La Delegación de Jalisco del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene el mayor número de personas en tratamiento sustitutivo de la función renal en el país; es decir, que requieren diálisis o hemodiálisis para mantener la función del riñón, en las etapas 3 y 4 de la enfermedad (de un total de cinco).Vía Transparencia, el IMSS detalla que atiende a seis mil 925 pacientes en Jalisco: tres mil 257 reciben diálisis; el resto, hemodiálisis.Enrique Lira, comunitario socioambiental de la Confederación Nacional de Militares y Profesionistas General Marcelino García Barragán, destaca que un estudio del laboratorio K.Prime Inc., de Estados Unidos, revela la presencia de 10 metales pesados en el Río Santiago. Además, otra investigación indica que el Lago de Chapala también acumula mercurio dañino para la población.Organizaciones civiles piden la elaboración de un registro para conocer cuántas personas tienen daño renal, ya que no todos los enfermos cuentan con seguridad social, por lo que no forman parte de la estadística anterior.A nivel nacional hay 71 mil 216 mexicanos con este padecimiento, lo que significa que alrededor de 10% está en la Entidad.Según Felipe Lozano, académico de la Universidad de Guadalajara, la contaminación del agua es uno de los factores principales que provocan las enfermedades renales, acompañado de la exposición a plaguicidas.Las cifras son preocupantes. En el Estado fallecieron cuatro mil 744 personas por insuficiencia renal entre 2013 y 2017, de las cuales 50 fueron bebés, con menos de un año de edad, mientras 419 personas tenían entre uno y 24 años. El resto contaba con más de 25 años, según la Secretaría de Salud federal. La estadística coloca a la Entidad en tercer lugar en defunciones, después del Estado de México (siete mil 534) y Veracruz (cinco mil 711).Debido a la relación entre pacientes con daño renal crónico y la contaminación del agua en algunos municipios de Jalisco, organizaciones civiles realizarán el primer Congreso Internacional de Medio Ambiente, Salud y Gobernanza 2019, con la intención de impulsar acciones de “solución a la catástrofe por la contaminación y las enfermedades renales en la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago y demás cuencas de México”, dice Enrique Lira. El evento será mañana, de las 09:00 a las 14:15 horas, en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).Municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara, de la Región Ciénega y de la Ribera de Chapala concentraron 89% de los casos de pacientes con enfermedades renales crónicas que recibieron atención en clínicas públicas y los Hospitales Civiles en 2017 (última información disponible).Por Transparencia, la Secretaría de Salud en Jalisco informa que de los seis mil 833 egresos hospitalarios por esta enfermedad, seis mil 076 son personas de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Poncitlán, Tlajomulco, La Barca, Ixtlahuacán del Río, Ayotlán y Chapala.Estas demarcaciones se encuentran en las regiones Centro, Ciénega y Sureste. Y por algunas cruza el contaminado Río Santiago, detalla el Programa de manejo integral de la cuenca elaborado en la pasada administración estatal.Aunque el cuerpo de agua recorre 35 municipios de Jalisco, el documento refiere que lugares de la metrópoli sobrepasan la capacidad de carga de industrias, provocando degradación de las corrientes fluviales.Las otras regiones por donde pasa el río son: Altos Sur y Valles. En este último núcleo se registraron otros 236 egresos hospitalarios por enfermedad renal durante 2017, principalmente en San Juanito de Escobedo y Ahualulco.El análisis oficial realizado en noviembre de 2016 destaca que, fuera del área metropolitana, las aguas negras son causadas por la falta de saneamiento de aguas residuales en zonas de la industria tequilera y la presencia de numerosas granjas porcinas. “Producen una fuerte contaminación en muchos casos por no contar siempre con el tratamiento adecuado”.También remarca que el agua presenta una polución química en toda la cuenca, asociada