Domingo, 24 de Noviembre 2024
Jalisco | Por Alfredo Hidalgo Rasmussen

Cita en la ciudad

Señores alcaldes, el 2010...

Por: EL INFORMADOR

En tres años se puede hacer mucho por una ciudad. Hoy en el mundo se construyen nuevas ciudades que parten de cero. Algunas tendrán 50 mil habitantes en menos de 10 años y llegarán a 500 mil antes del 2050.

Artículos y libros se escriben sobre grandes firmas y desarrolladores que están diseñando ciudades sustentables, temáticas y/o tecnológicas que vienen a ser las referentes urbanas del nuevo siglo. Dongtan en China, Ordos en Mongolia, [H2PIA] en Dinamarca, Paju Book City  o New Songdo City en Corea, son ciudades que pensando en el futuro, basadas en principios como “Zero Carbon City” o “Hydrogen City”, pretenden mitigar la dependencia energética del petróleo y mejorar la relaciones sociales a partir de nuevos esquemas de espacios y usos públicos, todo esto inserto en sistemas comerciales globales y fortalecimiento al desarrollo local.

Sin embargo, contra algunas decenas de nuevas urbes “en construcción”, hay miles de ciudades en las que ya viven cientos de millones de habitantes. ¿Qué pasará con la ciudades que ya existen?, ¿deberían regirse por los mismos protocolos de cuidado ambiental y eficiencia de recursos energéticos?

Resulta que nosotros estamos también construyendo la ciudad futura. Hoy estamos tomando decisiones fundamentales para lo que será Guadalajara en el 2025, en el 2050, ¿con base en qué lo estamos haciendo? Sabemos que seremos más habitantes, sabemos que tendremos problemas de abastecimiento de agua y que el incremento en el parque vehicular perjudica el medio ambiente y por tanto, la salud.

Sabemos que tenemos menos árboles que autos, y menos parques de los que deberíamos tener de acuerdo con los parámetros de la UNESCO, como también sabemos que los índices de marginación y pobreza en Guadalajara generan desigualdad que impide tener una mejor ciudad; la calidad de vida disminuye y no podemos atenernos ni a un Estado benefactor ni a un sistema neoliberal agotado que ahora descanse en el autoempleo, dejando a cada uno de manera individual la responsabilidad de inventar un negocio del que pueda vivir.

Todo esto lo sabemos y no lo queremos. Las ciudades que hoy se diseñan y construyen en el mundo, al igual que nosotros, conocen esos problemas y tienen información suficiente sobre qué hacer para evitarlo. Tanto quienes diseñan una ciudad para el futuro, planeando a partir de cero, y quienes lo tenemos que hacer con más de 400 años de historia, debemos asumir que lo que hagamos y dejemos de hacer hoy, tendrá efectos en el futuro. Es obligatorio tener un proyecto de ciudad, una idea directriz que nos haga conocer los grandes temas sobre los que tenemos acuerdos. Las ciudades no son perfectas ni lo serán. “Una de las cosas más potentes de la ciudades es la imperfección”, dice Alejandro Gutiérrez, líder del proyecto de la nueva ciudad de Dongtan, al norte de Shangai.

Señores alcaldes, dentro de unos días gran parte del desarrollo territorial de nuestra ciudad estará en sus manos. Hoy más que antes, se reconoce a nivel regional, nacional e internacional, a las ciudades que hacen lo correcto; pero sobre todo, lo reconocen y sienten sus habitantes.

Hace cinco meses compartí en este mismo espacio un “decálogo urbano” dirigido a los recién nombrados alcaldes electos, quienes serían los responsable de la administración del territorio por los próximos tres años (http://www.informador.com.mx/jalisco/2009/118213/6/decalogo-urbano-para-electos.htm), en ese artículo se habló de planeación, participación, priorización pública, entre otros temas deseables. También se mencionaban 10 cosas que no se deberían hacer, por ejemplo: discriminar, simular, improvisar. Hoy reitero la necesaria aplicación de principios que puedan hacer de la gestión urbana territorial de los próximos años, un ejercicio adecuado. Somos una ciudad con una población que cada vez participa más, una juventud que se vuelve a interesar en el rumbo y futuro de su ciudad.

Nos gobernarán, mayoritariamente, alcaldes menores de 40 años; su juventud los ha puesto en tan importantes responsabilidades, pero su madurez y sensatez los obliga a rodearse de los mejores equipos y oír a quienes representan. Nos son tiempos de retórica ni de populismo, ni de abusar del poder, por que se revertirá; son tiempos de acciones concretas en beneficio del territorio y sus habitantes, tiempos de ver a futuro dando pasos firmes. No todo lo pueden ni lo van a hacer las autoridades; se requiere trabajar juntos como ciudadanía, pero necesitamos avanzar en la misma dirección. Todos tenemos algo que aportar.

El 2010 puede ser el principio del fin de una década con más promesas que resultados, donde se planee, se acuerde y se construya la ciudad que necesitamos y que queremos; pero también puede ser el corolario de una suma de acciones equivocadas en la ciudad que termine por liquidar las esperanzas. Las ciudades son imperfectas, pero ojalá nunca tanto…

alfredo@infotectura.org

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