Lunes, 25 de Noviembre 2024
Jalisco | Tapatías apuestan por métodos de control, pero padecen las secuelas

Aprovechan anticonceptivos, pero sufren sus efectos secundarios

Tapatías apuestan por métodos de control, pero padecen las secuelas

Por: EL INFORMADOR

Jalisco cuenta con 723 mil jóvenes de entre 15 y 19 años, quienes comienzan su vida sexual a los 15.8 años en promedio. ARCHIVO /

Jalisco cuenta con 723 mil jóvenes de entre 15 y 19 años, quienes comienzan su vida sexual a los 15.8 años en promedio. ARCHIVO /

GUADALAJARA, JALISCO (16/JUL/2013).- Daniela, actualmente de 18 años y recién egresada de preparatoria, tuvo su primera relación a los 16 años, sin protección: “Porque era la primera vez y quería ver qué se sentía, con el condón no es lo mismo”. Al día siguiente se tomó la píldora de emergencia por el temor de quedar embarazada. Nunca ha ido con un ginecólogo, pues dice que no es necesario: “Además, no tengo dinero para pagar la consulta, mucho menos para comprar un método bueno”. Por eso se cuida con el preservativo, porque es el más barato y lo paga su novio. De vez en cuando se toma la pastilla de emergencia, aunque reconoce que le provoca náuseas, mareos, dolor de cabeza y alteraciones menstruales, pero “me aguanto, ya me acostumbré, prefiero sentir eso a tener un bebé”.

En la última década se ha ampliado la oferta de anticonceptivos en el mercado; hoy las mujeres tienen acceso a nuevos métodos, antes inimaginables, como opciones de planificación familiar. Existen métodos que se adaptan al estilo de vida de cada mujer, de acuerdo con sus necesidades, preferencias, edad, tolerancia, comodidad e ingreso económico. La pastilla de emergencia, el parche subdérmico y el anillo vaginal están disponibles en cualquier farmacia, sin la necesidad de mostrar una receta médica.

“El conocimiento es muy superficial, las adolescentes abusan de la píldora de emergencia y piensan que tiene una protección total”, señala la encargada de la Unidad de Colposcopia del Antiguo Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, Marimer Ayala. Con 6.8 millones de unidades vendidas, la pastilla de emergencia se colocó como el anticonceptivo más vendido en México, durante el primer semestre de 2012, de acuerdo con la consultora IMS Health.

Cuando no se toma la pastilla, Daniela prefiere el preservativo por ser el “más seguro” y descarta cualquier otro método, pues según sus amigas de la prepa, todos los demás anticonceptivos “engordan y te ponen de malas”.

Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica Demográfica (2009), el condón masculino es el método más usado entre los adolescentes de 15 a 19 años y los jóvenes de 20 a 24 años sexualmente activos.

Alejandra, de 23 años y recién egresada de sicología, tuvo su primer encuentro sexual a los 16; se protegió con preservativo, aunque se sonroja y acepta que muchas veces solamente se cuidaba “interrumpiendo el coito”. A los 19 años tuvo un retraso de diez días y temiendo estar embarazada, decidió acudir al ginecólogo por primera vez. El nerviosismo que la acompañaba pronto despareció, pues el médico descartó que estuviese embarazada. No obstante, le detectó ovarios poliquísticos, trastorno que afecta a entre 5% y 10% de las mujeres, por lo que a partir de entonces tuvo que tomar anticonceptivos orales.

Alejandra platica que después de seis meses de tomarse las pastillas tuvo que suspenderlas, porque no le caían nada bien: “Me daban muchas nauseas, mareos y cambios de humor repentinos, hablé con mi doctor y como los quistes en mis ovarios no desaparecían, me recetó los parches, con estos nunca sentí nauseas ni mareos, y los cambios de humor eran menos frecuentes, aunque engordé cuatro kilos durante los dos años que estuve con los parches”.

El parche transdérmico, que cumple este año una década de lanzarse al mercado, es el primer y único método que libera microdosis de hormonas que se absorben a través de la piel y llegan a la sangre de manera continua y constante durante siete días, por lo que puede llegar a ser más “amigable” con el organismo. Alejandra optó por este método principalmente para erradicar sus quistes, a pesar de que el doctor le advirtiera que podría subir de uno a dos kilogramos por año.

Si bien los parches le ayudaron a regular su ciclo menstrual y a que fuese más breve y menos intenso: “A veces, cuando olvidaba ponérmelo el día que me tocaba padecía de sangrado entre periodos menstruales. Con el parche me fue mejor que con las pastillas, mi cutis mejoró notoriamente, aunque sentía que en ocasiones disminuía mi deseo sexual”. Después de dos años de usar este método y al desaparecer sus quistes, Alejandra optó por dejarlos, motivada también por bajar los kilos que había ganado. Hoy se cuida sólo con condón, pues asegura que las hormonas no le caen bien a su cuerpo: “Los volvería a usar sólo hasta que me case, de momento prefiero no usarlos, porque los efectos secundarios en mi cuerpo son peores que los beneficios”.

Jalisco registra 20.1% de embarazos no planeados

El embarazo no planeado es una problemática que afecta a madre e hijos y que en ocasiones se debe al fallo o mal uso de los anticonceptivos. Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica Demográfica, en Jalisco, 20.1% de las mujeres en edad fértil que se encontraban embarazadas, al momento de la encuesta, se clasifica en la categoría de embarazo no planeado, y 14% como embarazo no deseado.

