Domingo, 24 de Noviembre 2024
Jalisco | La escuela refleja un ambiente de inseguridad para los alumnos del turno vespertino

Aqueja inseguridad a vecinos de Miravalle

Piden al Ayuntamiento tapatío mejores estrategias de vigilancia

Por: EL INFORMADOR

Las condiciones de la zona traen continuas agresiones físicas para alumnos de la Técnica número 3; en el presente ciclo escolar se han registrado al menos cuatro violaciones a estudiantes

Los prefectos se pasean por los pasillos esperando cazar algún alumno fuera de clases. Tres adolescentes ingresan corriendo a los sanitarios entre gritos y risas. Un grupo de estudiantes disfruta, en las canchas del plantel, de la asignatura de la que nadie se ausenta: educación física. Otro alumno se desliza sentado por el pasamanos de las escaleras.

Estas escenas forman parte de la Secundaria Técnica Estatal número 3 “Guillermo Chávez Vega”, en la colonia Miravalle, en el Municipio de Guadalajara. Sin embargo, en los alrededores del plantel las cosas no andan tan bien como parecen estar dentro de la escuela.

Cuando Carolina (como prefiere que se le nombre) ingresó a la secundaria, nunca imaginó que asistir a clases y regresar a su casa sería una proeza cotidiana.

Con una temerosa sonrisa, recuerda que en una ocasión la mandaron llamar a la oficina de la directora del plantel, por una “triste coincidencia”.

“Un día mandaron llamar a mi mamá y nos llevaron a la dirección porque se corrió el rumor de que habían violado a tres estudiantes, y nosotras éramos tres”.

De esta forma, Carolina tuvo que enfrentar la angustiada mirada de su madre para aclarar que ella y sus amigas estaban bien y no habían sufrido daño alguno. Pero el hecho lamentable vino después, cuando la persona responsable de Trabajo Social en la secundaria, les confirmó que habían violado a una adolescente.

“La maestra nos empezó a decir que eran tres muchachas, que se fueron para Terralta (fraccionamiento que se construye frente a la escuela), pero como era de noche dos de ellas se fueron y dejaron sola a una. Llegaron unos muchachos y la aventaron para la parte de atrás de la secundaria, y después dicen que la vieron salir toda sangrada”.

La escuela, enclavada en las faldas del Cerro del Cuatro, refleja un ambiente de inseguridad para los alumnos del turno vespertino. Basta echar un vistazo al exterior de la secundaria para darse cuenta de las deplorables condiciones que la rodean.

Bardas pintarrajeadas con grafito, calles de terracería con escasa iluminación y un coto en construcción cuyo enorme predio se ha saturado de matorrales, arbustos y declives, constituyen el escenario perfecto para la delincuencia.

Por el plantel únicamente circula la ruta 358 del transporte público, por lo que muchos alumnos en ocasiones optan por irse caminando hasta sus hogares al finalizar la jornada.

“Como ya es de noche, algunos se van por el cerro, porque el camión rodea mucho. A mí no me da miedo irme a mi casa porque vienen por mí, pero si tuviera que irme sola, sí me daría”, comenta Carolina.
La directora de la institución, Rosa María Salmerón Vargas, reconoce que la escuela, ubicada en avenida Artes Plásticas 810, se encuentra asentada en una “zona de riesgo”.

Las agresiones físicas hacia los alumnos en las inmediaciones del plantel, se han vuelto recurrentes durante los últimos años. Durante el presente ciclo escolar, se han registrado al menos cuatro violaciones a adolescentes.

“Es una zona de riesgo. A los niños no se les permite que salgan en el transcurso del día, a menos que sus papás lo hayan requerido porque sabemos que, sobre todo en el horario de la tarde, hay muchos problemas. “Tenemos registrados cuatro casos en este ciclo escolar, pero ya se han presentado en años anteriores. Yo apenas tengo un año como directora”, señaló Salmerón Vargas.

La estrategia que se ha implementado para enfrentar esta problemática, que a decir de muchos padres de familia ha sido “tibia”, consiste en solicitar vigilancia policial durante el ingreso y egreso de los alumnos. Además, se recorrieron los horarios de clase, con la intención de que los estudiantes del turno vespertino culminen sus labores cuando aún hay luz del día.

