Jueves, 28 de Noviembre 2024
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

Cosas de los políticos que me dan'''asquito''

Los políticos no pueden ante la tentación del micrófono y creen que los súbditos, además de pagar impuestos, tenemos la obligación de escucharlos

Por: EL INFORMADOR

Diego Petersen Farah.  /

Diego Petersen Farah. /

A mi también hay cosas que me dan “asquito”. Qué le vamos a hacer, pero hay cosas que son realmente desagradables de la clase política, indistintamente de partidos, ideologías o cargos. Carlos Castillo Peraza le llamaba el síndrome del ladrillo, pues en cuanto trepan 10 centímetros, decía, les da mal de altura. Y sí, una especie de ethos contagioso que hace que gran parte de los políticos se porten igual.

Y bueno, ya que el gobernador se puso en plan de confesar sus ascos, para no dejarlo solo he aquí los míos.

Nada me da más asco de la clase política que su manera de conducirse por la vida. Como de un día para otro se reconocieron a sí mismos como VIP´s (Very Important People, gente importante pero en inglés pa’ que suene realmente importante) hacen todo para que se note que lo son: andan en camionetotas porque el compadre los convenció de que el tamaño sí importa; tiene más guaruras que ideas, todos prepotentes y con cara de “¿qué no sabes quién es mi jefe, guey?”, y en cuanto pueden sacan un puro tan largo como sus aspiraciones. Les gusta estacionar su camionetón en doble fila para que se note que ya llegaron (es patético, pero sólo estorbando se notan) y dan abrazos tan estruendosos como falsos para que todos en el restaurante los volteen a ver.

Resulta realmente asquerosos que confundan hablar con gobernar. Los políticos no pueden ante la tentación del micrófono y creen que los súbditos, además de pagar impuestos, tenemos la obligación de escucharlos.

Viven embelesados con el dulce encanto de su propia voz, pero la mayoría no sabe hablar y casi ninguno tiene algo que decir. Como alguien en su formación política (en alguna cantina o table) les dijo que “en política forma es fondo” desde entonces se preocupan sólo por la forma. Entre el montón de gente que tienen a su servicio, a los que les pagan generosamente con nuestro dinero, no hay nadie que les diga: hazte un favor a ti mismo y al mundo; hoy no hables.

No hay político más desagradable que el que gobierna para la foto, que son casi todos. Van por el mundo buscando las portadas, da igual que sea de un periódico deportivo o de un suplemento de sociales. Al único consejero que le hacen caso es al asesor de imagen y por supuesto, al espejo. Creen que gobernar es cortar listones e ir a comidas con other important people porque es ahí donde se toman decisiones de altura. Llegan al puesto tomando Bacardí blanco y salen acostumbrados al Buchanans 18 (eso sí, los dos con coca).

A lo mejor yo también soy, como dijo el gobernador, un poco a la antigüita y mis clásicos ya están un poco viejitos y pasados de moda. Pero como dijo Joan Manuel Serrat, “entre esos tipos y yo hay algo personal”. A mi también hay cosas de los políticos que me dan “asquito”.

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