— Carrera de tortugas

Destinos paralelos: el de los gobernantes cuando anuncian “urbi et orbi” algún portento de su prodigiosa mente, y el del “cuetero” del adagio. En este caso, si el castillo de feria funciona, con los consiguientes estrépitos de la estramancia y júbilo de la concurrencia, le pitan; si no..., con mayor razón. En el otro, si son parcos en obra pública, se les cuestiona por su escasa iniciativa; si son prolijos, en cambio, surge, incontenible, la suspicacia: “¿De a cómo —se preguntan los malpensados— estarán siendo las ‘mochadas’...?”.

—II—

Botón de muestra: el proyectado túnel de la Avenida Vallarta, debajo de la Glorieta Minerva, y la remodelación de la zona que se ha convertido —¡quién lo hubiera dicho...!— en ícono de Guadalajara.

En el aspecto puramente conceptual, no hay duda: si pudo construirse un túnel de 50 kilómetros, 40 de ellos debajo del mar, a 40 metros de profundidad, en el Canal de La Mancha, construir uno de 500 metros, a 12 de profundidad, parece broma: una chamba a la medida para el primer prófugo del andamio que la solicite. Si los sistemáticos encharcamientos de las últimas semanas en el túnel de la Glorieta Colón sugieren que “obra pública” y “malhechuras” son sinónimos, la eficiencia con que han funcionado, por ejemplo, los túneles de las dos líneas del Tren Eléctrico Urbano, demuestran que también puede haber obra pública bien hecha.

Es el aspecto de la “socialización” donde la puerca tuerce el rabo. Mientras funcionarios municipales aseveran que ya hay un consenso de 80% de vecinos y comerciantes de la zona, éstos, por voz de varios de sus representantes, sostienen exactamente lo contrario. Obviamente, por amplio que pueda ser el margen de error en las consultas realizadas por unos y por otros, alguien miente. O, peor aún —hipótesis nada despreciable, por lo demás—..., mienten ambos.

—III—

La autoridad municipal, por una parte, puso un plazo perentorio para el arranque de las obras: el próximo 15 de noviembre; por la otra, anunció que si no hay la anuencia de la población, la obra no se realizará...

En esas condiciones, hay quien propone una suerte de “Melate” para adivinar qué obra pública de las que participan en una especie de “carrera de tortugas” estará concluida primero: la Línea 2 del Macrobús, el Teatro de la Ciudad, el túnel de La Minerva o el quinto de los Arcos del Milenio.

¡Hagan juego, señores...!