Barranca Museo de Arte empezará a edificarse antes de terminar el año

GUADALAJARA, JALISCO.- El proyecto Barranca, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo Guadalajara, avanza a pasos agigantados: el diseño arquitectónico del despacho Herzog & de Meuron está prácticamente concluido, y el siguiente paso es armar el proyecto ejecutivo para iniciar obras en el último trimestre de 2010.

Los involucrados hablan del proyecto con seguridad, porque está por materializarse.

Representantes de KMD arquitectos, de Herzog & de Meuron, del despacho de ingenieros británicos ARUP, de la Asociación Guadalajara Capital Cultural, del Taller de Operaciones Ambientales (TOA) y el secretario de Turismo, Aurelio López Rocha, se reunieron del 9 al 11 de abril para revisar los avances del Barranca Museo. Los resultados fueron satisfactorios.

“Estamos en el ‘design development’ (desarrollo del diseño) y entraremos en todo lo que tiene que ver con el proyecto ejecutivo, es decir, hasta ahora tenemos todo el diseño y lo que falta es ver cómo se va a construir”, explica Fernando Fernández, de Guadalajara Capital Cultural.

En octubre iniciarán las obras de mejoramiento del parque El Mirador (asiento de museo), y un mes después la construcción de la primera etapa, pues se trabaja por “paquetes”, para ir liberando los permisos.

“Esto ya no es un sueño, es un proyecto en marcha que está en proceso de construirse. Y mientras avanzamos en lo arquitectónico, se están realizando otras acciones paralelas requeridas para cuando se inaugure el museo, como la integración de los curadores, porque es fundamental definir los contenidos, la firma de convenios con colecciones que ya existen y la integración del equipo que dirigirá el espacio”.

En esta etapa del proyecto se integró el despacho TOA, ya que estarán a cargo del parque de la Barranca para “borrar” las fronteras entre el entorno y la arquitectura.

Avanza a buen ritmo proyecto del Barranca Museo

El diseño arquitectónico del proyecto Barranca, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo Guadalajara está casi terminado, por lo que ahora los esfuerzos se enfocarán en la elaboración del proyecto ejecutivo, con el objetivo de iniciar las obras a finales de este año.

Para explicar lo que será la experiencia en el Museo Barranca, el curador Patrick Charpenel retoma el principio kantiano de que la experiencia estética está entre lo bello y lo sublime. “Lo bello es algo que puedo medir, es mesurable, mientras que lo sublime es algo que me rebasa, y la experiencia en la galería junto a una barranca será sublime”.

Y gran parte de ello se debe a que el espacio estará acompañado de un accidente geográfico como es la Barranca, y a que Emiliano García y Lara Becerra, del Taller de Operaciones Ambientales (TOA),  integrarán el entorno a los edificios.

La charla se realiza en un mirador de la Barranca de Huentitán.

Patrick Charpenel resalta que lo arquitectónico está prácticamente terminado y que es el momento en que TOA entra a realizar la arquitectura del paisaje y la asesoría del estudio de impacto ambiental.

Lo primero que harán es un cálculo de la capacidad del proyecto, como cuánta agua se requiere, cuál es el tipo de vegetación de la zona, qué superficies de captación existen o cuáles son los consumos energéticos.

“Será una medición de todo el desempeño del proyecto y de ahí podremos proponer cosas congruentes con el sitio. Después sería la evaluación de vegetación existente, donde se determina el valor botánico, el valor estructural de los árboles, y se define qué se trasplanta, qué se retira y qué se poda”, explica Emiliano García.

TOA también hará un diagnóstico de cómo se usa el parque de la Barranca, “y lo que sucederá es que este sitio será más de los jaliscienses que nunca, porque son perfectamente conscientes de respetar el uso que actualmente tiene; todo lo bueno se conservará y lo que falta, se tendrá que dotar”, reflexiona Patrick Charpenel.

Es decir, el análisis es de cuál es la relación de la ciudad con el lugar, retomar las costumbres de la población y potenciarlas, y “de integrar la psicología de la gente que venga al museo, para que le interese un recorrido por el parque, y viceversa”, dice Lara Becerra.

