Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

— Entusiasmo tapatío

“No hay entusiasmo tapatío que dure más de 72 horas”

Por: EL INFORMADOR

Cuando Guadalajara incorporó a sus innumerables medallas (como dijo aquél: “En los tiempos en que se amarraba a los perros con longaniza... y no se la comían; no como éstos, en que hacen longaniza de perro y nosotros no nos la comemos, pero no porque nos cause repugnancia... sino porque no nos alcanza el dinero para comprarla”) el título de “Ciudad de las rosas”, solía decirse que las rosas de Guadalajara eran “las más caras del mundo”. No tanto porque, en efecto, su costo en el mercado resultara prohibitivo, sino porque una ordenanza municipal penalizaba con una multa de 50 pesos al ciudadano que osara, literalmente, cortar una flor del gran jardín que eran prácticamente todos los camellones y parques de la ciudad.

—II—

Ahora, a raíz de los ecos mediáticos de las notas de principios de la semana en que (“a falta de pan...”) se entrevistaba a los turistas y éstos coincidían en que la ciudad, a los ojos de sus visitantes, alcanzaba —desahogadamente, incluso— la nota aprobatoria en varios departamentos... pero reprobaba, en cambio, por unanimidad, en lo relacionado con el aseo, ya hubo quien levantara el guante. Ayer, la titular de Ecología de la que alguna vez llegó a ostentarse —believe it, Mr. Ripley!— como “Ciudad Limpia”, Magdalena Ruiz Mejía, dio la cara y asumió formalmente, para efectos de las notas periodísticas que entre ayer y hoy se estarán difundiendo, el solemne compromiso: A quien tire basura en la vía pública —¡atención, aldeanos...!— se le aplicarán las multas que establecen los reglamentos municipales.

Cualquiera diría que “Ya era hora...”. Si en tiempos de Fernando Garza, cuando se afirmaba que la limpieza de la ciudad “va en serio”, el furor por el asunto duró lo que un “amor eterno” de quinceañera (pruebas realizadas por la NASA, con ratones blancos, demuestran que “no hay entusiasmo tapatío que dure más de 72 horas”), en los actuales, según puntualiza la funcionaria, para llegar a la meta de las multas habrá que pasar por varias etapas intermedias: la “adecuación” (¿...?) de los reglamentos; su “socialización”; la “concientización” de los ciudadanos; la integración de brigadas para inspeccionar calles, emitir infracciones y cobrar las multas, etc.

—III—


Conclusión: para cuando el reglamento —debidamente adecuado, socializado y todo lo demás— entre, por fin, en vigor, se habrán concluido los Arcos del Milenio... y el Atlas estará a punto de conquistar el segundo título de su historia.

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