Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Jalisco | Pergeño por Víctor Wario Romo

Alfaro, de 2006 a 2012

Alfaro es un político que ya ha sido regidor y diputado local, y ahora gobierna la joya ''histórica'' del perredismo en Jalisco

Por: EL INFORMADOR

Los jóvenes que se aglutinaron en torno a Enrique Ibarra Pedroza cuando éste decidió jugar su resto en busca de la gubernatura y alineado al movimiento de Andrés Manuel López Obrador, hacían cuentas alegres antes de las elecciones de 2006 en Jalisco. Aspiraban a ganar en al menos 25 municipios, superar el 17% histórico de la votación perredista obtenida en 1997 y, en pocas palabras, “pintar de amarillo al Estado”.

Al llegar a las elecciones presidenciales que a la postre serían las más disputadas de la historia, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) gobernaba en cinco municipios del Estado. Los jóvenes lopezobradoristas se quedaron lejos, muy lejos, de sus metas de 25 alcaldías y más de 17% de los votos efectivos de hace cuatro años. Apenas le dieron nuevos brochazos de amarillo al mapa jalisciense, pero en la alianza con el Partido del Trabajo (PT), que cobijaba a López Obrador, dieron el brinco a una decena de municipios conquistados.
Charlé en mayo de 2006 con Ismael del Toro, quien defendió la causa perredista en el Instituto Electoral del Estado y hoy es secretario general del Ayuntamiento de Tlajomulco, gobernado por Enrique Alfaro Ramírez. Le
pedí que me contara los avatares que habían llevado a Ibarra a quemar sus naves tras una vida política entregada al priismo, que tuvo sus raíces en las enseñanzas de políticos de alta escuela como don Arnulfo Villaseñor Saavedra o Eugenio Ruiz Orozco.

Una historia larga e interesante. Similar en algunos pasajes a las que han vivido muchos otros priistas que dejaron el amparo del tricolor conforme se fue achicando la cobija presupuestal ante la pérdida de poder.

“Se tienen que abrir los espacios para los jóvenes”, me decía Ismael, y por delante ponía el ejemplo de Enrique Alfaro, quien hizo sus primera letras en la política bajo el manto tricolor. Hijo del último rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG) antes de que tomara el poder Raúl Padilla, con quien hoy está enemistado y se disputa el control del PRD en Jalisco, Alfaro es un político que ya ha sido regidor y diputado local, y ahora gobierna la joya “histórica” del perredismo en Jalisco cercado por políticos priistas también jóvenes y ambiciosos.

Enrique Alfaro era un prospecto natural para encabezar el cambio al interior de su partido y para empujar el relevo generacional de los políticos en Jalisco. En seis meses ha tomado la iniciativa para afrontar serios problemas urbanos con visión metropolitana y ha mostrado que no le sacará la vuelta a pactar con sus adversarios políticos, lo mismo el alcalde priista de Tlaquepaque, Miguel Castro, que el gobernador panista
Emilio González.

Para disgusto de algunos, panistas y priistas de Tlajomulco le ofrecen respaldo para que le meta más recursos a la seguridad pública, invierta en infraestructura o gestione fondos estatales y federales. ¿No les jalan las orejas sus dirigentes por apoyar a Alfaro?, pregunté a regidores de oposición. “Sí, pero en el pueblo nosotros somos los que damos la cara”, respondieron. Por eso, que el alcalde perredista negocie hasta con el diablo, si es necesario, pero que gobierne bien Tlajomulco. Aunque en 2012 los derrote en las urnas.

Temas

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones