Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Internacional | El régimen de Raúl Castro no cede

Un disidente cubano deja la huelga de hambre tras 39 días

Mientras tanto, Guillermo Fariñas reitera su determinación de seguir manifestándose por la liberación de 26 presos políticos

Por: REUTERS

LA HABANA, CUBA.- El disidente cubano Franklin Pelegrino dejó el miércoles una huelga de hambre después de 39 días, tras la advertencia del presidente Raúl Castro de que no cedería ante "chantajes".

"Tomé esta decisión por el clamor, por el ruego que se me hizo", dijo Pelegrino en una entrevista telefónica desde la localidad de Cacocúm, 750 kilómetros al este de La Habana.

"Me siento muy mal, me siento muy decaído. No puedo hablar mucho. Se me van las palabras, se me olvidan las cosas", añadió.

Pelegrino, un barbero de 38 años, estaba en huelga de hambre para reclamar la liberación de 26 presos políticos enfermos. Durante ese tiempo ingirió líquidos.

Otro disidente, Guillermo Fariñas, entró el miércoles en su día 43 de huelga de hambre con la misma demanda y dijo que él no tira la toalla.

"Yo no pienso deponer la huelga", dijo Fariñas desde el hospital público donde está recibiendo alimentación por vía intravenosa en Santa Clara, 270 kilómetros al este de La Habana.

El presidente Raúl Castro dijo el domingo que Cuba no cedería a los chantajes de sus enemigos en Estados Unidos y Europa, que, afirmó, están promoviendo las huelgas de hambre.

María Antonia Hidalgo, la portavoz de Pelegrino, dijo a Reuters que la advertencia de Castro influyó en la decisión de abandonar la protesta.

"Decidió poner fin a la huelga tras muchas peticiones de hermanos dentro y fuera de Cuba (...) El comentario (de Raúl Castro) influyó en la decisión de nosotros de insistirle (en que depusiera la huelga)", dijo.

Pelegrino y Fariñas emprendieron sus ayunos tras la muerte en febrero del preso político Orlando Zapata después de 85 días de huelga de hambre para reclamar mejores condiciones en las cárceles cubanas.

La muerte de Zapata, las huelgas de hambre y el hostigamiento de marchas pacíficas del grupo disidente Damas de Blanco han sido duramente criticados por Estados Unidos y la Unión Europea.

Cuba considera a los disidentes como mercenarios a sueldo de su enemigo Estados Unidos.

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