Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

— “¡Huy, el lobo...!”

La semana pasada se desempolvaron los expedientes del Proyecto Alameda...

Por: EL INFORMADOR

Cuando César Coll Carabias se convirtió en el primer alcalde panista de Guadalajara, unos vecinos, el día de su toma de posesión, le entregaron, con moño de celofán y toda la cosa, un obsequio cargado de simbolismo: una escoba.

Como en el caso de los chistes, obvia explicar el significado del original presente. Como en el de todos los relevos políticos, obvia decir, a nivel de especulación, que la dichosa escoba fue a parar a la bodega en que están almacenadas las butacas y el equipo de sonido del viejo Cine Variedades y futuro —¡muuuuy futuro!— “Teatro de la Ciudad”.

—II—

Viene a cuento la famosa escoba por la variante más reciente, a nivel casero, del viejo cuento de “¡Huy, el lobo...!”.

La semana pasada se desempolvaron los expedientes del Proyecto Alameda, y se anunció que se harán denuncias porque, en contravención con las ordenanzas municipales, se pagó, en perjuicio directo del erario y en beneficio de quienes vendieron pan frío a precio de pan caliente, un sobreprecio de varios millones de pesos por los predios aledaños al Parque Morelos, en que se proyectaba construir la Villa Panamericana para los Juegos del año próximo.

Lo previsible es que el asunto no pase del consabido calambre para quienes alimentaron un sueño que, finalmente, abortó. Se aducirá, en su descargo, que los valores de la zona se incrementaron en función de la oferta y la demanda —suprema ley—... y a otra cosa, colorida y volátil mariposa.

—III—

Como quiera, el asunto sirvió para resucitar el tema relacionado con la utilidad social que puede darse a los predios en que se proyectaba —a la manera de otro personaje de cuento: La Lechera Ilusa— construir vivienda, repoblar el Centro... y revertir, con el tiempo y el ganchito consabido, el abandono, la degradación y la ruina creciente de la zona.

Hay quien, aprovechando los arcaicos programas de computadora para esferas de cristal, anticipa los siguientes capítulos de esta historia: primero —puesto que los gobiernos con ideas claras pasaron, por lo visto, a la historia—, la “consulta pública” para recoger propuestas; segundo, la “socialización” del proyecto que parezca tener más viabilidad; tercero, la inevitable propuesta... y la oposición de los eternos “contreras”; cuarto, el abandono de todas las iniciativas; y quinto, la construcción de varias torres de estacionamiento de automóviles.

(Es decir, el límite de la creatividad de nuestros gobernantes, urbanistas y empresarios).

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