Jalisco | PVZ Ingenieros y Arquitectos sólo construyó 15 de las 20 viviendas acordadas Anulan contrato para el 'Nuevo Temaca' El Gobierno de Jalisco se deslinda de El Zapotillo y responsabiliza a la Federación de toda la información sobre el proyecto Por: EL INFORMADOR 22 de marzo de 2016 - 03:32 hs Pobladores insisten en que se suspenda definitivamente el proyecto de 105 metros, que inundaría a Temaca, Acasico y Palmarejo. EL INFORMADOR / ARCHIVO GUADALAJARA, JALISCO (22/MAR/2016).- Por “incumplimiento”, el Gobierno del Estado anuló el contrato que firmó en diciembre de 2009 con la empresa PVZ Ingenieros y Arquitectos, para la construcción del nuevo centro de población para la comunidad de Temacapulín en el predio de Talicoyunque, en donde serían reubicados los habitantes ante la eventual inundación por El Zapotillo. De acuerdo con un documento entregado a este medio por parte del Instituto Jalisciense de la Vivienda (Ijalvi), la rescisión fue solicitada formalmente el 11 de enero de 2013, debido a que la firma sólo construyó 15 de las 20 viviendas “acordadas y contratadas”. Para el 25 de febrero de ese año, el procedimiento quedó decretado. No obstante, la empresa impugnó el procedimiento con un amparo indirecto concedido por el Juzgado Quinto de Distrito en Materia Administrativa y de Trabajo, pero éste quedó suspendido “por improcedente” el 10 de diciembre de 2014. En abril de 2015, de acuerdo con los textos, la representación legal de PVZ acudió al Ijalvi para solicitar el pago de 12.6 millones de pesos por tres conceptos: “Finiquito de urbanización, indirectos y ajustes de costos”. 13 días después, el Instituto respondió esa solicitud con una negativa, al calificarla como improcedente por “haber fenecido el término para dicha reclamación”. Dado que la empresa, dice el documento, se rehúsa para anular el contrato, se efectuará “el cobro de la sentencia a través del procedimiento de ejecución fiscal, que es competencia de la Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas”. ¿El problema? En tanto el pleito legal continúa, ya hay personas habitando algunas de las fincas de Talicoyunque: un lugar que si bien cuenta con un punto de revisión permanente (resguardado incluso con perros), ha sido desatendido de tal forma que hoy su vía de acceso ya tiene baches profundos. En febrero de 2013, el Ayuntamiento de Cañadas de Obregón clausuró el avance de obras del llamado “Nuevo Temaca” cuando el asentamiento registraba un avance de 40%. Lo hizo en atención a una orden del Tribunal de lo Administrativo del Estado (TAE), instancia que declaró como nulo el proceso de reubicación. En su visita al predio, el propio gobernador calificó negativamente la obra que, según los documentos que proporcionó el Ijalvi, se proyectó en 70 millones 784 mil 738 pesos. Este medio solicitó una entrevista con el Ijalvi para abordar el tema con mayor detalle. El texto, de dos páginas, fue la respuesta concedida. Destaca que el Gobierno del Estado no revela cuántos convenios han firmado los habitantes de Temacapulín para ceder sus viviendas. Esa información, afirman tanto la Comisión Estatal del Agua como la Secretaría General de Gobierno, está en manos de la Conagua, instancia que tampoco la ha difundido. Desde el sexenio pasado, la CEA fue la dependencia que aglutinó esos datos. No obstante, por orden del ex titular de esa instancia, César Coll Carabias, el dato se “reservó” porque, según el discurso de entonces, quienes habían aceptado la reubicación y vendido sus viviendas eran “agredidos” por los defensores de Temaca. Cuando inició el sexenio de Aristóteles Sandoval, los datos se hicieron públicos. En diciembre de 2013, la Unidad de Transparencia de la CEA informó a este medio que eran 136 los acuerdos entre el Gobierno del Estado y los habitantes de Temacapulín: menos de la mitad de los 283 terrenos existentes en el poblado. Eso