Aquí, en León y en Lyon

Extraña que siendo arañas suban por elevador, dice un dicho popular ya actualizado al uso de las tecnologías. En el original lo que extrañaba es que subieran por las escaleras, pero esas arañas pasaron de moda hace muchos años. El planteamiento del coordinador de la bancada panista, el diputado José María Martínez, de que es “absurdo” quitarle al Congreso la decisión de las tarifas del agua, es tan absurdo como irresponsable. Extraña que el representante de un partido que siempre pugnó por el desarrollo de la sociedad civil y de instituciones intermedias, ahora se aferre de esa manera a un pírrico espacio de poder político y de control. Esa es la lógica del nuevo PAN, el PAN empoderado, nada distinto a lo que tanto criticaron.

Pero más allá del absurdo panista, el planteamiento que está haciendo el Consejo del SIAPA, compuesto ahora por alcaldes priistas, es nombrar un consejo independiente que defina las tarifas con criterios técnicos. El SIAPA no está descubriendo el agua tibia ni el agua potable; éste es un esquema que ya opera en varias ciudades de México y del mundo, y uno de los mejores ejemplos está en León, Guanajuato, a sólo dos horas de distancia. La acotación geográfica es importante por aquello de que si los diputados deciden hacer un viaje para conocer experiencias de otras ciudades, no se vayan a querer ir a Lyon, Francia. Por cierto, si lo que quieren es documentar el populismo no vayan a Francia, donde el sistema de agua se rige, desde 1964, por dos principios básicos: Primero, el contaminador o el consumidor paga, y segundo, el agua paga el agua. Dicho de otra manera, como el agua es un patrimonio, social, cultural y económico, no puede estar sujeto a subsidios o a decisiones de corte electoral y cada cuenca debe asegurar su autosustentabilidad.

Tanto en León, Gto, como en Lyon, Fr, el principio es el mismo. El agua se debe vender a lo que cuesta porque ésa es la única forma de asegurar el derecho de todos al agua. Si no aseguramos el abasto de agua potable para todos, a la larga los únicos que se quedan sin agua son los pobres. El argumento de los diputados del PAN para no apoyar el aumento diferenciado por niveles de consumo en las tarifas del agua es tan profundo como que “fue un compromiso de campaña”. Es perfectamente entendible que quieran honrar su palabra, pero si ellos no pueden tomar las decisiones correctas, porque se tropiezan con su propia lengua, entonces que dejen que sea otro, un organismo independiente, el que tome la decisión.

Un organismo independiente puede y debe tener representación de regidores, sindicatos, organismos empresariales, universidades y hasta diputados si se cree necesario. Lo importante es que el organismo no decida en función de las próximas elecciones sino de lo que es mejor para la ciudad, aquí en León y en Lyon.