No obstante, las acciones han sido insuficientes para erradicar los actos vandálicos y las agresiones contra los adolescentes. Mejor se sugiere a los padres de familia, cuyos hijos han sido víctimas de violaciones, que presenten una denuncia en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco (PGJE). Al interior de la institución se opta por el sigilo para no alarmar a la población estudiantil.

Actualmente, indicó la directora, la secundaria tiene una población de 500 alumnos y está en vías de ser incorporada al programa federal Escuela Segura.

Afectaciones en la Unidad Habitacional Clemente Orozco

En la Unidad Habitacional Clemente Orozco, colonia contigua a Miravalle, los problemas de inseguridad también son recurrentes.

Ana Gabriela Ceja, presidenta del comité de vecinos, explicó que desde la fundación de la colonia, en 1962, los problemas de delincuencia y pandillerismo se han disparado de manera exponencial. Prueba de ello es el muro conmemorativo de la fundación de la colonia, en el que se encuentra incrustada una escultura de bronce de José Clemente Orozco. A decir de Gabriela Ceja, este monumento ha sido reparado por los colonos cuando menos en 10 ocasiones, debido a que las pandillas de la zona se encargan de “grafitear” y dañar la escultura.

El Mercado Clemente Orozco, también ha sido dañado en bardas perimetrales e infraestructura, por lo que presenta una imagen de evidente deterioro.

“Por el lado del canal ya se presentó la violación de una señora; aquí el problema es que no tenemos apoyo de Edgar González, comandante de la zona”.

A lo anterior, se suma la problemática del muérdago que ha afectado gran parte del arbolado de la colonia, lo que para los vecinos representa un fuerte riesgo, ya que una vez secos, los árboles podrían venirse abajo con las lluvias.

Piden intervención de la Procuraduría

El regidor tapatío Salvador Caro Cabrera, presidente de la Comisión Edilicia de Seguridad Pública, solicitó mediante el oficio SCC/251/2008, dirigido a Tomás Coronado Olmos, la intervención de la PGEJ en la zona.

En el documento se señala que de acuerdo con vecinos del lugar, se han registrado tres casos de violación a alumnos del plantel, que han sido interceptados por una persona mayor de edad vestida con atuendo deportivo, que inmoviliza a los jóvenes con la cinta de sus zapatos antes de cometer la agresión.

El edil indicó que este oficio se giró al titular de la dependencia estatal, con la intención de atender las diversas quejas ciudadanas que le hicieron llegar los vecinos de las colonias Unidad Habitacional Clemente Orozco y Miravalle.

En lo que compete al Ayuntamiento, aseguró que solicitará al comandante de la zona que se refuerce la vigilancia en ambas colonias para evitar que se sigan presentando actos delictivos.
Recordó que recientemente se organizó el panel “Estrategias para una Escuela Segura en Guadalajara”, del cual emanaron propuestas como instalar alarmas conectadas a la seguridad municipal para vigilar los planteles y generar alianzas entre las asociaciones de padres de familia y vecinos para combatir la delincuencia.

Y es que la Secundaria General 87 “Juan Rulfo” en la colonia El Sauz, destaca como uno de los casos en los que se logró rescatar el plantel de las manos de la delincuencia.

Gustavo Flores Rubio, director de la institución, explicó que cuando recibió el plantel, el 8 de octubre de 2007, existía una alta incidencia delictiva, ya que cuatro de cada 10 alumnos había sufrido algún tipo de agresión al exterior de la escuela, además de que 95% de la infraestructura tenía daños por grafito.

Robo a mano armada, persecuciones, pleitos al interior y exterior de la escuela, eran otras de las problemáticas que se suscitaban en la escuela de forma cotidiana.

Ante esta problemática, abundó, se diseñó en conjunto con la Policía de Guadalajara una estrategia denominada “Espacio Seguro: Mi Escuela”, que consiste en mejorar sustancialmente las condiciones físicas de la institución.

Tras un análisis para comprender el modo de operar de los pandilleros, se llegó a la conclusión de que éstos rayan las paredes para apropiarse de los espacios y marcar su territorio, abundó.

De esta forma, se eligió combatir la problemática del grafito respondiendo bajo la misma lógica que los pandilleros, eliminando cualquier rastro de sus “placas”.

Al eliminar estas prácticas del exterior del plantel, también se evitan agresiones a estudiantes, toda vez que los pandilleros ya no rondan la escuela.

Además, se podaron árboles y se iluminaron los espacios, con la intención de que hubiera mayor visibilidad en los alrededores de la secundaria.

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