significa que deberían acceder 147 familias más a la reubicación. Hoy no se conoce la cifra actualizada. “Que ya nos dejen en paz” Aunque algunos servicios básicos son deficientes en Temacapulín, la petición general de todos quienes allí habitan no va por la atención a éstos, sino porque se defina ya cuál será el futuro del pueblo. Antonia Limón, quien trabaja en el templo de Nuestra Señora de los Remedios, realiza una pausa mientras limpia las butacas de la basílica. Se le pregunta qué diría a las autoridades que están a cargo de la Presa El Zapotillo. La respuesta: “Nomás que nos dejen en paz”. Alfonso Íñiguez, uno de los personajes más reacios a la reubicación de Temaca, sólo exige claridad, pues el proyecto y los avances que éste registra dejaron de revelarse hace varios meses. “Que ya se definiera porque nos tienen, como dicen, en Babilonia. Sólo nos han dicho que (la Conagua) está gestionando ante la Suprema Corte para ver si logran que les dé luz verde para que (la cortina de la presa) siga a 105 metros”. CLAVES El pleito políticoAntecedente. Las autoridades del último sexenio panista a nivel estatal y federal nunca ocultaron su intención por construir una cortina alta para la Presa El Zapotillo. Sabían que elevar la presa a los 105 metros de alto dejaría irremediablemente bajo el agua a los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, pero también permitiría almacenar y disponer del doble de líquido. Modificación. El ex gobernador Emilio González Márquez fue quien abogó por que el embalse incrementara su tamaño, para de esa forma asegurar un porcentaje de agua desde el Río Verde para Guadalajara y comenzar a abatir el rezago de abasto que hoy es de poco más de tres metros cúbicos por segundo en la metrópoli. Inconformidad. Pero una vez que se confirmó que el agua almacenada cubriría tres poblados de Los Altos de Jalisco, los habitantes de esas localidades levantaron la voz. A ese grito se sumaron núcleos de defensa organizados, como el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec). La decisión del Gobierno topó, entonces, con un frente de resistencia. Negociación. Para tratar de convencer a los afectados, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) organizó cuatro mesas de diálogo con los grupos de oposición al proyecto en 2011. A la par, el Gobierno del Estado continuaba tratando de convencer a los habitantes de esos poblados para que vendieran sus casas, pues ya había comenzado la construcción de un nuevo centro de población: Talicoyunque. Postura. Las mesas de diálogo sirvieron para que la Conagua expusiera sus proyecciones, pero también para que los habitantes de esas localidades mostraran a las autoridades su estilo de vida y la historia de las localidades en riesgo. No obstante, en la última sesión, celebrada en mayo de ese año, el entonces director general de la Conagua, José Luis Luege Tamargo, confirmó que el proyecto no tendría demora. El plazo de conclusión que dio entonces fue mayo de 2013. Resolución. Esa fecha fue determinante para la resistencia, pues al defender ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que el Gobierno de Emilio González había firmado un convenio para realizar obras incluso durante un periodo que rebasaba el de su estatus como gobernador, y sin pedir anuencia del Poder Legislativo, el Congreso del Estado logró que el órgano judicial de mayor jerarquía en México anulara el convenio firmado por una cortina de 105 metros y regresaba a 80. Vacío. Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de que las nuevas autoridades firmaran un nuevo convenio con los 105 metros de alto para la cortina de El Zapotillo, a fin de garantizar suficiencia hídrica en Los Altos, Guadalajara y la Ciudad de León, en Guanajuato. Pese a esto, el nuevo convenio no ha sido firmado. 