Cambio de hoy

Todos los cambios son tardíos, porque desde el momento en que se hace evidente la necesidad de un cambio, a que éste sea realidad, siempre transcurre un tiempo que para los que sufren el cambio es eterno, pero para quien tiene que realizarlo es poco. Los dos cambios que hará hoy el gobernador en su gabinete estaban más cantados que el Himno Nacional en año de Bicentenario, pero son dos puestos nada fáciles de sustituir: el secretario de Finanzas es el segundo puesto en importancia dentro de un gabinete y, junto con el procurador, el de mayor confianza para un gobernador. El de comunicación social es el más cercano a un político. Tan es así que Emilio González comenzó su gestión con dos amigos muy cercanos en esos puestos, Óscar García Manzano en Finanzas y Fernando Chávez en Comunicación, ambos cercanísimos.

José Luis de Alba González, el secretario de Finanzas, era tan cercano como García Manzano y sobre todo, alguien absolutamente confiable para el gobernador. De la gestión de González de Alba se pueden decir muchas cosas, que impuso un visión catastrofista de la economía, que se convirtió en un freno para el desarrollo (al final, como al perro flaco, se le treparon todas la pulgas y le cargaron hasta que no bajara recursos para los municipios y no darle dinero a la UdeG), pero lo que nadie puso ni ha puesto en duda, es su honestidad y ése era su valor fundamental. Por eso llegó ahí y por eso duró tanto. Quien lo sustituye, Martín Mendoza, es un funcionario de 15 años carrera en los gobiernos panistas, que conoce la Secretaría de Finanzas como pocos. No es, no será el gran promotor del desarrollo: González Márquez optó por un perfil profesional que le ayude a cerrar bien su administración y poco más.

En comunicación social el cambio era también ya obligado. Es un puesto de muchísimo desgaste con los medios pero el elemento fundamental que venía pesando sobre Héctor Moreno desde hace un año cuando comenzó a rumorarse su salida, es que le dedicaba demasiado tiempo y esfuerzo a la posible candidatura de Fernando Guzmán, en detrimento del gobernador.

Tan es así que Moreno se va a trabajar a la estructura de la Secretaría General, desde donde sin duda seguirá operando para la candidatura de Guzmán. En su lugar llega Rubén Alonso, un gran periodista que cambió de cancha a principios de este sexenio, cuando se fue a trabajar a la estructura del Gobierno del Estado de la mano de Alonso Ulloa, para promover la cultura de transparencia, un tema en el que Rubén Alonso es quizá el experto más connotado del Estado. La llegada de Alonso (que en este caso es apellido) puede ser interpretada como un triunfo de Alonso (que en este caso es nombre), pero sobre todo, como una búsqueda de institucionalización de la comunicación gubernamental.