Albergue atiende a 217 personas sin hogar

GUADALAJARA, JALISCO (05/OCT/2014).- De tener un empleo y una casa donde vivir, Mario Naranjo terminó durmiendo en la calle, pidiendo para comer y enfermo de cirrosis.

Durante tres años, su "hogar" fueron las calles de los alrededores del Antiguo Hospital Civil "Fray Antonio Alcalde", donde apelaba a la solidaridad de las personas por una moneda o algo de comer.

Desde hace menos de un año vive en la Unidad Asistencial para Indigentes (UAPI), del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS) del Gobierno del Estado, a donde llegó con un fuerte problema de salud.

"Padezco cirrosis, y tenía una hernia que se me estaba saliendo del ombligo, y nadie me daba trabajo por la enfermedad; yo siempre fui inteligente, tuve buenos empleos, pero yo tenía un defecto, se puede decir, pues yo consumía alcohol y drogas, y a consecuencia de eso desarrollé cirrosis".

La UAPI actualmente atiende a 217 personas sin hogar, de las cuales, nueve de cada 10 tienen un problema mental.

Este domingo se realizó un evento para conmemorar el "Día Mundial de las Personas sin Hogar" en las instalaciones de la UAPI, donde el director del IJAS, Gabriel González Delgadillo, dijo que según lo que se ha observado, son diversas las causas por las que una persona pierde un techo donde vivir.

"Depresión, abandono de sus familias, ellos mismos tienen un problema que los abandonó la esposa, pasaron por cuestiones de adicciones, y lo que les quede es la sobrevivencia en el lugar donde se les permite, debajo de un puente, en la carretera, en la calle; nosotros vamos, hacemos brigadas para buscar que ellos vengan, y brindarles un hogar".

Actualmente, la persona más joven apoyada en la UAPI tiene 21 años, y el mayor más de 90 años.

Además de las personas que se quedan de manera permanente, se atienden a miles que van de paso sólo para poder acceder a un alimento o una noche bajo techo. Entre ellos están los migrantes, que van a solicitar apoyo de comida o un lugar donde dormir.

De manera anual, el IJAS gasta cerca de 19 millones de pesos para la operación de la UAPI y el apoyo a las más de 200 personas que permanecen en el centro.

Mario aseguró que en la UAPI encontró no sólo un lugar donde vivir, sino personas que comprenden su situación y lo apoyan.

"Mi vida ha cambiado, me he recuperado y estoy estudiando computación ahorita".

EL INFORMADOR / THAMARA VILLASEÑOR