Domingo, 24 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

— “¡Presidente súbito...!”

Es que, en cuanto caiga el telón de los próximos Juegos Panamericanos, se pronunciará

Por: EL INFORMADOR

Queda claro: no es que el gobernador de Jalisco quiera ser candidato por el Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República: es que es (casi) inevitable que lo sea. Es que, en cuanto caiga el telón de los próximos Juegos Panamericanos, se pronunciará —ensordecedor, vehemente, imperativo— el orfeón: “¡Presidente súbito...!”.

—II—

La nota de la agencia EFE, fechada ayer en Madrid, consigna su declaración:  “La candidatura (al ‘Gordo’ por antonomasia de la Lotería política en México) no es un objetivo buscado, pero es claro que los Juegos Panamericanos son un buen escaparate”. La misma nota añade, escuetamente, que el mismo González Márquez “resaltó la importancia del legado que dejarán los Panamericanos tanto en Guadalajara como en el resto del Estado”. Se infiere que el legado en cuestión abarca desde el intempestivo enriquecimiento de la infraestructura deportiva (estadios, gimnasios, canchas...) de la ciudad y sus apéndices, hasta el prestigio que la otrora “Perla Tapatía” adquirirá —o recuperará—, de golpe y porrazo, por el buen recuerdo que de la ciudad misma, de su gastronomía, de sus innumerables atractivos, de la belleza inconmensurable de sus mujeres, de la gallardía de sus varones, de la afabilidad, el refinamiento y la cultura de unas y otros, se llevarán las legiones de turistas panamericanos que invadirán calles, plazas, teatros, museos (y antros, por supuesto) durante la segunda quincena de octubre.

Además, todos los antecedentes que constan en actas: las acciones de gobierno que avalan la capacidad del gobernante y de su equipo de colaboradores, y que sería prolijo pormenorizar; la colección de piezas oratorias —desde el celebérrimo recordatorio familiar a sus críticos hasta el “asquito”, pasando por la reacción ante el obsequio de las “catrinas”— que le han dado sabor al caldo y puesto un estilo personal inconfundible a su paso por el changarro.

Además, la necesidad imperiosa, apremiante, por parte de su partido, de echar mano de un “peso completo” —en la mejor acepción del término— para enfrentar a los actuales precandidatos de los partidos que parecen haberse confabulado, los muy perversos, para “sacar al PAN de Los Pinos”...

—III—

O sea: no es que uno quiera; pero si los demás se dan cuenta de que uno, modestia aparte, es la mejor opción a favor de los intereses del grupo político —y, por supuesto, del bienestar de los ciudadanos—, ¿qué otra cosa puede decir un hombre de fe, sumisamente, sino “Hágase, Señor, tu voluntad...”?

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