Viernes, 29 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

— País “garnachero”

La intención es tan obvia como sana: tomar medidas para abatir los alarmantes niveles de obesidad a que se ha llegado en México

Por: EL INFORMADOR

“En vista del éxito obtenido” —como reza el lugar común— por los “nuevos golpes” que periódicamente, mediante aumentos al precio de las cajetillas de cigarros, se asestan al bolsillo de los fumadores, ahora la fracción del Partido Verde Ecologista Mexicano en la Cámara de Senadores se sacó de la chistera un conejo espectacular: la propuesta de que se aplique el 15% de IVA a los llamados “alimentos chatarra”.

—II—


La intención es tan obvia como sana: tomar medidas para abatir los alarmantes niveles de obesidad a que se ha llegado en México. País de paradojas (“país surrealista”, lo llamó Bretón... ¡y vaya que Bretón sabía de surrealismo!), México es segundo, después de Estados Unidos, en el medallero de la obesidad... y es, a la vez, uno de los más rezagados  en materia de nutrición. País “chelero”; país “garnachero”; país “botanero”; país en que sigue vigente —avalado por la experiencia la convicción de que a quien se resiste a un antojo, “se le revienta la hiel”.

La Secretaría de Salud ha recogido, con seriedad, el guante: ha difundido sistemáticamente mensajes de que obesidad más sedentarismo, igual a riesgo de hipertensión, diabetes o enfermedades coronarias; en otras palabras, igual a virtual condena a vivir menos y a vivir peor que si se tuviera un peso apropiado y se hiciera ejercicio metódicamente. A algunas transnacionales, cuyo negocio consiste en vender comida y despreocuparse de la salud de quien la ingiere, ya les cayó el veinte: una empresa refresquera anunció que tomará medidas para elaborar bebidas más sanas y, a partir de 2012, retirar sus productos de las tienditas escolares de todo el mundo. Algo que en México también debería hacerse... pero que, según quienes cobran por hacer leyes que favorezcan a la población, “no se puede”... ¿Por qué...?: porque si se legisla en ese sentido, los empresarios se quejan amargamente, no precisamente de que se castigan sus utilidades netas, sino de que se está afectando a las fuentes de trabajo que dependen de sus ventas.

—III—


Cualquiera que no haya llegado ayer a este país, lo sabe perfectamente: al mexicano promedio le tiene sin cuidado que suban de precio tabaco, alcohol y burundangas, porque su filosofía encaja en la del personaje de la anécdota, que reconocía haber gastado la mayor parte de su dinero “en juego, vicios, alcohol y mujeres...”.

“Lo demás —añadía, sinceramente arrepentido—, sí confieso haberlo malgastado”.

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