Otro punto importante es que actualmente está disociada la información vegetal de lo que sucede en la Barranca, porque hay una malla ciclónica en el parque. La idea es que todo se integre, para que los visitantes conozcan los ecosistemas del sitio.

“Queremos que todas las plantas tengan sus datos, sus nombres, resaltar el valor de lo que pasa allá abajo y la idea es jalar todo esto a nuestros jardines”.

Ni Patrick Charpenel, ni los integrantes de TOA, conocen otro sitio en el que la fortuna de una barranca se mezcle con un museo de arte moderno y contemporáneo.

FRASES
“Lo más importante es permitir que este museo permee a otro nivel, que nos visiten más, que los que usaban el parque se integren al museo, y eso genera una relación cultural interesantísima ”.
Emiliano García,
Miembro del Taller de Operaciones Ambientales.  

"Los arquitectos pidieron que TOA trabajara con ellos y tuvieron el tino de plantear un proyecto que se integra perfectamente a este lugar tan dramático y maravilloso. "
Patrick Charpenel,
Curador de arte.

“El reto es poder conocerla (la Barranca), saber qué pasa ahí, porque ahora hay una malla ciclónica y no vemos nada ”.
Lara Becerra,
Miembro del Taller de Operaciones Ambientales.

Ficha técnica

El proyecto

El primero de diciembre, el Gobierno de Jalisco presentó el proyecto “Barranca, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo” en Guadalajara, que será el más grande de México y estará ubicado en la Barranca de Huentitán.

El edificio será de 10 mil metros cuadrados y tendrá tres espacios de exhibición: el primero estará conformado por colecciones permanentes de arte mexicano y latinoamericano; el segundo será para exhibiciones especiales desarrolladas por los curadores, y el tercero recibirá proyectos de otros museos.  

Se prevé que en septiembre de 2012 esté concluido.

CRÓNICA

La convergencia de los tapatíos

Stefan Mardach observa detenidamente la Barranca de Huentitán. Tras un largo espacio de silencio, respira y comenta: “Qué lugar tan hermoso, es auténticamente un paraíso”. Stefan es un conocedor de la zona, a pesar de ser nativo de Suiza, siempre ha estado en contacto con los proyectos que conciernen a la Barranca. Además, es el director del proyecto Museo Barranca y trabaja para uno de los despachos de diseño arquitectónico más importantes del mundo, Herzog & de Meuron.

Stefan y su colega, Stuart Smith, encargado de la ingeniería del proyecto, saben que el parque “es muy importante para todos los tapatíos, por ello la construcción asemejará a un águila, su estructura se planea volada y su impacto sobre el parque será mínimo”. Para Stuart construir un museo que no sea  acompañado de otras medidas es sólo “un oasis, una isla, y no un proyecto integral”. Por ello, la primera fase debe involucrar a los ciudadanos, “infraestructura deportiva, mejoramiento de las instalaciones, alumbrado y otros avances, deben ser previas al inicio de la construcción”.

El proyecto es una mezcla exacta entre estética en el diseño y practicidad. Stuart menciona que lo más importante es “respetar la lógica del monumento ambiental que constituye la Barranca”. Así, el proyecto entremezcla grandes ventanales que subsumen a la gente en la enorme realidad de la Barranca con un innovador diseño que “logra tomar las esencias y los colores de la Barranca y convertirlas en aspectos fundamentales del museo”. Esto queda particularmente claro con la estructura rocosa. El museo “volado” tendrá de sostén arreglos que desvanecen las diferencias entre el museo y la Barranca, al tomar los colores tan especiales que posee.

El despacho Herzog & de Meuron son especialistas en la construcción mundial de museos, por uno de ellos, el Tate Modern, de Londres, se hicieron acreedores de la máxima distinción arquitectónica: el premio Pritzker. A pesar de esta experiencia comprobada, Stefan reconoce que el reto que plantea la Barranca es emocionante, ya que “va más allá de un museo”. El plan es darle “vida a una zona tan hermosa y generar a partir de esto las condiciones que permitan un desarrollo armónico”. Para concluir, Stuart mira de reojo la monstruosidad de la Barranca y comenta: “Esta zona ya no puede estar olvidada, tiene que ser un punto de convergencia urbano”.