en su mayor parte con actividades industriales y también con fuentes domésticas que incorporan detergentes y limpiadores del agua. Mediante la agricultura también se aportan insecticidas, fungicidas y pesticidas.Se calcula que más de 10 mil industrias vierten desechos a la cuenca.Este medio solicitó una entrevista a la Secretaría de Salud para actualizar los egresos hospitalarios en 2018 y 2019; sin embargo, no respondió.Por su parte, la Unidad de Transparencia del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde” contesta que la tendencia de servicios de hemodiálisis va en aumento desde que comenzaron a operar las máquinas. En 2014 iniciaron con dos mil 191 servicios, mientras en 2018 cerraron con 22 mil 705.Además, de 2009 a la fecha han atendido a 17 mil 921 pacientes con insuficiencia renal originarios de Jalisco.Mañana se realizará el primer Congreso Internacional de Medio Ambiente, Salud y Gobernanza 2019, con el objetivo de impulsar acciones de “solución a la catástrofe por la contaminación y las enfermedades renales en la cuenca Lerma-Chapala-Santiago”.Las conclusiones de las mesas de trabajo entre pueblos afectados, sociedad civil, académicos y legisladores derivarán en estrategias y objetivos para detener esta problemática.Enrique Lira, comunitario socioambiental de la Confederación Nacional de Militares y Profesionistas General Marcelino García Barragán en Jalisco, subraya que exigirán que cada emisor de descargas trate su agua antes de devolverla a la cuenca. Y que se pueda reutilizar. “Se han cubierto las omisiones entre ellos, la Comisión Nacional del Agua a los municipios… los municipios cubren a los emisores de descargas… y todos se cubren unos a otros. Mientras tanto, los pueblos nos estamos muriendo”.Otra petición es la creación de un censo estatal de los enfermos renales en la Entidad. Se pretende detectar a ciudadanos en las etapas 1 y 2, cuando es más sencillo detener el avance del padecimiento.“Que en la cartilla de vacunación se precise que cada seis meses se haga una prueba (que vale 20 pesos) para detección en la orina”, recomienda Lira.El secretario de Salud en Jalisco, Fernando Petersen, anunció en marzo pasado que realizarían el primer Registro Estatal de la Enfermedad Renal Crónica de todo el país, que incluiría nombre, ubicación y estado del padecimiento del ciudadano. Se buscó entrevista para conocer el avance del documento, pero no se concretó.“No solamente es Mezcala o San Pedro Itzicán, somos una zona plagada de enfermedad. Pero el Gobierno sigue mostrando una indiferencia”, reclama Ramón Padilla Chávez, conocido como el gobernador-tlatoani de la etnia coca, asentada en Atotonilquillo. Se trata de un pueblo localizado a 46 kilómetros de Guadalajara (también está a nueve kilómetros de Chapala y cerca de Poncitlán).El líder indígena cuenta que, en su poblado (10 mil habitantes), hay muchas personas que padecen y mueren por la enfermedad renal. El Río Santiago pasa a pocos metros.En la presente semana, lamenta, falleció el cuarto integrante de una familia que tenía seis personas. “Todos murieron por lo mismo”.“Solamente quedan dos mujeres, pero también están enfermas. Estamos sobreviviendo. Ese canal que pasa por nuestro poblado está contaminado”.Expresa que no existen datos precisos sobre los enfermos en Atotonilquillo, ya que algunos no cuentan con seguridad social. “Otros ya murieron. Necesitamos un censo completo de enfermos, por tipo de etapa”.También urge a que frenen las descargas de contaminantes en los tres pozos cercanos a la población. Asegura que hay una empresa trasnacional de productos químicos que vierte sus desechos y nadie supervisa. “Para librarse de responsabilidades y costos, la fábrica contrata a terceras personas para sepultar en la tierra los desechos, pero estos trascienden a los mantos freáticos”.Organizaciones civiles piden al Presidente Andrés Manuel López Obrador la creación de una comisión presidencial para investigar la problemática ambiental en Jalisco relacionada con el Río Santiago, como la que hizo para la investigación