Miércoles, 23 de Octubre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas, de Jaime García Elías

—“Blindaje”

Se plantea “blindar” la legislación local al efecto de cancelar a priori la posibilidad de realizar uniones matrimoniales entre personas del mismo sexo

Por: EL INFORMADOR

Cualquier mediocre discípulo del eximio maestro Perogrullo plantearía así la cuestión: “Una cosa es que pregunten si estoy de acuerdo en que se permita el matrimonio —llamémosle así, a beneficio de inventario— entre personas del mismo sexo... y otra muy diferente que pregunten si estoy de acuerdo en que se haga obligatorio”.


—II—

En Jalisco está en vías de abrirse un debate que en otras latitudes —el Distrito Federal, sin ir más lejos— ya quedó resuelto. Precisamente a raíz de que allá se modificó el Código Civil al efecto de eliminar la disposición de que el matrimonio sólo es posible entre un hombre y una mujer, aquí, a partir de consideraciones “moralistas” (vocablo cuya etimología remite al latín “mor, moris”, que significa costumbre y sugiere que la bondad o malicia de casi cualquier conducta es relativa y —como la historia lo ha demostrado muchas veces— puede ser cambiante), se plantea la conveniencia de “blindar” la legislación local al efecto de cancelar a priori la posibilidad de realizar, también aquí, uniones matrimoniales entre personas del mismo sexo.

El primer paso consistiría en formalizar una iniciativa popular en ese sentido, planteada por una asociación civil. El segundo, en realizar, por parte del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, una consulta ciudadana. Si 0.5% del padrón electoral del Estado (es decir, 25 mil de los poco más de cinco millones de ciudadanos incluidos en el mismo) lo suscribe, la reforma respectiva al Código Civil del Estado sería, prácticamente, “carambola hecha”.

—III—

El asunto, previsiblemente, alborotará el avispero. El tema generará controversias, necesariamente ácidas... Empero, aun en la hipótesis de que la legislación, al final de la película, se “blindara” en ese sentido, y Jalisco, por esa vía, acrecentara su calidad de castillo de la pureza, bastión de la moralidad y baluarte de la decencia, aún faltaría neutralizar los perniciosos efectos de una disposición que al constituyente —¡nada menos que al constituyente!— en mala hora se le ocurrió plasmar, en apenas 17 palabras, en la Carta Magna (Art. 121, inciso IV):  “Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado, tendrán validez en los otros”.
(O sea que a los ciudadanos que desearan casarse con una persona del mismo sexo, les bastaría con hacerlo en el Distrito Federal, por ejemplo, para regresar a Jalisco a ejercer plenamente sus derechos... entre los cuales el de pitorrearse de un “blindaje” hecho de papel de china).

JAIME GARCÍA ELÍAS / Periodista y conductor radiofónico.

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