen y en agosto ni el Barcelona juega bien. Pues se alinearon las estrellas, se pusieron de acuerdo las comadres y se juntaron el Bicentenario, la Libertadores y las ganas de comer. Hoy todo el país, pero principalmente Guadalajara, trabajará a medios chiles. A las 2:45 de la tarde juega México, la eterna esperanza del quinto partido, contra la España campeona del mundo, contra esa generación de españoles que ha ganado tanto que ni ellos mismos se la creen.

 En la noche, una Chivas con la estrella a tope, que entraron en este torneo en octavos de final gracias al miedo que los sudamericanos le tenían a la influenza y que finalmente están estrenando el tan acariciado y prometido estadio, juegan la final de la Copa Libertadores, algo impensable hace un mes.

Cuando el día amenaza futbol o lluvia, más vale no meterse en el camino (esta recomendación vale igual para mujeres celosas del juego de la patada o para jefes que creen que ser estricto es aguarles la fiesta a los subalternos que ya inventaron excusas para pintearse toda la tarde). Futbol mata negocios, mata disciplina y mata razones. Hoy es día futbolero, así que más vale prepararse. Estas son algunas recomendaciones para los que practican el deporte por televisión.

Si va a hacer algo, hágalo en la mañana. Tiene de 9:00 a 1:00 para resolver el día; lo que no pasó en ese lapso de tiempo es tema del jueves. Cuatro horas bien trabajadas valen el día completo. Si no hay nada urgente pues relájese y gócela.

La tarde comienza a las 2:00. Hay que planear bien dónde va a ver el México-España. Lo peor que puede hacer es comenzar a buscar dónde y con quién va a ver el partido a la 1:30 de la tarde. A esa hora todo mundo ya tiene claro qué va a hacer y si usted comienza a hacer llamadas, además de un “sin amigos” puede se calificado como inoportuno.

No importa el resultado. La tarde es para festejar. Si México ganó o empató al campeón con reservas, el grito es “le ganamos al campeón” aunque sea de mentiras. Si España nos gana, que es lo más probable, siempre podremos gritar: “pero hace 200 años nos hicieron los mandados, p... gachupines”.

Mantenga el calor, es decir el nivel de euforia durante la tarde. Puede ser en cantina, bar, restaurante o casa particular, pero recuerde que el México-España es sólo el preliminar de una final de Libertadores.

Encarrerado el ratón, pasó a mejor vida el gato. Lo importante de mantener la euforia es que no nos importe el resultado de la noche. Si ganan la Chivas, a la Minerva; si empatan las Chivas, a la Minerva; si pierden la Chivas, pos nomás pa’ olvidar, a la Minerva. Salud.