Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

— ''Guanatos''

Había pobres en Guadalajara, pero teníamos una pobreza digna

Por: EL INFORMADOR

Cuando a los tapatíos aún les calaba en el orgullo que a su ciudad, nada menos que “La Perla Tapatía”, se le colgara la ominosa etiqueta de “pueblo bicicletero” y se le llamara despectivamente “Guanatos”, una de sus muchas medallas era la de ser una ciudad sin arrabales. Alguna vez que se le tocaba el punto, al que fuera alcalde de Guadalajara y gobernador de Jalisco, Francisco Medina Ascencio, se le humedecieron los ojos...

—Es verdad —dijo, con una mezcla de orgullo por lo tenido y remordimiento por lo perdido—. Había pobres en Guadalajara, pero teníamos una pobreza digna: hasta en la casa más pobre había macetas con flores, y la calle se barría todas las mañanas.

—II—

Cambian los tiempos, señor Don Simón...

Cambian hasta el punto de que aquella ciudad, en cuyo elogio se decía que era “la más vivible de México”, hoy es objeto —para mal, infelizmente— de un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En un foro de urbanistas, en Río de Janeiro, se estudia la tendencia de las sociedades a abandonar el campo y las ciudades pequeñas, y a hacinarse en las grandes urbes. Lo positivo: ese fenómeno es hijo del desarrollo: las emigraciones se dan hacia los núcleos en que hay, supuestamente, mejores perspectivas de empleo, educación, oportunidades y calidad de vida. Lo negativo: al volverse endémica, la urbanización —creciente primero, incontenible después, desordenada siempre— se traduce en que los cinturones de miseria (los tugurios mexicanos, las callampas chilenas, las favelas brasileñas...) crezcan a un ritmo de 10% anual.

El modelo —nuevamente: para mal— de megalópolis sería la zona china de Hong Kong, Shenzén y Guangzhou, donde viven, sobreviven o de plano malviven —según...— 120 millones de personas. Podrá decirse que Guadalajara y anexas, con cinco millones de habitantes, está muy lejos. Sin embargo, ya es una de las dos manchas urbanas mexicanas y de las 21 latinoamericanas que aparecen en la “lista roja” de la ONU, por el hacinamiento, la contaminación, la insalubridad, el ruido, la creciente inseguridad, la insuficiencia de los servicios públicos... y mil penurias y carencias más, hasta llegar al más dramático: el hambre.

—III—

(En Guadalajara —la “ciudad amable” de antaño— es cada vez más frecuente el espectáculo de gente que come lo que encuentra en los botes de la basura... Y lo peor: ya no nos sorprende, ni nos indigna, ni nos duele que así sea).

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