GUADALAJARA, JALISCO (16/NOV/2016).- Hace tres años Martha Leticia Rivera Pérez, de 53 años, fue diagnosticada con diabetes tipo 2. A pesar de que en su familia había antecedentes de la enfermedad, acudió al médico cuando comenzó a experimentar síntomas. “Me empecé a sentir muy decaída, por eso fui al médico”, comentó.Los niveles normales de azúcar en sangre rondan entre 70 y 100 en ayunas. Sin embargo, cuando ella acudió al médico para corroborar si tenía la enfermedad, presentaba 563 mg/dL de glucosa.En la actualidad, debe consumir medicamentos de manera permanente para mantener normales los niveles de glucosa, entre ellos metformina e insulina, ésta última tres veces al día.Narra que, a partir del diagnóstico, su calidad de vida ha mejorado, en parte debido a la transformación que realizó en sus hábitos alimenticios, a partir de los consejos de su médico, quien la instó a “bajarle a la comida, nos enseñan a comer bien, antes comía muchas harinas, azúcares y ahorita ya casi no”.Sus padres y abuelos murieron a consecuencia de la diabetes. “Ellos no se cuidaban, como yo lo estoy haciendo ahorita; a mi papá le dio un infarto fulminante y de eso murió; mi mamá duraba meses internada, salía y al poco tiempo regresaba, hasta que falleció por un paro respiratorio”, comenta.Asimismo, afirma que en su familia se ha producido un cambio a partir de que ella presentó la enfermedad, ahora se toman medidas preventivas que antes no se tenían en consideración, como una alimentación saludable para todos y la realización de actividad física. “Mis hijos ya se están cuidando, porque ven cómo ando yo”, concluyó.PARA SABERRecomendaciones para todos• Evitar los alimentos altos en azúcar y los carbohidratos.• Realizar al menos 30 minutos de ejercicio al día.• Acudir a realizarse pruebas de manera constante, especialmente quienes tienen predisposición genética a padecer laINVITAN A REALIZARSE PRUEBAS DE GLUCOMETRÍA CON FRECUENCIADiabetes puede presentarse desde la juventudUna vez que se realiza la prueba de glucometría en cualquier Unidad de Medicina Familiar (UMF) del Instituto Mexicano del Seguro Social, y en caso de que exista señal de alarma, los pacientes son derivados al laboratorio, donde se realizan exámenes de sangre para corroborar el diagnóstico.De acuerdo con Roberto Ibarra, enfermero de uno de los 10 módulos de Medicina Preventiva de la UMF número 2, al día se atienden a alrededor de 27 personas, “de cajón unas 10 de ellas ya son diabéticas o ya presentan síntomas”, tales como hambre, sed y necesidad de orinar constantes, además de cansancio.Sin embargo, asegura que los signos de la enfermedad muchas veces pasan desapercibidos al ser considerados normales por el paciente. Detalla que muchos de los pacientes que acuden al consultorio carecen de hábitos alimenticios saludables, además de que llevan una vida sedentaria.Asimismo, asegura que la edad en la que se presenta la enfermedad ha ido disminuyendo con el tiempo. “Antes se manejaba que mayores de 45 eran los de mayor riesgo, pero ya se redujo a 20 años”.Para acceder a los exámenes de glucometría que se practican en los módulos de Medicina Preventiva, aseguró Roberto. Sin embargo, de acuerdo con Jesús Emmanuel Plascencia Villegas, médico que realiza su servicio social, se efectúa otro programa de manera paralela, en el cual se recorren las instalaciones de las UMF para aplicar la prueba a cualquiera que esté interesado. Este servicio opera de 8:00 a 14:00 horas.Por falta de signos, menosprecia enfermedadEl señor José Luis Rodríguez Rodríguez, de 68 años de edad, fue diagnosticado con diabetes “hace unos 25 o 30 años”. Sin embargo, asegura que jamás ha presentado síntomas.“Fui a la clínica, me hicieron unos exámenes y me dijeron que tenía diabetes, nomás porque me dicen que la tengo, pero ni siento nada”, aseguró.Aunque en su familia hay antecedentes de personas que han presentado la enfermedad, no considera que sea grave, por lo cual, a pesar de que siente aletargado y tiene la vista nublada, no cuida su alimentación ni realiza actividad física.Asegura que en un día normal come “lo que hay, puedo comer tacos en la calle, comida casera, lo que sea, yo como por inercia”. No obstante, tiene que aplicarse insulina dos veces al día.