Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Misiva por Guillermo Dellamary

Carta al cielo

Que sea el dios de toda la humanidad, el que nos haga llegar su amor y voluntad

Por: EL INFORMADOR

Si de pedir se trata, deseo tantas cosas para que nuestro mundo sea mejor, pero me he de limitar a las que son más urgentes.

Que sea el dios de toda la humanidad, el que nos haga llegar su amor y voluntad, para que los seres humanos hagamos cambios trascendentes en nuestras vidas.

De verdad deseo que los padres amen a sus hijos con la verdad del ejemplo, que dejen de castigar y de regañar, si primero no les han enseñado el respeto.

Que los maestros y educadores se empeñen en enseñar más los valores humanos, que el conocimiento de las ciencias, al fin y al cabo es mucho más importante vivir con los primeros que con los segundos.

Porque vamos a ser mejores personas si tomamos conciencia del valor de la vida y de vivir con armonía con todo los demás, que llenos de títulos y buenas calificaciones, si no somos capaces de amar primero.

Que los ricos sean generosos con los que menos tienen, que dejen de dar lo que les sobra, hasta dar lo que más quieren.

Pedimos por un mundo más justo, para que cada quien cumpla con su responsabilidad sin estar criticando al otro. Para que cada quien cumpla bien con lo que tiene que hacer.

Pedir por la paz en nuestras familias es obligatorio, es indispensable luchar más unidos pero sin recurrir a la violencia. Es un grave error querer curarla con ella misma.

Nos preocupa cómo tratan a los que emigran y son maltratados, torturados y asesinados, por lo que deseamos que se respete por igual la vida de todos y la libertad para moverse sin ser agredido por ello, aunque se rompan las reglas. Eso no debe justificar ninguna agresión.

La lucha por la vida debe continuar, el derecho que tienen los nonatos a crecer, sea la edad que tengan, es tanto como el derecho de una semilla a brotar y a dejarla crecer.

Queremos la verdad en boca de todos los políticos del mundo y que la libre expresión sea un instrumento de paz y concordia y no una amenaza para los corruptos.

Que el más grande negocio del mundo sea cultivar las virtudes y no fomentar los vicios. Especialmente los que hacen esclavos a los jóvenes de todo tipo de adicciones.

Especialmente deseamos que los guías espirituales, de cualquier denominación, cumplan con su tarea de acercar almas a dios y no de abusar de su investidura para alimentar su codicia.

Finalmente queremos vivir en una humanidad más unida, trabajando por mejorar la calidad de vida en todo el planeta.

¿Será mucho pedir?
No importa, lo haremos una y mil veces más con tal de lograr que hagamos algún cambio en nuestra manera de vivir.

Al menos me queda la tranquilidad de que existe mucha gente buena y de fe, que seguramente hará lo mismo por sí mismo y por los demás.

Que en esta Navidad se cumplan tus deseos.

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