2006, el origen El proyecto de la Presa El Zapotillo en la zona de Los Altos de Jalisco se anunció por vez primera en febrero del año 2006, fecha para la cual se presentaron las propuestas de análisis para su construcción en los municipios de Yahualica de González Gallo, Cañadas de Obregón, Mexticacán, Jalostotitlán, Lagos de Moreno; y también en León, en el Estado de Guanajuato. Sin embargo, para junio de ese año, la presa se autorizó de manera condicionada. En octubre de 2007, el Gobierno del Estado firmó un acuerdo con la Conagua y el Gobierno de Guanajuato en el que se pretendía el aumento de la cortina, de 80 a 105 metros de altura. Entonces, se proyectó el objetivo de “asegurar el suministro de agua potable durante los próximos 30 años en Los Altos de Jalisco y la ciudad de León, Guanajuato”. Los 25 metros adicionales garantizarían tres mil metros por segundo para Guadalajara. El documento de modificación al proyecto de la Presa El Zapotillo ( bit.ly/1ZlMFiU) indica que el centro urbano más cercano al sitio del proyecto es la cabecera municipal de Cañadas de Obregón (nueve kilómetros) y la más alejada es el Municipio de Yahualica de González Gallo (12 kilómetros), “por lo que en caso de que existiera una fuga de gas cloro no se afectará a ninguna población”, detalla el decreto. Registra avance de 84.4% En junio del año pasado, la Comisión Nacional del Agua confirmó, a través de su unidad de transparencia, que la Presa El Zapotillo registraba un avance físico general del 84.4%, y que en ella se ha invertido el 86.9% de los recursos proyectados. De acuerdo con el Programa Nacional de Infraestructura que presentó el 28 de abril de 2014 el Presidente Enrique Peña Nieto, el proyecto completo costará 16 mil 162 millones de pesos. En una de las pocas entrevistas concedidas, el ex delegado Elías Chedid expuso —en octubre de 2014— que la cortina alta de la presa estaría lista “con toda seguridad” en 2018. Este medio buscó entrevista con el actual delegado de la Cuenca Lerma Santiago Pacífico, Jorge Malagón. Pero ésta no fue concedida por la dependencia. COMPARATIVO El proyecto de abasto Datos Proyecto original Proyecto modificado Altura 80 metros 105 metros Almacenamiento 411 millones de m3 900 millones de m3 Área de embalse 2,100 hectáreas 3,864 hectáreas Alcance León-Los Altos León-Los Altos-Guadalajara Gasto firme 5.6 m3/s 8.6 m3/s FUENTE: Datos del proyecto que la CEA y la Conagua ventilaban durante el sexenio pasado. SÓLO HAY AVANCE EN LEÓN Sin noticias del Acueducto en Los Altos De poco servirá que la Presa El Zapotillo esté concluida, si el Acueducto que encauzará sus aguas a los centros de población no está listo. Y mientras en Jalisco el arranque de obras sigue sin anunciarse, Guanajuato ha apurado el paso. La Entidad vecina registra un abatimiento en tres de cada 10 pozos de extracción con los que cuenta. Esa es una de las razones que ha argumentado ante la Conagua para acelerar la construcción del Acueducto, en tanto que en Jalisco no se ha hecho un solo anuncio al respecto. Este medio solicitó información a la Secretaría General de Gobierno y a la Comisión Estatal del Agua para conocer algún avance en esa obra específica. La respuesta en común fue que toda la información relativa a El Zapotillo está en manos de la Conagua, no del Estado. En contraste, el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (SAPAL) ha anunciado a medios de aquella Entidad que la empresa Abengoa incluso ha comprado “tubos gigantescos, de 15 metros de longitud y dos metros de diámetro”, de acuerdo con declaraciones que dio a inicios de año el titular de esa instancia, Enrique Torres López. “No está en riesgo” En noviembre del año pasado, el director general de la Conagua, Roberto Ramírez de la Parra, declaró que pese al año y cuatro meses que, para entonces, se había mantenido sin cambios la Presa El Zapotillo, ésta no estaba en riesgo. Aseguró lo mismo para el acueducto. “No está en riesgo, la obra continúa. Hay