Venezuela, a merced de Chávez

“La internet no puede ser una cosa libre, donde se diga y se haga lo que quiera”
Hugo Chávez.

Perdió el control absoluto del Congreso en las elecciones legislativas de septiembre pasado, pero Hugo Chávez no se inmuta, y antes de que el nuevo Congreso tome posesión, el próximo 5 de enero de 2011, el presidente venezolano ha diseñado un paquete de leyes con el que busca usurpar los poderes de la Asamblea Nacional y gobernar por decreto durante 2011.

No es la primera vez que Chávez solicita gobernar por decreto. En los 12 años que lleva ya su gobierno, ésta es la cuarta vez que le pide al Congreso poder gobernar por decreto. La primera vez fue en 1999, la segunda en 2001, la tercera en 2007 y ahora en 2010. Sin embargo, sí es la primera vez que Chávez se lanza directamente contra la libertad en los medios de comunicación, pero en especial en el internet, con la propuesta Ley de Responsabilidad en Radio, Televisión y Medios Electrónicos, cuyo artículo 28 prohíbe la difusión de mensajes que, entre otros, “Constituyan propaganda de guerra y desconozcan a las autoridades legítimamente constituidas”.

La interpretación de cuáles mensajes constituyen uno de esos puntos depende evidentemente del gobierno de Chávez, y por primera vez se hace corresponsables a los concesionarios de los medios de comunicación por los mensajes que emitan sus usuarios al navegar en internet o al utilizar las redes sociales como Facebook y Twitter. Como sanciones se establecen multas de 10% de los ingresos fiscales de los concesionarios, o se puede incluso suspender o revocar la concesión. Por ello, en Twitter y bajo los hashtags #SOSInternetVe y #NoApoyoaChavez miles de usuarios iniciaron una ciberprotesta por esta ley.

Además de esto, el mandatario venezolano se ha lanzado también en contra de las organizaciones de la sociedad civil con una ley que bajo el pretexto nacionalista prohíbe que las organizaciones que luchan por la democracia y el respeto a los derechos humanos en Venezuela reciban financiamiento internacional, o que incluso lleven a Venezuela a ponentes extranjeros que vayan a criticar al Gobierno de Chávez.

Por desgracia no hay forma de detener los avances autoritarios de Chávez. La Organización de Estados Americanos (OEA), podría invocar el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana, pero su aplicación sólo implicaría una suspensión de Venezuela de este organismo multilateral, que a Cuba no le ha hecho ni un rasguño.

Hugo Chávez avanza en la construcción de su proyecto socialista, imponiendo en lugar de convenciendo a los venezolanos. Coartando libertades en lugar de expandiéndolas, creando un Estado paranoide y una dictadura constitucional, alejando a Venezuela del resto de América Latina y encerrándola en la pesadilla de un Goliat caribeño que poco a poco va construyendo su permanencia interrumpida en el poder.