Viernes, 22 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

— Lo deseable

La política es el arte de conjugar lo deseable con lo posible

Por: EL INFORMADOR

Por lo visto, hay algo que el Presidente Felipe Calderón no entendió: que los habitantes de Guadalajara no quieren el Macrobús. Y, por lo visto, hay algo que los habitantes de Guadalajara no entendieron: que si no se construyen, a la voz de ya, más líneas del Tren Eléctrico Urbano —subterráneo, de preferencia, para que no le arrebate espacios a Su Majestad el Automóvil—... es porque resulta incosteable.

—II—

Se trata, evidentemente, de diferencias irreconciliables. Los alcaldes (priistas) de Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque no se sumaron a las huestes de enemigos ideológicos del Macrobús sólo por estropear el proyecto del gobernador (panista), ni por desairar al Presidente (panista también), cuando el primero defendió a rajatabla el proyecto y el segundo ofreció mil millones de pesos del Gobierno federal para hacerlo realidad... a condición de que hubiera consenso en que el sistema de autobuses articulados sobre carriles confinados en las principales arterias de la mancha urbana, era el sistema de transporte colectivo idóneo para la misma... Si aquéllos dijeron “No al Macrobús” fue porque entendieron, desde las campañas, que se trataba de un clamor generalizado, y porque se comprometieron a secundar esa posición, a cambio de los votos ciudadanos.

—III—

En la vida hay que tener convicciones. En el terreno de la política, esa máxima vale para gobernantes y gobernados... Ahora bien: si la política —como dijo algún político— es el arte de conjugar lo deseable con lo posible, el gobernante debe tener el talento necesario para hacer entender a los gobernados que lo deseable, muchas veces, es imposible... y que lo posible, vía de regla, es lo más aproximado a lo deseable.

Lo que quizá no se le explicó bien al Presidente —y de ahí el tono de reproche con que se dirigió a los alcaldes que hicieron abortar el proyecto de movilidad urbana al que el Gobierno del Estado apostó todas las canicas— fue que así como fueron oportunistas los hoy alcaldes cuando eran simples candidatos, los defensores a ultranza del proyecto del Macrobús fueron incapaces de ganarse el crédito a la palabra de los ciudadanos, primero... y de hacerlos entender, después, que el proyecto en cuestión era algo más que el capricho de gobernantes mediocres, cuenta-chiles, incapaces de soñar en cosas grandes... y, sobre todo, mejores para los gobernados.


JAIME GARCÍA ELÍAS / Periodista y conductor radiofónico.

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