Pese a que el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) ha gastado casi mil millones de pesos en obras para mitigar inundaciones en la última década, éstas no han dado los resultados deseados.De 2010 a la fecha, el organismo ha gastado 931.8 millones de pesos en diferentes proyectos: vasos reguladores, colectores, canales, rehabilitación de obras y acondicionamiento de infraestructuras.Sin embargo, hay áreas en la Zona Metropolitana de Guadalajara que antes no se inundaban y ahora padecen ese problema, y además no están contempladas en el mapa SIGmetro del Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan). Dos están en Guadalajara: la Estación San Juan de Dios del Tren Ligero y el paso a desnivel de Avenida Hidalgo.Según José Luis Montaño, director de Abastecimiento y Operación del SIAPA, aunque se han realizado más obras para reducir inundaciones, “es muy complejo eliminarlas 100%; también hay tormentas atípicas”.Resaltó casos como los Arcos del Milenio y el parque de El Dean, donde se ha minimizado el problema.De acuerdo con Luis Valdivia, académico de la Universidad de Guadalajara, esas obras seguirán sin funcionar mientras “no haya un crecimiento urbano ordenado” y se ignore a especialistas en geografía, quienes ayudarían a hacer algo más que poner un colector.“Como es tan acelerado el crecimiento urbano, cualquier obra de mitigación queda rebasada”, señaló el especialista.José García Linares, subdirector de Ingeniería del SIAPA, coincidió con Valdivia en que hace falta planear mejor la ciudad y que la mancha urbana ha colaborado en tapar los drenajes naturales e impermeabilizar pisos, lo que causa más inundaciones.El Plan Integral para el Manejo de Inundaciones (PIMI), dijo, contempla esos cambios, pues se analizaron obras y la inversión requerida junto con autoridades federales. “Se determinó una inversión de 27 mil 500 millones de pesos. Avanzamos con los casi mil millones ya gastados, pero falta todavía”.En contraparte, José Luis Montaño consideró que las inundaciones no se deben a desarrollos “sin control”, pues “tienen todos los permisos para construir”, sino a asentamientos irregulares ubicados junto a cauces, y desde los cuales se arroja basura a éstos, lo que eventualmente termina bloqueándolos.“La fecha de vencimiento de este contrato será el 17 de agosto de 2036”, se lee en el convenio del crédito que solicitó el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) en 2016 por 800 millones de pesos (MDP).De ese préstamo, ya se ha gastado casi todo en 60 obras de mitigación contra inundaciones, como el vaso colector de 5 de Mayo y el de El Dean, así como canales pluviales. Se prevé terminar con el dinero este año.La petición de ese crédito, que forma parte de los 931.8 millones de pesos que el SIAPA ha invertido en obras de mitigación de inundaciones, se debió que el propio organismo tiene 115 puntos críticos identificados con riesgo de inundación, y que forman parte de obras propuestas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), valuadas en 27 mil 500 MDP.“Para estas inversiones se necesita bastante recurso, por eso se optó por el crédito. SIAPA, en medida de sus posibilidades, va viendo dónde puede ir reduciendo los efectos de las inundaciones”, subrayó José Luis Montaño, director de Abastecimiento y Operación del organismo.Algunos de los puntos críticos focalizados son Calzada Independencia, Fraternidad, y Plutarco Elías Calles, vías donde había cauces.Para las obras, según indicó José García Linares, subdirector de Ingeniería del SIAPA, se utilizan fórmulas con base en factores como el histórico de lluvias de hace 30 años, la frecuencia de las mismas, su intensidad y duración.De acuerdo con Luis Valdivia, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), para controlar las inundaciones no basta con colectores que luego se llenan y mandan todo a las calles. “Se debe tener un diagnóstico claro de cuáles son las zonas que se pueden urbanizar, con qué criterios, cuáles son los ejes naturales que deben protegerse y cómo deben dejar las secciones de escurrimientos, ya que cada quien hace lo que quiere y hay consecuencias”.José Luis Montaño señaló que, para ello, ya se realizan acciones como pedir a los nuevos desarrollos ordenados un estudio hidrológico cero, consistente en que quienes construyan hagan un depósito de retención para que, cuando pase la tormenta, se desaloje poco a poco.