Casas construidas a partir del plástico, con el sello de México

GUADALAJARA, JALISCO (20/AGO/2012).- ¿Se imagina usted una casa que se construyó a partir de envases plásticos donde antes había detergentes, pinturas, leche, o incluso con seguros del medidor de luz?; ¿Se imagina, además, que estas residencias se desarrollan con tecnología 100% mexicana en un periodo no mayor a los ocho días, y son transportables? Pues se trata de una realidad, y el sitio donde se construyen está a solo 10 minutos de Periférico Sur.

Ricardo Rivera Ulloa es director general de la empresa "Kuadro, Soluciones Tecnológicas", y su área de especialización es la "transformación" del plástico; materia prima que él mismo busca trasladar desde diversos puntos del Estado a su lugar de trabajo, ubicado en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, para procesarla y darle un uso, en lugar de que ésta incremente el volumen de saturación en uno o varios de los vertederos en el Estado.

Básicamente, lo que hace es triturar el plástico sin separarlo, "yo no soy reciclador; yo busco a amas de casa, o personas del campo y les digo: 'usted sepáreme todo lo que tenga consistencia plástica", porque eso es lo que me sirve; para mí eso es oro". Una vez en trozos, el próximo paso es comprimir el material y darle la forma requerida.

Y es que las casas que él construye se forman a partir de varias piezas, mismas que son "ensambladas fácilmente" con ayuda de un albañil, para colocar suelo firme en el espacio donde se pondrá la casa (que tiene un periodo de vida asegurado de un siglo); y de un soldador para unir los fragmentos. Lo que resta es pintar, y listo.

"Debo dejar en claro que la basura es únicamente plástica, y la tomo antes de que llegue al basurero; no me meto ahí", señala, al tiempo que aclara su objetivo de clientes: personas que viven en zonas rurales, y en sitios marginados.

¿La razón? El costo. La dimensión estándar de estas casas es de 32 metros cuadrados (m2), por lo que su precio real apenas llega a los 60 mil pesos. "Se compran solas; con el puro subsidio de la Conavi (Comisión Nacional de Vivienda) es posible que quienes ahora viven entre láminas y cartón tengan una de estas residencias".  

Es realista; por esa razón su público meta es quien carece de recursos suficientes. "Quien viva en Bugambilias pensará que es una broma; pero te aseguro que han venido varias personas humildes a ver las casas, y me dicen que son fabulosas; que sería vivir en un palacio. Entonces, imagínate, ¿Dónde y cómo viven? Hasta mis empleados me han pedido una para cada quien; ya les dije que sí".

En el olvido de la función pública

Lo que dicha empresa solicita, y carece de ello, es el apoyo gubernamental. Es un caso más de éxito local que se empolva en el anonimato. Y aunque el Gobierno de Jalisco le ha reconocido en el pasado, y en el aparador de su oficina se encuentren varios cuadros con el logo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), los subsidios para emprender el programa que anhela cristalizar, no llegan.

Para dar vida a su negocio, cuenta, ha platicado con gobiernos extranjeros, como el de Venezuela; nación que ya ha adquirido varias casas plásticas con el sello de México, y las ha entregado a personas que viven en zonas marginadas.

"Hablar de vivienda de basura no es degradante. Se le miente a la gente al pensar así. Hemos hecho visitas a sitios donde vive gente en la marginación, y nos han dicho que es un palacio y sería un sueño vivir en una vivienda de esa. Es un apoyo para realzar su estatus de vida; es apoyar a que decrezcan problemas sociales como la drogadicción y el robo".

Para construir una casa, Ricardo Rivera necesita de dos toneladas de plástico, con lo que salva, asegura, 20 árboles sanos de ser talados; mensualmente procesa 19 toneladas y, a la fecha, expone que ha sostenido pláticas con el gobernador electo, Aristóteles Sandoval Díaz, quien "se mostró muy interesado, pues dijo que si era (un programa) en beneficio de la sociedad, lo apoyaría".

Para saber

De cada mil kilogramos de basura que llegan al vertedero, el 11% es material plástico, pero en volumen esto representa el 57% del total.

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA