Cientos de personas piden saneamiento del río Santiago

GUADALAJARA, JALISCO (15/FEB/2011).- En el tercer aniversario luctuoso del niño Miguel Ángel López Rocha, quien murió tras caer al río Santiago, el Colectivo de Organizaciones en pro del medio ambiente se reunió  esta tarde en la Plaza de Armas de la ciudad, para pedir a la sociedad y a las autoridades que no sean indiferentes ante los hechos de contaminación e impunidad que se registran en los municipios de El Salto y Juanacatlán.

El grupo de manifestantes de aproximadamente 700 personas se reunió en punto de las 17:00 horas en Plaza Juárez para continuar con su recorrido por la Avenida 16 de Septiembre y finalizar frente al Palacio de Gobierno, donde exigieron al gobernador del Estado, Emilio González Márquez, "que no se le den largas al asunto que afecta a todos los habitantes de ambos municipios", señaló Manuel Delgadillo Pulido quien es el coordinador del movimiento.

El también representante del colectivo de organizaciones ciudadanas exhortó al Gobierno del Estado a pensar y realizar acciones inmediatas en contra de las condiciones de contaminación a las que se tienen que enfrentar.

"Queremos pedir a las autoridades que declaren a El Salto y a Juanacatlán en estado de emergencia, que acepten que el número de muertes por enfermedades no es normal y que se saneen las aguas negras del río Santiago".

Los grupos sociales llevaron apoyo visual de cinco pantallas que transmitían videos con representaciones y entrevistas de la problemática que viven los habitantes de dichos lugares.

María Cristina Salinas Guzmán, quien es parte de la asociación " Las mujeres somos más", mencionó que estaba apoyando el movimiento porque su hijo de ocho años sufre una enfermedad en la piel por la contaminación que hay en el lugar.

"Pedimos la creación de un hospital de segundo nivel y la fumigación oportuna antes de cada temporal de lluvias, que aunque sí se realiza, el Gobierno sólo lo lleva a cabo en algunas zonas y deben extenderse".

María Eugenia Estrada, una vecina de El Salto, exigió a las autoridades tomar acciones también con empresarios de las fábricas cercanas "ya que las condiciones del río se deben en gran parte al vaciado de sus desechos en las aguas".

Cientos de personas que apoyaban la memoria del niño que llevaba el apellido López Rocha, caminaban al grito de "no más muertes" y cargando cajas negras que simulaban ser ataúdes y que traían escrito los nombres de las personas que han muerto por alguna relación a la situación de contaminación del sitio, mostraban sus pancartas en las que se podía leer las siguientes frases:

"El Salto y Juanacatlán son zona de desastre", "Todos los gobiernos guardan silencio mientras mueren más", "Él no tuvo la culpa de lo que causó la sociedad, fue víctima de sus actos y quedó en la impunidad" y "Si de todos modos vamos a morir muramos luchando".

Algunas de las organizaciones participantes eran: Colectivo de organizaciones ciudadanas en pro del medio ambiente, Red ciudadana A.C. Grupos de la tercera edad DIF Juanacatlán, Fundación Lerma-Chapala-Santiago, Movimiento de afectados por las presas y defensas de los ríos, Comité salvemos Temaca, entre otros.

Los representantes del movimiento traían colgado de su cuello botellas de plástico que contenían agua proveniente del río Santiago y frente a todos los marchantes gritaban que "reclamaban la justicia por los ciudadanos que aún estamos vivos, pero que nos encontramos condenados a muerte".

Miguel Ángel falleció el 13 de febrero de 2008, días después de haber caído al Río Santiago.  La Secretaría de Salud confirmó que su muerte se debió a envenenamiento por arsénico.

El 27 de enero de 2009, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) emitió una macrorrecomendación por la contaminación del Río Santiago dirigida a todos los niveles de Gobierno.

No obstante, a enero de 2011, el presidente de la CEDHJ, Felipe de Jesús Álvarez Cibrián, mostró su insatisfacción con la respuesta de algunas autoridades a la recomendación y prepara para marzo un informe sobre los avances en su cumplimiento.

EL INFORMADOR / EVELYN OLVERA