En lo que refiere a la fecundidad adolescente, Jalisco se encuentra por arriba del promedio nacional; incluso presentó un incremento de 16.4% entre 1992 y 2009: de 64.8 nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y 19 años, a 75.4 nacimientos.

La tecnología anticonceptiva se encuentra disponible en una gran diversidad de métodos. Sin embargo, los efectos secundarios se manifiestan de diferente manera en cada mujer, para unas puede resultar más cómodo tomar anticonceptivos orales, mientras que para otras el parche o el anillo es la opción, lo importante es acudir a un médico para escoger la alternativa que mejor se adapte a al organismo, preferencias y estilo de vida.

Especialistas recomiendan combinar el preservativo —que además de prevenir un embarazo no deseado, contribuye a la prevención de infecciones de transmisión sexual— con otro método, como la pastilla, el implante subdérmico, los inyectables, el dispositivo intrauterino, en anillo vaginal, el parche, entre otros.

El director de Gestión Médica del Seguro Popular de la Secretaría de Salud estatal, Dagoberto García Mejía, sugiere “mejorar las políticas públicas en salud, tener una participación ciudadana más importante y un sistema transversal entre la Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación para que los sistemas de planificación familiar sean ilustrativos y aplicativos y para fomentar el uso de la planificación familiar”.

LOS PUNTOS CLAVE

Método El implante subdérmico es el más novedoso. Se esconde debajo de la piel en la parte interna del brazo, y si bien su colocación en una clínica privada asciende a tres mil 500 pesos, también el Sector Salud cuenta con esta opción.

Jalisco 37.4% de las adolescentes jaliscienses sexualmente activas nunca ha utilizado anticonceptivos, mientras que 39.4% de las mujeres sexualmente activas sin escolaridad tampoco los ha empleado.

Cronología El uso de anticonceptivos entre 1997 y 2009 disminuyó de manera significativa en las jóvenes de 50.2% a 29.3%; también se redujo en las mujeres de 25 a 34 años.

Sexualidad Jalisco cuenta con 723 mil jóvenes de entre 15 y 19 años, quienes comienzan su vida sexual a los 15.8 años en promedio.

TESTIMONIOS

“Es mejor usar pastillas”

A sus 26 años, la diseñadora Luisa acaba de convertirse en madre soltera. Tuvo su primera relación sexual a los 19 años y recuerda haberse protegido con condón esa vez y durante mucho tiempo. Después de visitar al ginecólogo y a raíz de un problema en un ovario que después le sería extirpado, decidió tomarse las pastillas, sin embargo, reconoce que no le fue bien: “Se me olvidaba tomarlas a la hora indicada, me causaban vómito, cambios de humor y engordé cinco kilos”. Tomaba las pastillas durante cierto periodo de tiempo y luego las dejaba y después volvía a tomarlas. “Mi cuerpo resultó ser muy sensible a las hormonas, probé después los parches y tuve los mismos efectos que me causaron las pastillas”.

Después de un tiempo, Luisa optó por el anillo vaginal y aunque al principio le fue difícil aprender a colocárselo, asegura que éste le hizo menos daño que los otros y “los efectos secundarios prácticamente desaparecieron, igual que las náuseas”. Por tratarse de un método nuevo, sólo puede conseguirse en farmacias y consultorios médicos privados a un precio aproximado de 200 pesos. Se trata de un anillo de plástico transparente de 5.5 cm de diámetro, que contiene estrógenos y progestágenos que son liberados lentamente a lo largo de los 21 días en que está insertado en la vagina.

Sin embargo, debido a una depresión, tuvo que dejar toda clase de anticonceptivos, pues al estar tomando antidepresivos su médico le prohibió las hormonas. Empezó a cuidarse únicamente con el preservativo, hasta que hace diez meses quedó embarazada. Luisa reconoce que fue “una irresponsabilidad, pues el preservativo es de los métodos menos efectivos”, pero a sus 26 años asegura que no le fue tan mal, ya que cuenta con el apoyo de su pareja y un ingreso económico propio, pues no ha dejado de trabajar desde casa, ni ahora que está en cuarentena.

Debido a su experiencia, recomienda no cuidarse solamente con el preservativo: “Yo no confiaría cuidarme nada más con el condón, puede romperse, o no usarse correctamente, aunque si pudiera elegir, preferiría no tener que usar ningún anticonceptivo por los efectos secundarios que tienen”. Con fines de planificación familiar, Luisa retomará las pastillas después de la cuarentena: unas “especiales” para poder amamantar a su hijo.

Embarazo no deseado

Ana María cursa apenas tercero de prepa, y a sus 17 años acaba de tener un hijo. Su primera relación sexual fue a los 16 años y con protección: “Decidimos usar el condón pues tenía la idea de que era el método más seguro, nunca fui a un ginecólogo hasta que me embaracé”. El incremento de la fecundidad adolescente no se justifica por la falta de conocimiento de anticonceptivos, pues el porcentaje de las mujeres en edad fértil que conoce “al menos un método anticonceptivo” es de 98.5 por ciento.

En esto coincide Ana María, quien explica que desde la secundaria les enseñan en la escuela sobre los métodos anticonceptivos. Además, en “mi casa siempre se habló del tema, mi familia es muy abierta en este sentido, así que mi embarazo no fue por desinformación”. A tres meses de haber dado a luz y con recomendación de su doctor, Ana se cuida con pastillas, las cuales le han hecho subir un poco de peso: “Creo que he sentido cambios desde que las estoy tomando, pero quizás algunos sean también por el embarazo”.

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