algunas cuestiones técnicas que presentó la empresa (Abengoa), precisamente por considerar que podían ser esquemas viables (…) Hemos hecho ya una revisión en la Comisión Nacional del Agua con el organismo de agua de León para poder revisar esas cuestiones… el proyecto sigue tal como estaba”. Desde junio de 2015, este medio publicó que la Conagua analizaba “adecuaciones técnicas” al proyecto, por lo que la obra “estratégica” considerada en las presentaciones oficiales de la Conagua ya ve por una cortina de 80 metros. Un cuarto de siglo con rezago La última obra de impacto para abastecer de agua a la Zona Metropolitana de Guadalajara fue el Acueducto Chapala-Guadalajara, que comenzó a construirse en 1984 y se puso en marcha en 1991. Después de esa línea de 42.6 kilómetros, las obras que se han anunciado para aumentar el caudal de ingreso a la mancha urbana han sido aplazadas. Durante el sexenio de Francisco Ramírez Acuña, el titular de la Comisión Estatal del Agua y Saneamiento (CEAS), Enrique Dau, colocó en agenda la Presa de Arcediano: un macroproyecto que se construiría en la Barranca de Huentitán, pero los costos del embalse comenzaron a dispararse y los estudios de académicos lo refutaron hasta que se consideró que era inviable. En 2010, el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) propuso construir un segundo acueducto para darle mantenimiento detallado a la primera línea de traslado del líquido de Chapala a Guadalajara. Los chapalenses se opusieron al proyecto. En la campaña por la gubernatura de 2012, Aristóteles Sandoval prometió que no se le sacaría más agua al Lago de Chapala. Cuando ganó la elección, el proyecto se canceló. En suma, han transcurrido 25 años sin que en Guadalajara haya infraestructura adicional para aumentar su abasto de agua potable. Y aunque actualmente hay un rezago de tres metros cúbicos por segundo (cada uno equivale a mil litros), en julio de 2014 la Conagua permitió que se perforaran 22 nuevos pozos y se rehabilitaran 17 más, lo que permite que llegue un metro cúbico adicional. Desde el año 2013, el SIAPA calcula un gasto promedio de 200 litros por persona al día en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Eso representa el doble del consumo recomendado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), instancia que sugiere un uso personal tope de 100 litros cada 24 horas. Abandonan los servicios La carretera de acceso, los servicios de salud y la telecomunicación, entre otros, continúan en la agenda de pendientes para los pobladores de Temacapulín, a pesar del apoyo que prometió el Gobierno del Estado frente al proyecto de la Presa El Zapotillo. Durante años, los gobiernos de Cañadas han prometido atender esos tres rubros para asistir a la comunidad que más suena a escala global de ese municipio alteño. Pero las autoridades municipales continúan quedando cortas. “Para empezar tenemos una carretera llena de baches, que ya parece una brecha. Y otro de los servicios que no tenemos es un médico en el centro de salud”, cuenta Manuel Carbajal, habitante de ese poblado. La vía de ingreso no sólo afecta la suspensión de quienes deciden visitar Temacapulín, o la de los habitantes que utilizan un vehículo para salir a Mexticacán o a la Cabecera Municipal de Cañadas de Obregón. El problema de los hoyos profundos está presente desde la vía principal de acceso a ambos municipios. “Lo que (el alcalde, Jaime Casillas) nos ha platicado es que han pedido recursos… pero que no los quieren dar (la Federación y el Estado): que no hay y no hay. Nos dice que ya hizo la gestión, pero que no le han resuelto nada”. Y por lo que ve al médico que trabajaría en la plazoleta principal de Temaca, éste decidió renunciar tras unos días de permanencia. ¿La razón? “Pues que no le gustó”. Los pobladores afirman que hay un suplente, pero es eventual. La telecomunicación es otra arista que