Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

— “Jalisco cumple”

“Así promueven el empleo nuestros gobernantes. Jalisco cumple”.

Por: EL INFORMADOR

En efecto, señor: las apariencias, a veces, engañan...

—II—


—¡Esto es una anarquía...! —podría exclamar cualquiera, indignado, a la vista de la proliferación de “cuidacarros”, “franeleros”, “viene-viene”, similares, conexos y derivados en las calles de esta “noble y leal” ciudad.

—¡Aquí no hay autoridad...! —podría acrecentar alguien más, argumentando, de manera simplista —errónea, por ende— que los espacios en las aceras son libres para que las ocupe el primero que los encuentre disponibles, salvo en los casos en que leyes y reglamentos imponen restricciones: sitios inadecuados para tal uso por razones de seguridad, verbigracia.

—¡Aquí se tolera la ilegalidad...! —podría decir cualquier buen ciudadano que aceptara de buen grado el que la autoridad condicionara el uso de dichos espacios al pago de una cuota, por medio de parquímetros, y destinara los beneficios a la reparación de los baches, por ejemplo... pero considerara inaceptable que cualquier pelafustán se arrogara el privilegio de imponer, en su beneficio personal, tales alcabalas.

—¡Aquí resplandece un esquema de corrupción y complicidades...! —podría decir alguien más, a partir de la sospecha de que quienes se han apoderado de esos lugares, imponen cuotas y sueltan amenazas veladas (“No me hago responsable de lo que le pase a su carro”) a los usuarios, pagan, a su vez, cuotas de protección a los inspectores del municipio que se hacen de la vista gorda para que sigan operando... O, peor aún, que los “cuidacarros”, en muchos casos, son “halcones”; es decir, miembros de las bandas de ladrones de autopartes —o de automóviles completos— que operan por doquier.

—III—


Hay quienes, molestos por la que consideran “una plaga”, aducen que los miles de “franeleros” desperdigados por toda la ciudad son improductivos; que desdeñan la oportunidad de laborar en empresas que ofrecen “salarios superiores al mínimo” (55.84 pesotes diarios, contantes y sonantes), y prefieren, por misteriosas razones, ganar de 300 a 400 pesos, sin exigencias de horario, por hacer como que, en efecto, cuidaran carros...

A la vista del menosprecio de que son objeto, por un lado, y de la profunda injusticia implícita en el hecho de que se culpe a la autoridad de omisa e incompetente para hacer cumplir las leyes, por el otro, convendría que, al efecto de poner los puntos sobre las correspondientes íes, la susodicha autoridad enfundara a los “viene-viene” en camisetas con esta leyenda bien visible:

“Así promueven el empleo nuestros gobernantes. Jalisco cumple”.

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