del paradero de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero.José de Jesús Sánchez Ballesteros, presidente del Comité Estatal de la Confederación Nacional de Militares y Profesionistas General Marcelino García Barragán, argumenta que la contaminación hídrica es un asunto de seguridad nacional. “Así como se creó la Comisión de la verdad (de Ayotzinapa), estamos solicitando crear una comisión que busque a las empresas que están contaminando y las poblaciones que no están tratando sus aguas residuales”.Acentúa que otro punto de alarma es que se crían pescados en granjas aledañas a los puntos contaminados. “Consideramos que hace falta más contundencia para un problema tan grave como es el abastecimiento del agua, que debe cumplir con los estándares que marca la ley”.También se debe decretar la región como zona de riesgo y desastre por la gran cantidad de enfermos renales en las poblaciones de la Ribera de Chapala. “Si seguimos la desembocadura del nacimiento del Río Santiago, al lado de Ocotlán, origina que las poblaciones ribereñas como Poncitlán, Atequiza o El Salto sumen una gran cantidad de habitantes con daños a la salud”.Por su parte, el diputado Óscar Herrera, vocal de la Comisión de Derechos Humanos y Pueblos Originarios del Congreso de Jalisco, adelanta que acompañará la propuesta ciudadana para solicitar atención al Congreso de la Unión, debido a que el tema del agua compete en gran medida a la Federación. Comenta que tras la realización del foro de mañana, impulsarán otras acciones al respecto.Felipe Lozano (director del Laboratorio de Salud Pública de la Universidad de Guadalajara).Felipe Lozano indica que la enfermedad renal crónica, tanto en niños como en adultos, tiene un origen multifactorial. Una de las causas es la contaminación del agua.Destaca que en las investigaciones realizadas han encontrado que en las localidades cercanas al Lago de Chapala, los casos se replican en las familias, pero antes no había enfermos renales entre los abuelos o padres, solamente en la tercera generación viva. “Lo que creemos es que hay más susceptibilidad en niños y jóvenes a una contaminación que no había en el agua hace 20 o 30 años… se han juntado con una serie de condiciones como la cultura del agua, pesticidas, metales pesados y la calidad de los servicios de salud”.Recuerda que, por ejemplo, en San Pedro Itzicán los menores juegan en el agua. Además de que los habitantes usan el líquido del lago para distintas actividades.En el Congreso que se realizará el sábado, Felipe Lozano ofrecerá la conferencia “Enfermedad renal crónica en niños de una comunidad de subsistencia de agricultura y pesca en el Lago de Chapala en Jalisco: El caso de San Pedro Itzicán”.Héctor García Bejarano, jefe de Nefrología del Hospital General de Occidente, remarca que los pacientes en tratamiento de diálisis y hemodiálisis que no cuentan con seguridad social gastan hasta 200 mil pesos al año.Dice que la desventaja es que el Seguro Popular no cubre la enfermedad renal, por lo que algunos ciudadanos acuden a clínicas privadas.Comparte que en este momento hay presupuesto para la atención de 250 ciudadanos. En promedio, cada día ingresa un paciente nuevo por enfermedad renal crónica al nosocomio.Explica que la enfermedad renal crónica, que es la pérdida progresiva de la función de los riñones, se clasifica en cinco etapas. Si se detecta en las primeras dos fases se puede frenar, retrasar y hasta revertir mediante disciplina y cuidados.Puntualiza que en las etapas tres y cuatro se requiere un tratamiento sustitutivo de la función renal, con diálisis, hemodiálisis o trasplante. “Hablamos de trasplante como una de las mejores terapias, pero es un tratamiento que tiene riesgos de rechazo del injerto… o una vida media para una persona que se trasplanta”.El primer Congreso Internacional de Medio Ambiente, Salud y Gobernanza 2019 se realizará este sábado, de las 09:00 a las 14:15 horas, en el Auditorio “Salvador Allende” del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).Para mayores informes: 3314-380090.