Domingo, 24 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

— Burrada

Las concentraciones frente a Casa Jalisco desquician el tráfico vehicular en la zona, incomodan a los vecinos y perjudican a millares de personas ajenas al conflicto

Por: EL INFORMADOR

Es posible que sean legítimas tanto las manifestaciones de protesta como las acciones de “resistencia pacífica” de la Universidad de Guadalajara contra el Gobierno del Estado. Es de celebrarse que el tenor de tales expresiones evite caer en los modelos broncos, atrabiliarios, decididamente violentos del pasado (los tiempos en que, por ejemplo, las protestas por las periódicas alzas en las tarifas del transporte público, culminaban, vía de regla, con el secuestro e incluso con el incendio de algunas unidades, a sabiendas de que los delitos implícitos en esas acciones quedarían impunes, a partir del añejo y hasta clásico paradigma: “¿Quién incendió los camiones...? / ¡Fuenteovejuna, ca...nijos!”).

—II—

Ya se ha dicho: el tono pretendidamente inofensivo, “creativo”, jovial y hasta “gracioso” de las manifestaciones —el obsequio de las “Catrinas”, por ejemplo—, es muy discutible. Las concentraciones sistemáticas frente a Casa Jalisco desquician el tráfico vehicular en la zona, incomodan a los vecinos y perjudican a millares de personas ajenas al conflicto, que circunstancialmente transitan por ahí. Los bloqueos en algunos cruceros citadinos, realizados hace algunas semanas, generaron más antipatías que simpatías a sus autores. De las guerras verbales, lo mismo mediante declaraciones que a través de desplegados, el ciudadano que paga los impuestos con que se pagan tanto las aportaciones que permiten que los jóvenes tengan acceso a la enseñanza media y superior como los salarios de los burócratas “de angora” y los funcionarios de la Casa de Estudios, desprende dos conclusiones: una, que se trata de dispendios; otra, que todos los beligerantes tienen razón: que en esta disputa no hay buenos; que tan malos son los pintos como los colorados.

—III—

La gracejada de la manifestación más reciente —para la que se convocó,  mediante anuncios en la prensa, con la siguiente leyenda: “Te invitamos a tomarte la foto del recuerdo con un personaje especial en Casa Jalisco, hoy (ayer) a las 10:00 horas”— consistió en llevar al centro de reunión... un burro.

Sigue sin verse cuál puede ser el valor de uso, para efectos prácticos, de esas manifestaciones. Si se trataba de aludir a alguien, sigue sin justificarse que universitarios —gente pensante, supuestamente— recurran a burdas analogías ofensivas. La diatriba no desdice de su destinatario: desdice de su remitente.

Además, muchas de las primeras reacciones fueron contraproducentes. (Como dijo un ciudadano que atestiguó la escena: “Tenían que traer algo representativo de la educación y la cultura que reciben en  las aulas”).

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