Celebran ordenación sacerdotal

GUADALAJARA, JALISCO (20/MAY/2013).- “Todavía hay respuesta” de los jóvenes para consagrarse como sacerdotes, dijo en rueda de prensa el arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, tras encabezar la ceremonia de ordenación de 46 presbíteros y 10 diáconos, en el Auditorio Benito Juárez.

Durante los últimos 10 años, en la fiesta de Pentecostés, se había ordenado en promedio a 35 sacerdotes por año, así que en 2013 mejoró la cifra. “Es muy significativo e importante un grupo tan numeroso de sacerdotes”.

“Más o menos se cubren las necesidades, pero siempre las habrá, por los nuevos núcleos poblacionales”, respondió el obispo al preguntarle si los nuevos sacerdotes son suficientes. Detalló que hay mil 200 en la Arquidiócesis de Guadalajara.

Robles Ortega expresó que las áreas rurales y limítrofes en Jalisco, así como zonas de la metrópoli, son las que más necesitan presbíteros.

En otro tema, celebró la santificación de la madre Lupita, quien fue canonizada el domingo pasado en la Plaza de San Pedro, en Roma, por el Papa Francisco: “Fue un acontecimiento muy solemne y sencillo, como es la liturgia romana (...) Es un orgullo, una dicha, que una mexicana llegue a los altares como intercesora ante Dios y como modelo de vida cristiana”.

“Es una alegría, pero también es una responsabilidad. Así como el Evangelio en ella fructificó y maduró, al grado de santificarla, ojalá que nosotros nos dejemos también santificar, edificar, por el Evangelio, para ser hombres y mujeres de bien, en la vocación que el Señor nos haya regalado”.

Dispuesto a discutir libre convivencia

El arzobispo descartó que haya una fecha para hablar de la Ley de Libre Convivencia con legisladores o personal del Congreso del Estado, pero se dijo dispuesto a dialogar. “Vi por la prensa que hicieron una encuesta y parece que Jalisco ya evoluciona a un pronunciamiento favorable a ese tipo de leyes. Pero también diría: hagamos una encuesta para preguntar cuántas personas estarían de acuerdo en que se equiparara la unión de personas del mismo sexo a la unión matrimonial. Tal vez nos llevaríamos una sorpresa. Hay que esperar, conocer bien el proyecto, debatirlo, opinar”.

El 13 de mayo el impulsor de la ley, el diputado Enrique Velázquez, informó que 49% de las personas consultadas en un sondeo que realizó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) apoya la iniciativa de la Ley de Libre Convivencia, aunque recalcó que, de las 402 entrevistas que se realizaron, la mayoría respalda esta iniciativa siempre y cuando no se le llame matrimonio.

Robles Ortega apuntó que no conoce el proyecto legislativo. Sin embargo, aseveró: “He insistido en el riesgo que tienen estos proyectos, que es un primer paso para hacer presión a otro tipo de propuesta: la matrimonial y, lo más grave, la adopción de hijos”.

Aquel día, Enrique Velázquez reiteró que la propuesta no trata de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo ni incluye la figura de adopción, sino que con la reforma del Código Civil del Estado pretenden regular las reuniones de personas que sean familiares, parientes, amigos o parejas del mismo sexo, con la finalidad de brindarles certeza jurídica y ganar derechos, como la seguridad social.

CRÓNICA
Nuevos pastores

Como rito esencial del sacramento del orden, el cardenal Francisco Robles Ortega posó las manos en la cabeza de cada hombre y después oró para pedir a Dios la efusión del Espíritu Santo: lo hizo ayer cuantas veces fue necesario, para ordenar a 46 presbíteros y 10 diáconos, ante un abarrotado Auditorio Benito Juárez que celebró la llegada de los nuevos sacerdotes.

En la ceremonia de cuatro horas, después del Evangelio, los aleluya y el “Gloria a ti, señor Jesús”, los ahora diáconos se acercaron al presbiterio y luego hicieron lo mismo los nuevos sacerdotes. Estos últimos fueron llamados en voz alta, uno a uno. Como se pidió no aplaudir, cuando los familiares y amigos del presbítero en cuestión escucharon su nombre agitaron banderas, globos o palitos con tiras de papel en plata y dorado.

Como parte del protocolo, los diáconos manifestaron su promesa de abrazar el celibato y la voluntad por cumplir con su encargo; además consignaron su obediencia y respeto a Robles Ortega y a sus sucesores. En tanto, los sacerdotes renovaron esa obediencia y respeto y expresaron su interés por ser presbíteros.

Una vez que el arzobispo confirmó que los 10 hombres son diáconos, se les vistió de acuerdo a lo establecido: con la dalmática. También recibieron el libro de los evangelios.

“No son enviados como gerentes de una empresa: son enviados como pastores, para atender” a los fieles que viven su religión, pero sobre todo a quienes se han alejado de la Iglesia, les dijo el arzobispo de Guadalajara en la homilía. “Su modelo es Cristo; su fuerza, el espíritu de Cristo”.