Cita en la ciudad

Por Alfredo Hidalgo Rasmussen

Y si finalmente, no hay Juegos Panamericanos en Guadalajara... ¿de quién habrá sido la culpa?, ¿quién pierde?, ¿quién gana?, ¿alguien puede ganar aún en este escenario? Para los ciudadanos, hacernos estos cuestionamientos es absolutamente legítimo.

De nuevo hemos perdido credibilidad en quienes, durante más de dos años, nos han querido vender “espejitos”.
El escenario que se desmorona no es sólo el de la imagen de una ciudad al exterior; no es la primera vez que se promete y no se cumple con proyectos internacionales. Nos hemos acostumbrado a la especulación mediática de prometer y no hacer (JVC, Guggenheim, Arcos del Milenio, etc.), lo cual no deja de ser grave y misterioso; lo que también se desmorona es una cultura de hacer ciudad sin participación ciudadana, sin la búsqueda de consensos, sin los equipos de especialistas adecuados; personificada a través de un estructura política y gestora, responsable de una pésima organización que por años buscó este “privilegio” y que ahora, ha demostrado que esta gran oportunidad para la ciudad es solo un telón.

Un proyecto que nunca se ciudadanizó, ya empezó a cobrar facturas. Ese gran evento panamericano que detonaría la ciudad, convertido en la última gran oportunidad que tendríamos los tapatíos para mejorar y ver desarrollarse nuestra capital, se desfigura a pasos agigantados.

Durante ese mismo tiempo y prácticamente sin recursos públicos, el movimiento en pro de una ciudad sustentable a través de la movilidad no motorizada, impulsada por el fomento al uso de la bicicleta, ha demostrado que los proyectos e iniciativas ciudadanizadas llegan mucho más lejos. Hoy, mientras los ciclistas urbanos se reúnen en el Larva y varias sedes de la ciudad, fortaleciendo la discusión sobre un espacio ciudadano ganado a pedaleadas, los dimes y diretes acerca de la Villa, del predio de “El Disparate”, y de otras sedes panamericanas, van tomando tintes cada vez más lamentables. La carta de Vázquez Raña publicada el pasado día 17 en EL INFORMADOR, no puede menos que dejarnos con una serie de angustiantes dudas.

El próximo día 22 se espera un milagro. Una convocatoria lanzada por el Comité Organizador de los Juegos, para que alguien proponga en escasos 15 días lo que no han podido resolver en más de dos años, con una bolsa de recursos nada despreciable, es digno ejemplo del proceso fallido. La triste convocatoria exhibe de manera pública un S.O.S. para salvar la Villa y los Juegos. Pasaremos de un proyecto que era un buen pretexto para detonar el Centro Histórico, a una propuesta de última hora por parte de algún desarrollador inmobiliario.
Los responsables del incontrolable crecimiento de la mancha urbana son ahora quienes pueden tener en sus manos la solución de este importante proyecto para la ciudad. ¡Imagínese a qué hemos llegado!

La historia reciente de la ciudad es la historia de sus promesas, con una enorme brecha entre lo que se desea y lo que se realiza. Para los urbanistas Borja y Muxí, la historia de la ciudad es la historia de su espacio público, por ser a la vez “el espacio principal del urbanismo, de la cultura urbana y de la ciudadanía; un espacio físico, simbólico y político”. La historia de  Guadalajara se debe construir ahí, recuperando espacios, recalificándolos, cambiando bicicletas por autos, aspirar a una ciudad sustentable.
Y si hay Panamericanos... ¿qué historia se construirá?

Alfredo Hidalgo Rasmussen, arquitecto.

alfredo@infotectura.org