Domingo, 24 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

— Tepocatas refritas

Moreira, al apropiarse —sin pagar derechos de autor— de la gracejada de Fox, lanzó ya la primera piedra al tejado del vecino

Por: EL INFORMADOR

Hay, sobre todo en el peculiar mundillo de la política, frases chuscas que se vuelven clásicas. La historia (así: con minúscula) de México es pródiga en ellas. El golpe de ingenio que bautizó como “El Tapado” al precandidato que luego devendría —portentosa metamorfosis— candidato y finalmente gobernante, se institucionalizó. Desdeñar el talento político probado y la credibilidad de los aspirantes a cargos públicos aseverando que “La caballada está flaca” (Rubén Figueroa dixit), ídem. Repetir la advertencia de Jesús Reyes Heroles, de que “El que se mueve no sale en la foto”, por lo consiguiente. Etc.

—II—


La frase de moda —en realidad un refrito de una de tantas ocurrencias verbales del buen candidato que fue Vicente Fox— es de Humberto Moreira. El ahora gobernador con licencia de Coahuila y aspirante a la presidencia del PRI, ya amenazó con valerse de escoba, bomba de DDT y vara de membrillo para “sacar a víboras prietas, tepocatas y demás alimañas” de Los Pinos.

El panorama parece propicio para que, ante el rápido desgaste del PAN como partido gobernante y la grisura de sus actuales precandidatos, el tricolor gane las próximas elecciones federales. Moreira, en consecuencia, se envalentona. El efecto inmediato de su bravata ha sido, una de dos: o el eco, o el revire. Unos le celebran la referencia a la fauna nociva que retrata a la clase gobernante. (“Un político de oficio —escribía Carlos Monsiváis en el prólogo a ‘Diccionario de los Políticos’, de Juan Rico y Amat— es alguien ajeno a las ideas, tramposo del alma, asaltante del tesoro público, ave de rapiña que no cesa de hablar del bien común”). Otros afirman —sin probarlo, por desgracia— que esos bichos repugnantes ya fueron desalojados de Los Pinos en el año 2000.

—III—

Moreira, al apropiarse —sin pagar derechos de autor— de la gracejada de Fox,  lanzó ya la primera piedra al tejado del vecino. La consecuencia es previsible: habrá cuchufletas de vuelta. Y eso es lo más lamentable del caso: que cuando se quisiera que el debate previo a las elecciones del año próximo se caracterizara por la crítica ponderada y las propuestas serias de los aspirantes a recoger la estafeta, la confrontación entre los actores del sainete que ya se prepara, se circunscriba a las ofensas, a pretendidas ingeniosidades y —en el colmo del talento oratorio— al consabido “Botellita de Jerez, todo lo que me digas será al revés”.

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