“A corto plazo, tendríamos que acostumbrarnos a más inundaciones, por lo que tendría que haber una política de Protección Civil de aquí a dos o cinco años”, señaló Luis Valdivia, investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG).Añadió que, a mediano plazo, se tendrían que incorporar criterios de restricción de las superficies revestidas dependiendo de la zona donde se está desarrollando las áreas urbanas para disminuirlas, pues el desarrollo desordenado de la ciudad es una de las causas principales de las inundaciones.“Los ayuntamientos tendrían que tener directrices generales de manejo de los cauces para que sea respetado por los desarrolladores, porque hacen y modifican de acuerdo a sus intereses y alteran las condiciones de los cauces naturales”, indicó.Consecuencias de ello se pudieron ver en las anegaciones de Bosques de Santa Anita, donde se “tapó” el cauce natural con una barda y el resultado fue que el agua tomó su curso por las calles.“Todos los que hacen cotos modifican drásticamente la geometría y la trayectoria de los cauces naturales. Llegan incluso a cortarlos y los mandan directamente a la calle”.Agregó que, con ayuda del Gobierno federal, deben proteger los cauces que quedan e impedir que sigan desapareciendo por el desarrollo urbano.Los puntos de inundación en la metrópoli pasaron de 300 a 350 durante el año pasado, de acuerdo con Luis Valdivia, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG).“Las zonas más vulnerables son el Centro Histórico, El Dean, Arenales Tapatíos, Plaza del Sol, Las Pintas, toda la parte baja que rodea el Cerro del 4, además de que existen problemas serios en las zonas de Osorio, San Andrés, Tesistán y Tabachines, donde recientemente se está incrementando el problema”, afirmó el experto.Sin embargo, son estas las zonas donde el SIAPA ha hecho obras de mitigación para evitarlo. De acuerdo con José Luis Montaño, director de Abastecimiento del SIAPA, las zonas se siguen inundando porque “eran cauces naturales” y, algunos otros, lugares donde la gente se ha ido asentando sin permiso, aunque después los regulan y entra la institución.José García, subdirector de Ingeniería del organismo, indica que pese a los esfuerzos, hay construcciones irregulares que hacen que cada vez se impermeabilice más el suelo y haya más inundaciones.Luis valdivia (académico de la UdeG)El descontrol urbano, aunado a diseños técnicos realizados sin la ayuda de especialistas en geografía de la ciudad y la desaparición de cauces naturales, han provocado que las obras no sirvan para mitigar las inundaciones, explicó Luis Valdivia, especialista de la UdeG.“Siguen desapareciendo los cauces, como el de Toluquilla y la Zona del Ahogado. Con ello se pierde la capacidad de conducción de la red natural. Quedan muy pocos cauces naturales que soportan todo el volumen de agua que se está generando”.Además, indicó que al descontrol urbano se le suma la urbanización de las partes altas de las cuencas como El Cielo, Bugambilias, Santa Anita, El Cuatro, El Garabato, El Colli, Andares, Nuevo México y Tonalá, pues es donde la escorrentía, o agua de lluvia que corre, es más intensa por tener más pendientes.“Los colectores ya no tienen capacidad desde hace muchos años y están emitiendo agua a la superficie desde hace unos 15 años. Cada vez trabajan más a presión y con ello se inunda”.Señaló que construir más colectores no es la solución, pues primero debe haber control del crecimiento urbano para que no queden rebasados como los actuales.El temporal de lluvias de este año suma 15 víctimas (al 11 de septiembre).Esta cifra es superior a los reportes de otros años, a pesar de que la Comisión Nacional del Agua indicó que ha caído menos agua que en periodos anteriores.El director de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos Jalisco (UEPCBJ), Víctor Hugo Roldán, destacó que la imprudencia es uno de los principales factores por los que ocurren estas tragedias.Además, de acuerdo con el último corte, las unidades municipales y estatal de Protección Civil en Jalisco han rescatado al menos a 206 personas en situaciones de riesgo que fueron generadas por las fuertes tormentas del temporal, la mayoría en Zapopan.Sin embargo, dependencias de algunos municipios como Tlaquepaque y Tlajomulco reconocieron que no contabilizan los rescates de sus brigadistas, por lo que podrían ser más quienes recibieron auxilio por el temporal.