iba a ser cubierta. Dada la altura (baja) de Temacapulín, no hay señal en los teléfonos allí. Y la promesa de una antena para facilitar las llamadas por teléfono móvil tampoco ha sido cumplida. ¿Y los diques? Los 79.7 metros de alto que actualmente mide la cortina de la Presa El Zapotillo ya representan un riesgo para la comunidad de Temacapulín. De acuerdo con el plan original del embalse, una vez que cierren las compuertas el agua acumulada comenzaría a impactar en el poblado y eventualmente a dejarlo bajo el agua. La primera y más viable solución para evitar ese escenario fue la construcción de un par diques que impidieran que el líquido acumulado por el Río Verde se filtrara a Temaca. Sin embargo, en abril de 2014 la Conagua desestimó esos estudios (presentados por la anterior administración de Jalisco) argumentando que su instalación supondría en riesgo, particularmente durante las tormentas. Además, las condiciones del terreno no garantizarían que el agua almacenada se mantenga lejos del poblado. Los habitantes de Temaca también deberían deshacerse de sus aguas residuales y de lluvia a través de una planta bomba para expulsarlos, por lo que cualquier avería que los equipos presentaran ya supondría un problema adicional. Y los tiempos para una evacuación de emergencia, resolvió la Conagua, serían insuficientes. Lo contundente es que si la cortina de la presa se queda en 80 metros, se requieren diques para proteger a Temaca, pero no hay noticias al respecto. Tras esas r esoluciones, en septiembre del año pasado el Gobierno del Estado decidió firmar un convenio con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos para que sea esa instancia quien realice un nuevo estudio —que costará 4.6 millones de dólares y durará 18 meses— y, como lo dijo el gobernador, ayude a tomar decisiones “técnicas y ajenas a cualquier tipo de interés, más que el de la mayoría”. TELÓN DE FONDO Un tuit para el recuerdo El 29 de enero de 2013, aún como gobernador electo, Aristóteles Sandoval usó su cuenta de Twitter para mandar un mensaje contundente, pero dirigido a la comunidad de Temacapulín: “Lo reitero: Jalisco debe ser el principal beneficiado de las decisiones y no el que las padezca. No vamos a inundar Temacapulín”. Esas 22 palabras fueron bien recibidas por la delegación, enclavada en el municipio de Cañadas de Obregón. Fueron las primeras palabras de tranquilidad que percibieron, después de un sexenio panista particularmente agitado por la premura de concluir la presa El Zapotillo. Un día atrás, el recién llegado delegado de Conagua en la Cuenca Lerma-Santiago-Pacífico, José Elías Chedid Abraham, declaró que “si el gobernador electo cambia la posición (respecto a la altura del proyecto) y la presenta oficialmente a la Conagua, pues seremos respetuosos de ésta porque la Conagua va en apoyo de las necesidades que tiene Jalisco y Guanajuato…”. Después, el Aristóteles apuntó que la Comisión sería la única instancia ejecutora del proyecto y delegó prácticamente toda la responsabilidad de El Zapotillo al Gobierno federal. Mientras tanto, el Gobierno de Jalisco nombró a la procuradora social, Felícitas Velázquez, para que la dependencia sirviera como enlace entre los habitantes y la Federación para “proteger sus derechos, velar por sus intereses y asegurarse de que todos los habitantes reciban lo que les corresponde por derecho”. Ante la presión que originó el tuit del gobernador, el Ejecutivo estatal, a través de la CEA, presentó 18 proyectos para evitar la inundación de Temacapulín. Todos fueron descartados por Conagua porque tenían problemas geológicos, sociales, de poco abasto, eran “alternativas excluyentes”, carecían de estudios avanzados o de plano eran incosteables. Sigue: #DebateInformador ¿Considera que la Presa El Zapotillo se inaugurará en el presente sexenio priista? 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