Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elias

— “Vergüenza”

El mensaje papal, difundido el sábado, fue por demás explícito

Por: EL INFORMADOR

Al retomar, para efectos de su homilía de ayer en la hora del Ángelus, algunos textos análogos de San Pablo y San Agustín —“Perdón para el pecador, intransigencia para el pecado”— pudiera pensarse que el mensaje del Papa Benedicto XVI quisiera enfatizar una parte de su esperado mensaje de la víspera (“Vergüenza y remordimiento”, destacó la prensa de todo el mundo) en torno a los casos de pederastia entre sacerdotes, que han sido piedra de escándalo en Irlanda (y en Alemania, Holanda, Austria, Italia, España, Estados Unidos, México, etc.)... y eludir la complementaria. Más aún: al hacer referencia al reto de Jesús a quienes se disponían a lapidar a la mujer adúltera (“El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”), podría suponerse que el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, instaba a dejar la reprobación del pecado en el inasible terreno de la abstracción químicamente pura, y a reconvenir a quienes insisten en que la justicia, en el caso, estriba en aplicar una penitencia puramente simbólica para el pecado, de conformidad con las leyes eclesiásticas... pero sin llegar al extremo de demandar, también, el juicio de los tribunales y el castigo para el crimen, de conformidad con las leyes terrenas.

—II—

Sin embargo, el mensaje papal, difundido el sábado, fue por demás explícito: los autores de los abusos deberán responder “ante Dios Todopoderoso y ante los tribunales debidamente constituidos”. No como se hizo sistemáticamente en el pasado, cuando la Iglesia prefirió pagar un altísimo precio material (millonarias indemnizaciones extrajudiciales) y moral (el descrédito social), a exponerse al “escándalo” de que alguno de sus ministros fuera a dar a la cárcel.

En la tónica de la franqueza, por fortuna, también está el artículo del presbítero Mario Ángel Flores Ramos, publicado el último fin de semana en “Desde la Fe”, semanario de la Arquidiócesis de México: “No tiene sentido —admite— reaccionar ante estos hechos vergonzosos diciendo que en otras instituciones se han dado (los abusos) en mayor cantidad —como dijo la semana pasada el cardenal arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez— (...), como si  eso borrara la gravedad de estos delitos”.

—III—

Qué pena, que el afán de ciertos personajes por querer tapar el Sol con un dedo desprestigie a la institución que representan, hasta el punto de hacer innecesaria para tal efecto la confabulación de “las fuerzas del infierno”, como ellos denominan a quienes se resisten a comulgar con ruedas de molino.

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