Jueves, 28 de Noviembre 2024
Jalisco | Comunicación en la web

Adolescentes y jóvenes utilizan “ciberlengua”

En los mensajes escritos suelen omitir letras. Los acentos han desaparecido prácticamente del lenguaje juvenil en redes

Por: EL INFORMADOR

Mensajes como “xq no vienes?” “TQM”, “sOi uNa XiK dvRtiDa!”, son utilizados por jóvenes en la comunicación cibernética. S. NUÑEZ  /

Mensajes como “xq no vienes?” “TQM”, “sOi uNa XiK dvRtiDa!”, son utilizados por jóvenes en la comunicación cibernética. S. NUÑEZ /

GUADALAJARA, JALISCO (10/FEB/2011).- La adolescencia es la etapa de la rebeldía: pantalones rotos, rastas o cabello azul, verde, rojo o rosa (o todos); piercing en la lengua, ombligo u oreja; rock and roll, punk o heavy metal y mucho tiempo en internet, Facebook  o Twitter.

Sin embargo, no todos estos rasgos perduran en la persona, ya que al ingresar a la vida laboral se produce una pérdida  del uso de la “ciberlengua”, al no considerarla correcta o acorde al desempeño profesional.

“La ‘ciberlengua’ es un sistema artificial de comunicación en el que imperan ciertas convenciones, totalmente ajenas a la lengua común. Existe una constante presencia de la oralidad, ausencia total de acentos, elisión de letras, reiteración de palabras, letras o signos especiales, acortamiento de palabras, uso desordenado de mayúsculas y minúsculas, signos de interrogación y exclamación solo al final, y un pequeño etcétera…”, comenta Humberto López Morales, secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Mensajes como “xq no vienes?” “TQM”, “sOi uNa XiK dvRtiDa!”, entre muchos más, son utilizados por adolescentes y jóvenes en la comunicación cibernética.

“Pero esto no influye en absoluto en el lenguaje de los adultos. Es más, estos mismos jóvenes que en su adolescencia usaban este código especial lo olvidan tan pronto como entran en la vida laboral, donde nada de esto es permitido en la comunicación adulta”, resalta quien fuera presidente de la Asociación de Lingüística y Filología de la América Latina, entre 1987 y 1999.

Verbos tan comunes como tuitear, postear, googlear, entre otros, son términos propios de algunos cibernautas y, de acuerdo con López Morales, morfológicamente bien formados según las pautas del español, así que ¿Por qué no aceptarlas en la Real Academia Española?, cuestiona el secretario.

“Las academias esperan a saber si son palabras imprescindibles (porque no existen otras que las sustituyan) y aún así, ven si existe la posibilidad de crear palabras más 'hispanas'”, señala.

Cabe señalar, que en términos generales, la ortografía y la lengua en la comunicación habitual en internet está cuidada, en sus versiones oficiales. Además, están asentadas en la prensa, radio y televisión, películas y libros así que “creo que esa “ciberlengua” se mantendrá anclada en los mensajes ocasionales e informales de una parte reducidísima -los adolescentes de clase alta o media- de la comunidad hispánica en general”, apunta Humberto López Morales.

Existen pocos estudios en México
Internet agudiza trastornos psicológicos

Aunque es poca la investigación que existe en México sobre la adicción que puede generar internet —en Jalisco es prácticamente nula, a pesar de que en Guadalajara existen más de un millón de usuarios menores de 30 años—, los psicólogos especialistas en el tema consideran que sí puede haber cierta dependencia, lo cual no está determinado sólo por el número de horas que una persona pasa frente a una computadora.

La directora del Instituto Mexicano de Psiquiatría, María Elena Medina Mora, comenta que detrás de una adicción hay un placer que ocasiona la conducta y que, en el caso de las redes sociales, se manifiesta cuando se pierde el control de su uso; sin embargo, considera que este problema en realidad es una manifestación de otros trastornos psicológicos y que las herramientas virtuales son el vehículo por el cual se hace evidente.

Para Georgina Cárdenas López, directora del Laboratorio de Enseñanza Virtual y Ciberpsicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el crecimiento de las herramientas virtuales es tan “explosivo”, que es difícil tener cifras sobre este problema en México. Actualmente están realizando un estudio, pero se concluirá a mediados de este año.

“Lo que sí creemos es que existe este problema, pero no se refleja por el número de horas frente a la computadora, si no cuando la gente empieza a mentir sobre el tiempo de uso, si prefiere estar en el mundo virtual que ir a una fiesta, si es irritable o si deja de hacer las actividades que comúnmente hacía”.

