Asociaciones civiles priorizan apoyo a pobres

GUADALAJARA, JALISCO (02/ENE/2016).- “Yo no me ordené para darle de comer a la gente”, subrayó el párroco Alberto Ruiz Pérez cuando dio su primera misa en el templo de Nuestra Señora del Refugio, en la Colonia Cerro del Cuatro. Pero corrigió: “Cae más rápido un hablador que un cojo”. Hoy es el encargado de alimentar a 120 niños y ancianos, además de atender a más de mil migrantes cada año.

“Pensaba, desde lejos, que darles de comer era hacerlos atenidos, aunque cuando vi las condiciones en las que viven las mujeres o niños abandonados cambié mi parecer. Ahora es una satisfacción muy grande”.

El sacerdote es el encargado de la asociación Promotora de Vivienda y Acción Social, una de las 280 organizaciones sociales en el Estado que brinda apoyo a personas y familias con bajos recursos. Es el principal fin que persigue la sociedad civil en la Entidad, continuándole las asociaciones que atienden a pacientes y enfermos (145) y niños (131), pero también se agregan otras que apoyan a los ancianos o mujeres víctimas de la violencia.

La asociación del padre tiene 30 años de existencia, aunque él se incorporó hace 12. Primero haciéndose cargo del comedor; después de un centro de rehabilitación de adictos (que dejó de existir) y ahora de una Casa del Migrante, adonde han llegado, sólo este último año, mil 185 personas en busca de comida y techo. Uno de ellos es Giovani, quien salió de Honduras desde hace dos meses y se quedó unos días en el Refugio para recuperar fuerzas, trabajar un poco y continuar su marcha hacia Estados Unidos, donde lo espera un tío. “Aquí duermen, se bañan y descansan. Los que están enfermos los dejamos más tiempo. Es un problema latente”, indica Ruiz Pérez.

Cuenta con cocineras y otros voluntarios. También tiene una pequeña granja autosustentable de gallinas y conejos.

La cantidad de grupos sociales atendidos provocaron que el sacerdote separara las instalaciones. Sacó a relucir su carrera de arquitecto en la que duró 25 años, y con ayuda de colegas, otras parroquias y los habitantes de la colonia, empezó a extender los dormitorios, la cocina y la terraza. Otro aliciente fue la donación de 300 mil pesos por parte del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS). Por eso asegura que ha invertido casi un millón de pesos.

Es un ejemplo de la población organizada a favor de personas vulnerables. Si en 2008 había 524 asociaciones civiles hoy se documentan 939. Casi el doble.

La procuradora Jurídica del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS), Ana Gabriela Bacquerie Alarcón, indica que, entre éstas, son atendidas 10 mil personas en albergues.