Clausura del Parque Rehilete podría seguir dos semanas más

GUADALAJARA, JALISCO (10/ABR/2012).-  La recuperación del Parque Rehilete Alcalde por parte del Ayuntamiento de Guadalajara, para asumir nuevamente la administración de ese espacio público que había estado concesionado a una empresa privada, podría llevar, en el mejor de los escenarios, a una parálisis de sus actividades de una a dos semanas, en tanto se clarifica el horizonte legal que se cierne sobre el mismo.

La Sindicatura tapatía, en particular, su Dirección de lo Jurídico Contencioso, a cargo de Juan Paulo Dávalos Navarro, se dice a la expectativa de la estrategia jurídica que podría emprender la empresa Diversiones Arias, que venía siendo la encargada de las operaciones del Parque Rehilete Alcalde, pero a quien recientemente se le revocó tanto su concesión como la licencia municipal de funcionamiento por incumplimientos, según la autoridad municipal, al contrato establecido desde 1996.

En estos momentos la Tesorería Municipal está desahogando un procedimiento administrativo de ejecución para garantizar que la empresa que era la concesionaria, pague al Ayuntamiento tapatío los aproximadamente dos millones de pesos que le adeuda por la cobertura de la renta estipulada en el contrato, y que es precisamente una de las causas de incumplimiento que llevó a la autoridad municipal a buscar la terminación anticipada del convenio con Diversiones Arias, que originalmente se había previsto para fenecer hasta 2016.

Dicho procedimiento de ejecución por parte de la Tesorería Municipal tapatía podría concluir en el embargo de los bienes de la empresa que aún permanecen dentro del inmueble, informa Dávalos Navarro, para compensar el daño al erario público que comenzó a darse desde noviembre de 2009, cuando el pago de la renta a la autoridad municipal tuvo sus primeros incumplimientos.

Desde el 23 de marzo el Parque Rehilete Alcalde está clausurado por el Ayuntamiento de Guadalajara y no hay hasta ahora certeza plena del momento en que podrá tener nuevamente visitantes. La Sindicatura tapatía, por otra parte, no ha sido notificada de ninguna suspensión por parte de algún juez federal, que pudiera haber sido obtenida por la empresa privada dentro de un juicio de amparo.

“Vamos a ver (cuánto permanece la clausura) porque habrá que idear otras estrategias (jurídicas) más adelante, ahorita es la recuperación (del parque), estamos atentos a la cuestión jurídica porque sabemos que van a tener ellos también algunas opciones (de recursos legales), entonces vamos a la medida de ir viendo qué estrategias vamos a adoptar”.

La empresa privada había establecido un convenio con la Tesorería Municipal para ir subsanando la deuda hacia la autoridad municipal, pero lo incumplió, argumentando que la operación del sitio no generaba los suficientes réditos.

Desde un primer análisis de este conflicto legal, explica Dávalos Navarro, la clausura del parque junto a la revocación de la concesión y de la licencia son ya actos consumados, esto es, concluidos, sin que haya habido entonces alguna suspensión judicial que le fuera notificada de manera previa a la autoridad municipal y que hubiera podido impedir la concreción de esta estrategia jurídica del municipio.

Si las suspensiones legales sirven para prevenir acciones de la contraparte que se consideran dañinas, pues entonces parecería que en este caso ya no tendría sentido ese recurso judicial, no obstante, la Sindicatura tapatía no descarta ninguna posibilidad:

“El acto ya se consumó de manera irreversible, sin embargo, nos ha tocado ver que en ocasiones así las emiten (las suspensiones sobre acciones ya concluidas) y las ordenan, y nosotros como autoridad tenemos que acatar siempre lo que el marco jurídico ordena”.

El objetivo del Ayuntamiento de Guadalajara es recuperar la gestión del espacio público para rehabilitarlo, en un proyecto como el implementado para el Parque Ávila Camacho, donde se dirigieron 25 millones de pesos (se creó un lago artificial) y que está registrando hasta dos mil visitas diarias, pues otro de los motivos para la terminación del contrato fue justamente el mal estado generalizado de las instalaciones del Parque Rehilete Alcalde.

EL INFORMADOR / LUIS HERRERA