GUADALAJARA, JALISCO (05/NOV/2016).- Desde hace más de 15 años, 265 unidades del Sistema de Transporte Colectivo de la Zona Metropolitana de Guadalajara (Sistecozome) permanecen enfiladas y destruidas en su huesario ubicado en la colonia San Miguel de Huentitán.Debido a que no hubo recursos para repararlas o porque sobrepasaron su periodo de vida, el Sistecozome acumuló este “cementerio” de camiones, que envejecen junto a las tumbas del Panteón Guadalajara, ubicado a un lado del predio.Algunas unidades, las más antiguas, conservan el fondo blanco y las líneas amarillas, naranjas y azules que las caracterizaban como rutas del trolebús. Otras tienen letreros de cuando la tarifa costaba seis pesos y otras más carecen de vidrios o puertas y están invadidas de maleza.Ante la crisis financiera que atraviesa el Sistecozome, con una deuda de 315 millones de pesos en 2016, el director del organismo, Javier Contreras, planteó vender este parque vehicular para conseguir recursos.La propuesta despertó el interés de muchos transportistas, quienes pretenden comprar sólo las piezas, como es el caso de operadores del Metro en la Ciudad de México. Lo demás se venderá como chatarra.Para comercializar las 265 unidades, el Sistecozome solicitará un avalúo del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF). Posteriormente, se lanzará una convocatoria para conseguir compradores.Aunque no se tiene una estimación de cuántos recursos se podrán obtener de la venta, Javier Contreras señaló que las ganancias servirán para mitigar los problemas financieros que atraviesa: “Ahorita estamos al día, tenemos ingresos propios que nos ayudan a mantener al organismo. Pero creemos que se necesitan más, para poder crecer, por ejemplo”.