Este tipo de adicción es del comportamiento, sin sustancia, “y es muy similar al juego compulsivo o patológico”, dice la investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Al igual que en el consumo de los alimentos, el problema no es el uso, sino el abuso, dice la doctora en psicología, quien considera que el uso de internet es más benéfico que perjudicial, pues se generan nuevas formas de comunicarse horizontalmente. Agrega que se ha ramificado el tipo de contacto social, aunque se creía que la gente se aislaría y sería más depresiva. “Es algo que no ha sucedido, porque generalmente los usuarios se comunican con quien conocen y ahí se ponen de acuerdo para verse cara a cara. Sucede lo mismo que cuando se inventó el teléfono, la sociedad tenía miedo de dejar de ver a los otros en persona. Y eso no sucedió, simplemente es una nueva herramienta”.

Sugieren vigilancia

Por otro lado, la titular del Laboratorio de Ciberpsicología dice que, a pesar de los pocos estudios que hay, lo que está confirmado es que si ya existe algún trastorno psicológico, éste se exacerba con el uso de las redes sociales. “No podemos todavía decir si internet ha causado depresión, pero sí sabemos que si tiene una precondición, entonces su problema de depresión será más fuerte”.

Martha Catalina Pérez, del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica de la Universidad de Guadalajara, resalta que el internet puede generar problemas principalmente en personas depresivas o con autoestima devaluada y que en el anonimato puede tener una realidad alterna.

“Además en el mundo virtual hay lenguajes distintos y puede provocar mayor distancia con los padres de familia. Y es importante que la gente a su alrededor esté pendiente de qué hacen los adolescentes y cómo se desenvuelven, porque los depresivos tal vez pueden atraer a otros que los manipulen y el desenlace puede no ser favorable”.

La psicóloga resalta que en el Centro no han recibido ningún caso por adicción o por trastornos generados por internet, pero en tanto se hacen investigaciones del tema, sugiere a los padres que no limiten el uso de internet, pero sí lo supervisen.

Generan identidades


“Yo soy quien yo quiero mostrarte”

Magdalena López de Anda, docente del ITESO e investigadora de temas relacionados con la sociedad de la información y comunicación a través nuevas tecnologías, señala que hacen falta estudios confiables para saber qué tanto se usa el internet y las redes sociales, porque antes se medían las conexiones fijas y ahora se puede acceder a las comunidades virtuales desde teléfonos celulares y otros dispositivos móviles. “Ahorita un montón de chavos entran a internet sin tener que usar la computadora. La idea parece muy simplista, pero el trasfondo es que los usos de las redes cambian porque los usuarios controlan la representación que se crean de sí mismos”.

 Explica que los jóvenes deciden en tiempo real qué es lo que quieren mostrar de ellos mismos. “Los usuarios no suben fotos de hechos cotidianos, suben las del paseo, de la graduación o de situaciones que representan lo ideal, lo divertido o interesante”. Agrega que seleccionar fotos o determinar qué información personal se publica, adquiere una dimensión de poder hacia los demás porque “yo soy quien yo quiero mostrarte”.

 López de Anda afirma que el uso de las redes sociales provoca un sentido de pertenencia en los usuarios de plataformas como Facebook  o Twitter, y es en los jóvenes en quienes se da con mayor impacto. Comenta que ahora no sólo están pendientes de lo que sucede a su alrededor sino que también de lo que pasa en éstas redes. “Están al tanto de cuáles son los temas que se comentan”.

 Afirma que se genera una sensación de dependencia a las redes sociales a través de los dispositivos móviles para estar en contacto con el otro, “si estás en una plaza comercial y te fijas que alguien está esperando a otra persona, saca su teléfono para enviar mensajes, busca no tener la sensación de estar sólo porque teme que los demás pueden criticarlo”.


Pide comprensión



Especialista pone en duda la adicción


El psicólogo y filósofo Guillermo Dellamary plantea que es necesario que no se saquen conclusiones especulativas sobre la dependencia al internet y el uso de las redes sociales. Señala que el tiempo que un joven dedica navegar por el ciberespacio,  corresponde a la necesidad de estar en contacto con las demás personas, lo cual significa que le atrae más que otro tipo de actividades donde puede socializar.

“Hay que entender qué es lo que está sucediendo en la vida de los jóvenes para que le dediquen tanto tiempo a internet”. Indica que las redes sociales son mecanismos para enterarse más rápido de lo que sucede en su entorno. Agrega que la privacidad, el pudor y intimidad, se ven vulneradas porque la información que los usuarios proporcionan está prácticamente al alcance de todos.

A pesar de que internet se pueden encontrar varios sitios de clínicas o centros de recuperación para adictos al uso de internet en general, y en específico a la ciberpornografía, al cibersexo o a los juegos de apuestas en línea, el psicólogo subraya que hay una confusión entre ser dependientes a la tecnología y los contenidos, “el internet se convierte en un instrumento más útil y más benéfico que la dicción que pudiera provocar”.

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