— ''Contreras''

Está visto: pocas cosas, al menos en nuestro medio, están tan devaluadas como la credibilidad de los políticos...

—II—

Dos recientes botones de muestra, como hechos a la medida para corroborar esa apreciación, tienen que ver con asuntos de movilidad urbana: uno de los parámetros más significativos, dicho sea de paso, de la calidad de vida de los habitantes de una ciudad.

Primer ejemplo: aún no se extinguen los ecos del cacareo que acompañó, en su momento, la noticia relacionada con el proyectado túnel vehicular por la avenida Vallarta, bajo la Glorieta Minerva; aún no se incorporan los análisis de los especialistas y las opiniones de los ciudadanos sensatos —tan respetables los unos como los otros—, cuando se toman la libertad de dejarse oír los vecinos del rumbo: tanto los escasos moradores que aún quedan y se resisten a verse desplazados por la modificación de la “vocación urbana” de la zona, de habitacional-residencial a comercial-antrística (neologismo derivado de “antro”), como los comerciantes que anticipan un colapso para sus negocios, a la vista del anuncio de que las obras, previstas para arrancar el mes próximo, consumirían 45 semanas: las que faltan para el inicio de los Juegos Panamericanos del año próximo.

Segundo ejemplo: al continuar los “foros de movilidad” en que se debate la pertinencia de dar continuidad al proyecto del Macrobús, parecería que los “contreras” son mayoría; que el consenso, hasta ahora, es adverso; de que si se concedió a la autoridad el beneficio de la duda con respecto a la primera línea del sistema —la que opera desde hace más de un año en la Calzada Independencia—, la experiencia, sobre los hechos consumados, ha generado más antipatías que simpatías para el modelo... especialmente porque da la maldita casualidad de que la segunda línea (que hipotéticamente iría de Zapopan a Tonalá y cruzaría toda la zona metropolitana) circularía precisamente por el Centro de Guadalajara.

—III—

Ya se cruzan apuestas: unos, a que ambos proyectos cristalizan, merced a la intervención directa de la Virgen de Zapopan; otros, a que tanto el túnel de la Minerva como el Macrobús frente a Catedral terminarán por sumarse a las maravillas inconclusas de Guadalajara, de las que el Teatro de la Ciudad y los Arcos del Milenio serían los ejemplos más recientes, porque “La Generala” decide renunciar a la colección de patronatos contra calamidades naturales e ineptitudes gubernamentales, que alevosa y abusivamente se le han enjaretado.